¿Cuántas veces hemos sido víctimas de nuestras creencias limitantes? ¿Cuántas veces hemos sido presa de esa voz interna que todo lo daña y lo retuerce? No sé ustedes, pero yo, muchas. Los conflictos que traen las creencias limitantes son infinitos y muchas veces extremadamente angustiosos, cargados de ansiedad y pensamientos intrusivos, que nos carcomen y no nos permiten avanzar.
Y es que dejarse llevar o convencer por esa idea o percepción que sentimos que tiene el otro de nosotros, de quienes somos, de lo que hacemos y de cómo concebimos nuestra existencia en su vida, en muchas ocasiones solo rompe las relaciones interpersonales que construimos.
Pues si fuese al menos justa con nosotros, no habría problema, pero casi siempre, por no decir siempre, es equivocada y está plagada de nuestras propias experiencias desagradables, de nuestros propios juicios y de nuestros miedos.

Tus creencias, mis creencias
En la construcción de una relación con el otro debemos estar muy atentos a que creencias estamos trayendo del pasado y poniéndoselas a ese otro que ni siquiera es consciente o está al tanto de la carga que está llevando. Por supuesto, la comunicación para ese tipo de cosas es nula o, si la hay, suele estar colmada de sensibilidad y sentimientos de juicio.
Y no es que tu postura tenga más valía que la del otro, o que la del otro sea más válida que tuya, sino que al ser creencias, están supremamente arraigadas a nosotros, lo cuál nos impide ver lo que el otro intenta mostrarnos o decirnos… las percepciones y el sentir de cada uno, dentro de una relación, siempre es y debe ser válido, pues el solo hecho de sentirlo ya lo vuelve real y cierto para quien lo siente.
El truco, al final, radica en realidad en cómo haces para convivir con esas percepciones tan distintas… esa idea que yo tengo de ti y esa idea que tú tienes de mí… cómo hacer para reconocer qué es cierto y qué es producto de mi mente, que usa las experiencias pasadas y los temores para darle sentido y significado a lo que ocurre en el presente, sin dar espacio ni por un segundo a la posibilidad que esa percepción nuestra, esa creencia, pudiese estar equivocada.

No te limites, abre tu mente
Y por supuesto que si lo piensas con calma, una forma sencilla de romper con esa idea que yo creo que tienes de mí, sería preguntándote, hablándolo o confrontando la situación… pero tampoco serviría de mucho, aunque no creas, pues tu idea está tan profundamente amarrada a ti, a tus pensamientos y a tus sentimientos, que diga lo que diga no me creerías… ¿o sí?
Se vuelve insuficiente entonces la forma en la que el otro me demuestra que pudiese estar en un error, pues como no es mi forma ni mi manera, no me sirve, y pierdo de vista el principio fundamental de los diferentes lenguajes del amor.
Porque queremos, posiblemente de manera muy inconsciente, que ese otro piense, actúe y hasta sienta como yo lo haría, bajo mis expectativas e ideales, volviendo casi imposible derrumbar la barrera de concreto que las creencias limitantes construyen.
También te podría interesar: LA EMPATÍA: La clave de las buenas relaciones
Así que, una vez más, te pregunto, ¿Cuántas veces la creencia que tienes sobre lo que piensas que el otro cree de ti, han roto esa relación que estabas construyendo, ese bienestar que estabas alcanzando?
Si la respuesta es como la mía: muchas, te invito a revisar en detalle de dónde vienen esas creencias, de dónde surgen esos miedos y qué te produce emocionalmente tener que convivir con ellas en tu vida… pero ahí si, gestionarlas, transitarlas y poder transformarlas.
El poder siempre está en ti: evolucionar o estancarte será siempre una decisión de cada uno de nosotros. Responsabilizarnos emocionalmente de cómo nos sentimos frente a otros es el punto de partida para mejorar.

EL PODER DE ACEPTARTE: Curso-Taller para fortalecer tu autoestima
¡Derriba los obstáculos que te impiden crecer y avanzar! Fortalece tu confianza y cambia esos hábitos inadecuados para salir de la rutina explorando todo tu potencial. La psicóloga Paloma Carvajalino te ayudará a dar este primer paso descubriendo las claves para conocerte mejor y fortalecer tu autoestima sanamente.
¿Quieres conocer un poco más a la psicóloga Paloma Carvajalino, autora de este artículo? Mira el siguiente vídeo: