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Inicio ColumnasEl arte y la virtud del cuidado ¿Una actitud positiva puede ayudarnos a mejorar nuestra salud?

¿Una actitud positiva puede ayudarnos a mejorar nuestra salud?

Por Dra. Nancy Castrillón
positivismo y optimismo

Ninguno de nosotros estamos hechos para vivir en un estado permanente de felicidad y optimismo; por esto me parece normal que a veces no tengamos ganas ni de levantarnos de la cama y cuando lo hacemos nos cubrimos con un manto negro de negativismo, el cual suele ser más grueso y pesado cuando estamos pasando una mala época en nuestras vidas.

Por esto, cuando me voy encontrando una gran cantidad de artículos sobre la felicidad o frases que dicen sé feliz, tú puedes, adelante, no pasa nada, de ti depende tu felicidad, sino eres feliz es porque no quieres, sé positivo, tú puedes mejorar y un largo etcétera; me pregunto si las personas que escriben todo esto, viven en ese estado permanentemente de felicidad que nos están vendiendo; y a renglón seguido me digo: “ojalá fuera así de simple”.

Después pienso, “y si es verdad que con tan solo sentirme optimista me dejaran de salir canas y arrugas, se me quitara la artrosis de las rodillas o uno de mis seres queridos que tiene una enfermedad terminal se va recuperar”; ¿y si es posible? Estoy segura que algunos de ustedes estará pensando “pero si los milagros existen”; yo les digo que sí, que estoy totalmente de acuerdo, los milagros también existen; sin embargo, lo que no existe es pensar que podemos pasar por la vida sin que esta nos toque, sin que tengamos que hacer frente a una serie de retos y complejidades que implican esfuerzo, perseverancia y por supuesto grandes dosis de optimismo.

No el facilón de levántate y sé feliz que tú puedes o aquel que nos permite huir y refugiarnos en falsos consuelos, sino aquel que en el que trabajamos cada día frente a las dificultades y frente a nuestras propias vidas; ese optimismo que nos recuerda que lo que estamos viviendo también forma parte del escenario de la vida y que muchas veces puede llegar a no tener ningún sentido.

Ahí está la vida, exigiéndonos que la honremos lo mejor que podamos, y nada mejor que hacerlo con una actitud positiva, aunque prefiero decir que con una actitud esperanzadora y confiada. Sin embargo sé que este articulo tendrá más en eco en ustedes si hablamos de una “Actitud Positiva”; por tanto, les hablare un poco de las bondades que tiene en nuestro estado de salud el asumir una actitud positiva, a pesar de las adversidades y las circunstancias en las que nos encontremos.

Lo que las investigaciones relacionadas con el optimismo y la salud han encontrado es que frases del estilo: Cada día puede no ser bueno, pero hay algo bueno en cada día o mira el lado soleado de la vida, no solo sirven para levantarnos el ánimo, sino que realmente pueden ayudarnos a mejorar nuestro estado de salud y hasta prolongar nuestra vida; debido a que el cerebro funciona como un sistema que se interconecta con cada parte y célula de nuestro cuerpo; por tanto lo que ocurre en nuestra mente también ocurre en nuestro cuerpo.

Las investigaciones han encontrado con respecto a la salud y las emociones positivas que estas estimulan el sistema inmunológico, combaten la depresión, disminuyen la presión arterial y las enfermedades del corazón, ayudan a controlar el peso y los niveles de azúcar en sangre. Con respecto a la diabetes se ha encontrado que los sentimientos positivos se asocian con un mejor control de azúcar en la sangre, un aumento en la actividad física y buenos hábitos alimenticios, una disminución del tabaco y un menor riesgo de morir.

También se ha demostrado que tener una visión positiva sobre el envejecimiento[1] puede tener una influencia beneficiosa para salud y la longevidad. Psicológicamente, una visión positiva puede mejorar la confianza en las propias habilidades, disminuir el estrés percibido y fomentar comportamientos saludables. Fisiológicamente, las personas con una visión positiva sobre su envejecimiento en comparación con las que tienen una visión negativa, tienen niveles más bajos de los indicadores relacionados con la inflamación y el estrés asociado con enfermedades del corazón y otras enfermedades.

