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¿Soy adicto a la masturbación?

Por Phrònesis
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La masturbación es quizás el comportamiento sexual más frecuente en el ser humano. Se presenta en personas de cualquier género, edad y cultura, aunque en algunas implica ser castigado socialmente por ir “en contra de la moral”.

De acuerdo con el informe TENGA 2018 Global Self-Pleasure, el estudio sobre masturbación y sexualidad a mayor escala mundial, el 92 por ciento de los hombres estadounidenses se masturba, pero los estadounidenses piensan que solo el 83 por ciento lo hace. En cuanto a las mujeres estadounidenses, el 76 por ciento se masturba, pero sus compatriotas creen que solo el 66 por ciento lo hace.

Los resultados, publicados en abril del año pasado, hablan de lo subestimada que está la práctica de la masturbación en muchos adultos, incluso en países “del primer mundo”. Los estereotipos de género influyen, especialmente en la estigmatización del autoplacer, pero también la idea de que masturbarse es dañino e implica siempre la existencia de una adicción. 

¿Es normal masturbarse?

Aunque antes se consideraba una perversión y un síntoma de enfermedad mental, la masturbación es vista actualmente como una actividad sexual normal que aporta satisfacción personal y aceptación de nuestro propio cuerpo sin necesidad de intimar con otra persona.

Además, masturbarse es un comportamiento accesible y recomendable –en términos médicos– para personas de cualquier edad y condición de salud, ya que aporta múltiples beneficios como:

  • Alivio de la tensión sexual, especialmente en personas con una vida sexual limitada.
  • Es una alternativa segura para las personas que desean evitar el embarazo y los peligros de las enfermedades de transmisión sexual.
  • Es uno de los principales tratamientos recomendados por los terapeutas sexuales para estimular el disfrute en personas con problemas de disfunción.

Cuando la masturbación se vuelve compulsiva

La masturbación es una conducta sexual de autoexploración positiva, siempre y cuando no se utilice como un método de escape de la realidad. Algunas personas, por ejemplo, se masturban para lidiar con el impacto psicológico de episodios traumáticos o estresantes, un indicio de patrón adictivo.

A menudo, la adicción a la masturbación se ve acompañada de largas horas de pornografía y fantasías sexuales; puede parecer que esto no resulta dañino para nadie, sin embargo, la adicción a la masturbación puede ser perjudicial tanto física como emocionalmente:

  • Por un lado, las lesiones genitales son comunes en las personas adictas a la masturbación.
  • La adicción puede llegar a truncar las habilidades relacionales de un individuo, dificultando que intime saludablemente con una pareja sexual.

¿Estoy yendo demasiado lejos?

Cuando la masturbación se convierte en una adicción, puede ser difícil darse cuenta del problema a no ser que identifiquemos las señales. Mayo Clinic recomienda poner especial atención a los siguientes síntomas:

  • Fantasías, impulsos y comportamientos sexuales recurrentes e intensos que consumen gran parte de tu tiempo y que parecen estar fuera de control.
  • Inclinación a ciertos comportamientos sexuales que nos hacen sentir liberados al instante pero culpables más tarde.
  • Has intentado sin éxito reducir o controlar las fantasías, impulsos o conductas sexuales.
  • Utilizas el comportamiento sexual compulsivo como un escape a la soledad, la depresión, la ansiedad o el estrés.
  • Continúas participando en conductas sexuales que tienen consecuencias graves, como la posibilidad de contraer o contagiar a otra persona de una infección de transmisión sexual, la pérdida de relaciones importantes, problemas en el trabajo, presiones financieras o problemas legales.
  • Tienes problemas para establecer y mantener relaciones sanas y estables.

En caso de identificar alguno de estos síntomas, es importante buscar ayuda para evitar que la adicción a la masturbación se convierta en un problema para nosotros y nuestros seres queridos. Aunque se trata de un tema delicado que puede ser difícil de asimilar para la mayoría de las personas, recordemos siempre que nuestra vida privada está a salvo con profesionales de la salud calificados, pues toda nuestra información es manejada de forma confidencial.

Tampoco debemos sentirnos presionados a abstenernos por completo de la noche a la mañana: el tratamiento para la masturbación compulsiva es progresivo, y puede incluir tanto psicoterapia (terapia cognitiva conductual, terapia de aceptación y compromiso o psicoterapia psicodinámica) como medicación (antidepresivos, estabilizadores del estado de ánimo o antiandrógenos).

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