La asertividad es una habilidad social muy útil para controlar los altos niveles de estrés, mejorar emociones negativas y mejorar nuestra calidad de comunicación con los otros. Eres alguien asertivo si te expresas de una manera eficaz y ante todo, si sabes defender tus opiniones y puntos de vista, respetando al mismo tiempo los derechos y creencias de los demás
Las conductas asertivas se trabajan desde nuestro interior . Ser asertivos significa tener la destreza para ser claros, francos y directos, diciendo lo que de verdad queremos decir, sin herir los sentimientos de los demás, ni menospreciar la valía de los otros, sólo defendiendo nuestros derechos como personas.
Muchas personas suelen dar miles rodeos para decir algo. Otras son incapaces de negarse a las peticiones de los demás, y algunas se comunican por medio de gritos o insultos. Según la forma en que nos comuniquemos, seremos escuchados o rechazados. Ser asertivos y empáticos con los demás nos eleva la autoestima y permite que nos ganemos el respeto de quienes nos rodean. Algunas personas parecen ser naturalmente asertivos. Pero si tu no eres uno de ellos, puedes adquirir esta importante habilidad.

Siete consejos para mejorar la asertividad1
Piensa en todo el estrés que puedes ahorrarte diciendo “NO” a tiempo. Muchas personas son incapaces de dar una negativa, se atiborran de trabajo, de responsabilidades y terminan enojadas consigo mismas, agotadas, ansiosas y arrepentidas de no haber reaccionado de una manera coherente. Saber decir no a tiempo, y expresarlo de una manera adecuada nos reconcilia con nosotros mismos y nos permite sentir, pensar y actuar por el mismo lado.
Si no te consideras una persona asertiva, te invito a trabajar en este aspecto, pues la asertividad se puede aprender, afortunadamente.
Una comunicación asertiva se basa siempre en el respeto mutuo y se considera al otro como un interlocutor válido. Como dije antes, consiste en un estilo de comunicación efectiva y diplomática. La persona asertiva muestra que sabe respetarse a sí misma debido a que entra en la conversación y tiene claro que ha de defender sus intereses y expresar sus pensamientos y sentimientos en forma directa y clara.
Dicha persona también es muy consciente de los derechos de los demás y está dispuesto a escuchar con respeto y atención para trabajar de manera honesta en la resolución de conflictos. Obviamente, no es solo lo que se dice (el mensaje que queremos transmitir), sino también la manera cómo se dice.
La comunicación asertiva es sincera y respetuosa. Al ser asertivos nuestros mensajes serán entregados con mayor éxito. Si te comunicas mostrándote muy pasivo, reverencial, distraído o de manera agresiva y vulgar, lo que quieres decir puede perderse, puesto que la persona que te escucha estará más pendiente de tus actitudes o de defenderse, que de las cosas que dices.
Si por ejemplo tienes un estilo de comunicación pasivo, es muy probable que a tu interlocutor le parezcas tímido, servil, cobarde o excesivamente tolerante. Si te has visto en la cotidianidad diciendo cosas como : “estoy de acuerdo con lo que diga el grupo”, “lo que venga está bien”, “ claro que sí. Me quedaré horas extras para revisar las carpetas que necesitas”. Estás tratando de evitar el conflicto, o de caer bien.
Pero, ¿porqué esa costumbre puede causarte problemas? Debido a que el mensaje que estás enviando es que tus pensamientos y sentimientos no son tan importantes como los de otras personas. En esencia, cuando estás demasiado pasivo, les das a otros la licencia de no tener en cuenta tus deseos, sentimientos y necesidades.
Piensa en este ejemplo: dices que sí cuando un colega te pide el favor de hacerte cargo de un proyecto extra, a pesar de que su agenda de trabajo está llena, y el “favor” que harás a tu compañero significa que tendrás que trabajar horas extras y perderás la fiesta de cumpleaños de tu hija. Tu intención, al aceptar hacerte cargo, puede ser mantener la paz o agradar al otro. Pero decir sí todas las veces envenena tus relaciones, y lo peor, es que te puede provocar un conflicto interno debido a que tus necesidades y las de tu familia siempre van a quedar en un segundo lugar.
El conflicto interno que puede ser creado por un comportamiento pasivo puede conducir a emociones negativas.
- Estrés
- Resentimiento
- Furia contigo mismo
- Los sentimientos de victimización
- El deseo de venganza
- Sentirte utilizado e infravalorado.
Ahora pensemos en otra manera incorrecta de comunicarnos. Si tu estilo es agresivo, puedes ser percibido como un impresentable, o un energúmeno que no tiene en cuenta las necesidades, sentimientos, situaciones particulares y puntos de vista de los demás. Las personas muy agresivas están siempre a la defensiva, no suelen escuchar, interrumpen la comunicación de los otros, humillan e intimidan a los demás, e incluso pueden convertirse en una amenaza física. Algunos piensan que siendo agresivos conseguirán lo que desean .
Sin embargo, esto tiene un alto costo. La agresión daña el aprecio, la confianza y el respeto mutuo. Las demás personas pueden llegar a resentirse, vengarse y evitar al agresivo.
