En ocasiones no medimos las consecuencias de nuestros actos o palabras y con ello podemos ofender o herir a quienes están a nuestro alrededor. Debemos aprender a controlar nuestros impulsos. Pero, sobre todo, a pedir disculpas cuando se nos ha ido la mano con alguna persona. Pues reconocer nuestros propios errores nos hace más humildes y nos ayuda a mantener relaciones sanas, armoniosas y cordiales con los demás.
¿Eres capaz de pedir disculpas cuando has cometido errores en contra de otras personas? Déjanos conocer tu opinión.