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Síndrome metabólico: si visualizas su diagnóstico, cambia de rumbo

Por Lic. Cecilia Albisu
El síndrome metabólico

El síndrome metabólico se refiere a la presencia simultánea de diferentes factores de riesgo que al combinarse aumentan las posibilidades de desarrollar enfermedades del corazón y diabetes.

Para el diagnostico se deben presentar tres o más de los siguientes factores de riesgo:

  • Circunferencia de la cintura mayor a 88 cm en la mujer y superior a 102 cm en el hombre. El exceso de grasa en la zona media se relaciona con mayores niveles de grasa circulante, por lo que si está aumentada se considera un factor de riesgo cardiovascular.
  • Grasa en sangre (dislipemia). Equivale a tener los triglicéridos en un valor mayor de 150mg/dl. La ingesta de harinas refinadas, azúcares y alcohol favorecen esta condición.
  • Presión arterial alta. Mayor a 130/85mmHg. Acá juega una rol protagónico el control de la ingesta de sal y de alimentos salados (deshidratados, enlatados y embutidos).
  • Glucosa (azúcar) en ayunas. Mayor a 110mg/dl. predispone al desarrollo de diabetes. Disminuir un 10% el peso corporal disminuye un 50% el riesgo de presentar diabetes.

La mayoría de estos factores de riesgo no generan malestar ni duelen, pero pueden aparecer ciertos síntomas asociados a niveles altos de glucosa como son:

  • Sed extrema
  • Cansancio
  • Aumento de la necesidad de orinar
  • Visión borrosa

Si tiene algunos de estos síntomas consulta a tu médico de inmediato.

¿Cuál es el tratamiento del síndrome metabólico?

La principal estrategia empleada por los médicos apunta a generar cambios en el estilo de vida promoviendo una alimentación saludable y la implementación de un programa de ejercicio físico aprobado por su médico, con el objetivo de demorar la intervención farmacológica.

Estos son algunos de los hábitos más importantes para empezar a mejorar la alimentación:

  • Cocinar en casa.
  • Medir lo que te comes antes de servirlo (vaso, cuchara, taza).
  • Incluir una porción de verduras y/o ensaladas en las comidas.
  • Incluir una fruta en un momento de la rutina.
  • Beber al menos dos litros de agua al día, esto facilita la eliminación de las sustancias tóxicas producidas por el organismo durante el día.
  • Planificar las comidas por adelantado (lista de supermercado).
  • Usar un plato más pequeño para moderar el tamaño de las porciones.
  • No disponer en el hogar de alimentos poco saludables.
  • Tener manzanas o frutas a la vista.
  • Mejorar la presentación de tus comidas, mientras más colores en el plato más nutrientes en el cuerpo.
  • Evitar el consumo de alimentos elaborados con grasas no saludables como las grasas vegetales, grasas hidrogenadas o grasas trans, presentes por ejemplo en bollería industrial o snacks.

Recuerda que:

Una circunferencia de cintura aumentada y glucosa, triglicéridos y presión elevada conforman un peligroso cóctel conocido como síndrome metabólico, el cual deriva en diabetes o enfermedades cardiovasculares y afecta cada vez a más personas. Una pérdida de peso moderada (10%) contribuye a la normalización de la presión arterial, a una disminución de los niveles de lípidos en sangre y al control de la glucemia del paciente. La realización de ejercicio físico moderado contribuirá así mismo a la consecución de esta pérdida de peso, además de producir mejoras en la calidad de vida de la persona.

Por: Lic. Cecilia Albisu
Licenciada en nutrición
Especialista en Nutrición Clínica Metabólica

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