Pensemos ahora en el llamado comportamiento pasivo-agresivo. Si te comunicas de manera pasiva agresiva, es probable decir que sí , aunque quieras decir que no. Puedes comportarte con cinismo o de manera sarcástica y quejarse de los otros a sus espaldas. Dices que sí, pero no lo haces de manera eficiente. Buscas demorarte de manera exagerada, sacas excusas y exasperas a los otros por el incumplimiento.
En lugar de enfrentarte al problema de manera honesta y clara, puedes mostrar una mala actitud, tu molestia y sentimientos negativos a través de tus actitudes negativas o acciones. Es muy posible que hayas desarrollado un estilo pasivo-agresivo debido a tu incomodidad siendo directo acerca de necesidades y sentimientos. Este estilo tiene muchas desventajas. Con el tiempo, los pasivos agresivos pierden credibilidad, no son considerados personas serias o disciplinadas o confiables y daña las relaciones con los demás.
Ni ser pasivo, ni ser agresivo, ni ser pasivo–agresivo nos permitirá tener una buena comunicación. Debemos situarnos en el punto que ofrece la asertividad. Pues ser asertivo es visto como un estilo de comunicación saludable , constructiva, digna y honesta. Ser asertivos nos ofrece muchos beneficios en las relaciones interpersonales. Mira todo lo que puedes obtener gracias a la asertividad:
- Ganar confianza en ti mismo y la autoestima
- Comprender y reconocer tus sentimientos
- Ganarte el respeto de los demás
- Mejorar la comunicación
- Crear situaciones de empatía
- Mejorar tus habilidades de toma de decisiones
- Crear relaciones honestas
- Obtener mayor satisfacción en el trabajo
- Aprender a ser más asertivo también puede ayudar a expresar tus sentimientos de manera efectiva cuando te comunicas con otros acerca de cuestiones.
Aquí te dejo siete consejos para ayudarle a ser más asertivo:
- Evaluar tu estilo. ¿Sabes expresar tus opiniones o permaneces en silencio? ¿ dices que sí a un trabajo adicional, incluso cuando tu agenda está llena? ¿Eres rápido para juzgar o culpar? ¿Las personas parecen temer hablar contigo? Entiende y reflexiona acerca de tu estilo antes de empezar a realizar cambios.
- Utiliza declaraciones empleando “yo” El empleo de declaraciones de “yo” permite a otros saber lo que estoy pensando sin sonar acusatorio. Por ejemplo, decir: “No estoy de acuerdo,” en lugar de “Usted está equivocado.”
- Practica decir que no. Si tienes dificultades para rechazar las solicitudes, trata de decir, “No, no puedo hacer eso ahora.” No dudes – sé directo. Si es una explicación adecuada, que sea breve.
- Ensaya lo que quieres decir. Si se trata de un reto para decir lo que quieres o piensas, práctica escenarios típicos que encuentres. Di lo que quieres decir en voz alta y muchas veces. Te puedes ayudar si lo escribes en primer lugar, también, así puedes practicar a partir de un guión escrito por ti mismo. Considera la posibilidad de hacer un juego de rol con un amigo o colega y pídele su opinión contundente.
- Utiliza el lenguaje corporal. La comunicación no es sólo verbal. Actúa con confianza, incluso si no lo estás sintiendo. Mantener una postura erguida, pero inclinarse un poco hacia delante. Establecer contactos periódicos con los ojos. Mantener una expresión facial neutra o positiva. No retorcer las manos o usar gestos dramáticos. Practicar el lenguaje corporal asertivo frente a un espejo o con un amigo o colega.
- Mantén las emociones bajo control. El conflicto es difícil para la mayoría de la gente. Tal vez te enojas o te frustras, o tal vez tienes ganas de llorar. Aunque estos sentimientos son normales, puedes buscar la mejor manera de resolver los conflictos. Si te sientes demasiado conmocionado para afrontar una situación, espera un poco si es posible. Tómate un té y respira profunda y lentamente. Luego trabaja en mantener la calma. Mantén tu voz uniforme y firme.
- Empieza con cosas pequeñas. Al principio, práctica tus nuevas habilidades en situaciones que sean de bajo riesgo. Por ejemplo, prueba tu asertividad en pareja o con un amigo antes de afrontar una situación difícil en el trabajo. Evalúate después y ajusta tu enfoque según sea necesario.
Recuerda, aprender a ser asertivo requiere tiempo y práctica. Si has pasado años silenciándote a ti mismo, hacerte más asertivo probablemente no va a suceder de la noche a la mañana. O si la ira o la impulsividad te lleva a ser demasiado agresivo, es posible que tengas que aprender algunas técnicas de manejo de la ira. Si a pesar de tus mejores esfuerzos no estás progresando hacia ser cada vez más asertivo, considera la formación formal en habilidades sociales.
Y si ciertas cuestiones tales como la ira, el estrés, la ansiedad o el miedo están en tu vida, contempla la posibilidad de hablar con un profesional de la salud mental . La recompensa valdrá la pena. Llegando a ser más asertivo, puedes comenzar a expresar tus verdaderos sentimientos y necesidades con mayor facilidad.