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Tuve un novio… y no vivimos felices para siempre

Por Phrònesis
Dar sin esperar

Cuando se piensa en tener pareja, siempre se espera lo mejor. Pensar que quizá tu novio pudiera llegar a ser tu futuro esposo es un pensamiento común. Prometerse la felicidad eterna, es normal. Sin embargo, ¿será que esto se vuelve realidad? Quienes han atravesado una ruptura responderán con un rotundo NO. Aunque esto, a decir verdad, podría depender de la experiencia de vida de cada quién.

Sucede que, cuando se está enamorado, piensa más nuestro corazón que nuestro cerebro. Ya lo dirían los griegos, quienes se dedicaron ampliamente al tema. Cuando se piensa en pareja, entramos en una especie de “delirio”, como lo llamaba Platón. Este delirio nos llena de felicidad. Poder compartir con otra persona es maravilloso.  Sin embargo, el verdadero problema está en que no todo resulta como se espera, en algunos casos.

Las relaciones sean amorosas, familiares o de amistad resultan complejas. Siempre es difícil lidiar con nuestro propio carácter, más difícil aún con el de otra persona. Sucede, entonces, que el cuento se enreda y no siempre tiene un final feliz. No obstante, industrias como Disney se han encargado de mostrarnos la felicidad en pareja como lo más fácil. La princesa solo debe esperar en la torre al novio soñado, para ser rescatada y vivir felices para siempre. La verdad es que, en gran medida, son muchas de estas películas las culpables de que nuestras expectativas sean irreales.

Noviazgo y felicidad ¿Una ilusión?

Aunque socialmente se cree que esta ilusión es sólo de mujeres. También los hombres se ven afectados al albergar falsas esperanzas en muchos casos. El famoso delirio del amor puede llegar incluso al más escéptico. Todos, sin excepción, en algún momento nos hemos topado con cupido. Terminamos soñando que esa persona que nos gusta pueda ser el novio o novia o el amor de nuestras vidas.

En principio, todo parece color de rosa y de hecho lo es. La vida en pareja nace en el paraíso y se comparten muchas cosas. Se disfruta en par y se goza de cierta felicidad que anteriormente era desconocida. No es lo mismo compartir con un amigo que con un novio. Se tocan sentimientos distintos y mucho más profundos. Por eso, cuando hablamos de relaciones amorosas, sabemos que estas pueden dejar una marca en nuestras vidas.

Actualmente, todo puede parecer más fácil. Los avances en la comunicación nos permiten relacionarnos con alguien al otro lado del mundo. Tener un novio a distancia ya no es problema. No hay límites o al menos eso parece. No solo en caso de una pareja, sino también en el trabajo y demás aspectos de nuestras vidas. Lo cierto es que cuando esto pasa y encontramos algo de felicidad en el contacto con otra persona dejan de importarnos las distancias y si es virtual o no. ¿La trampa del amor? Tal vez. Lo cierto es que muchas veces no hay vuelta atrás. Cuando una relación, sea a distancia o no, se torna difícil siempre hay sufrimiento.

La felicidad de cada quien tiene su propio ritmo

La felicidad es un sentimiento que cada día crece y se cultiva. Depende de cada persona y es una decisión propia. La felicidad no debe depender de nadie más que de uno mismo. Cada persona a su manera y ritmo la experimenta. Puede que tú ya estés pensando en tu novio como en tu futuro esposo.  ¿Y si esto no llegará a pasar? Sí, es muy triste pero también es cierto. Lo mejor que podemos hacer es no esperar la felicidad en función de otra persona. Esto aplica a cualquier tipo de relación.

¡No planifiques tu felicidad, vívela!

Así mismo hay quienes pasan sus días planificando cómo alcanzar la felicidad. Ya sea con respecto a la pareja o al plano profesional. El problema es que todo puede quedarse en planes, mientras tu vida pasa. Vale la pena ir paso a paso y disfrutar cada minuto como si fuera el último. Y si los momentos que vives incluyen un novio, pues fantástico. Sin embargo, no cometas el error de pensar mucho cómo sería tu vida al lado de alguien especial. Debes pensar cómo será tu vida a través de tus logros personales.

Este podría ser uno de los peores errores que cometemos las mujeres. Pensar que las cosas sucederán como en esos cuentos de hadas. No, la vida no es una película. Es necesario experimentar. ¿De qué otra forma podríamos saber qué es bueno si no hemos conocido lo malo? Este es el sentido de la vida. Quizá a tu lado tienes al novio que puede que no sea el galán de tus sueños. Sin embargo, es una persona que te quiere sinceramente y apuesta por tu felicidad.

Tener grandes expectativas no ayuda

Así pues, las expectativas pueden más que la realidad. Y cuando las cosas no pasan como esperamos, pensamos que todo está perdido. Que no vale la pena tener una pareja porque te puedes llevar alguna decepción. Evitas salir lastimada a toda costa. Recuerda que simplemente la felicidad no está en el hecho de tener novio. Se trata más de un tema de actitud y de un conjunto de muchas otras cosas. Partiendo del hecho de que nuestra forma de actuar puede cambiarlo todo. No solo porque tengas un novio quiere decir que serás feliz. Debes ser feliz aun cuando estés sola.

Piénsalo bien… Tener novio no lo es todo

Puede que teniendo pareja seas muy infeliz. No siempre la felicidad llega con la compañía. Muchas veces estando acompañados nos encontramos más solos. Sí, resulta una paradoja, pero es cierto. La felicidad se compone de muchas cosas. Por un lado está la familia y todos aquellos que amas desde que naces hasta que mueres. Por otro, los amigos, aquellos hermanos por elección. Además, la pareja, ese novio o novia que decides tener y que se convierte en socio, amigo y familia a la vez. Todo esto, en conjunto, puede hacerte disfrutar de la vida, sin pensarlo mucho.

No obstante, hay quienes prefieren concentrarse en solo un área. Se entregan a su familia, sin pensar en tener un acompañante. Buscan la felicidad en el trabajo, sin tener tiempo para nada más. Cada quien ve y busca su felicidad donde mejor le conviene. Quizá tú la veas en tu novio, pero tu pareja la vea en el trabajo.

Son muchas las razones por las cuales una relación amorosa puede terminar. Lo más importante para mantenerla es afrontar las situaciones, buenas o malas, con la mejor actitud. Sé tolerante, tanto con los demás como contigo mismo. De la misma forma debería hacerlo tú novio también, pues se trata de algo recíproco. No te hagas grandes expectativas, así no te llevarás grandes decepciones.

Valora a las personas por lo que son y por lo que en verdad te ofrecen. Deja de esperar de los demás. Nada de esto asegura la felicidad. Las relaciones de pareja son una planta que debe regarse y cuidarse día a día. Solo disfruta el momento y vive el presente siempre atento pues el amor puede estar a la vuelta de la esquina.

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