Sé que a veces no se puede hacer nada frente a enfermedades incurables o que no podemos cambiar diversas circunstancias de nuestra vida, pero una dosis de optimismo, si puede ayudar a tener una mejor calidad de vida; las investigaciones demuestran que podemos aprender habilidades que nos ayuden a hacer frente a estas circunstancias y que también podemos llevar a cabo diversas actividades que también nos pueden ayudar a llenar con un poco de luz y optimismo las sombras de nuestra vida.

Habilidades para ayudar a fomentar las emociones positivas

La profesora Judith T. Moskowitz[2] de ciencias sociales de medicina de la universidad Northwestern Feinberg School of Medicine en Chicago, desarrolló un conjunto de 8 habilidades para ayudar a fomentar las emociones positivas en personas con problemas de salud con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los pacientes, mejorar la adherencia a la medicación, fomentar los comportamientos saludables y la construcción de los recursos personales necesarios que resultan en un mayor apoyo social y una atención más amplia a los aspectos buenos de la vida:

Estas habilidades son:

  1. Reconozca un evento positivo cada día.
  2. Disfrute ese evento y regístrelo en un diario o compártalo con alguien.
  3. Inicie un diario de gratitud y cada día de las gracias por algo.
  4. Haga una lista de su fuerza personal y tenga en cuenta la forma en que la utilizó.
  5. Establezca un objetivo alcanzable y tenga en cuenta su progreso.
  6. Haga una lista de las situaciones, eventos o cosas que le generan estrés e intente relativizarlos y disminuirlos, y posteriormente evalúe los eventos positivamente.
  7. Reconozca y practique pequeños actos de bondad al día.
  8. Practique la atención plena, centrándose en el aquí y ahora y no el pasado o en el futuro.

Por otro lado, también se pueden realizar otras actividades como:

1.    Dormir más

Es importante tener buenos hábitos de higiene del sueño, ya que se ha demostrado que la falta de sueño afecta con mayor intensidad el área cerebral del hipocampo, por lo que las personas que duermen mal tienen mayor tendencia a recordar con intensidad los eventos negativos y a olvidar los positivos.

2.    Pase más tiempo con la familia y con los amigos

Las relaciones con los demás son fundamentales para nuestro bienestar y para tener una buena vida, así que es importante disfrutar y compartir con nuestros seres queridos; porque un trago amargo se pasa mejor en compañía.

“Somos felices cuando tenemos familia y somos felices cuando tenemos amigos, y casi todas las otras cosas que creemos que nos hacen felices son, en realidad, vías para tener más amigos y más familia”. Daniel Gilbert.

3.    Realice alguna actividad deportiva

Aunque solo sea caminar 15 minutos diarios, ayuda a mejorar nuestro estado de ánimo. De hecho se ha demostrado que la actividad física ayuda a combatir la depresión.

4.    Salga de casa con frecuencia

Está demostrado que pasar 20 minutos en la calle cuando hace buen tiempo propicia el buen humor, ayuda a la reflexión y mejora la memoria.

5.    Sonría

Recuerda que nuestro organismo, salvo en algunos casos, está preparado para  ser optimistas y pensar que somos felices: “Cuando yo sonrió expreso mi bienestar, pero también aumento mi bienestar”. José A. Marina.

Como decía al principio, no podemos vivir en un estado permanente de felicidad, y el que considere que sí es que no ha vivido; pero sí podemos vivir aceptando aquellas circunstancias de la vida que nos generan sufrimiento y que no podemos cambiar, ya que solo a partir de “la aceptación del sinsentido de la vida se consigue cierta libertad y cierta alegría verdadera, y también la capacidad de ser compasivo y útil a los demás” (Oriol Quintana). Sin embargo, no solo con la aceptación lograremos tener una mejor calidad de vida, también hace falta unas cuantas dosis de optimismo, de esperanza y de confianza y estas no nos llegan por arte de magia, sino que implican esfuerzo y constancia permanentes.

 

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[1] https://academic.oup.com/psychsocgerontology/article/doi/10.1093/geronb/gbw035/2631978/Survival-Advantage-Mechanism-Inflammation-as-a

[2] http://repository.usfca.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=1030&context=soe_fac

 

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