La manera como nos comunicamos con los demás, determina en gran medida el éxito de nuestras relaciones. Si lo hacemos con amor, cuidado del otro y respeto, seguramente tendremos una vida más tranquila con los demás. Sin embargo, en muchas ocasiones recurrimos a imponernos o dirigirnos a otras personas en tono de regaño, reclamo o burla, lo cual dificulta la respuesta del otro o condiciona su reacción; esto puede acarrear problemas a largo plazo si luego de una discusión, no se recurre al diálogo y ni se busca una salida concertada a los problemas.
¿Has intentado, en vez de agredir, buscar alternativas de discusión a través del diálogo y la concertación para arreglar los problemas que surjan con los demás? Déjanos conocer tu opinión.