El Día Internacional del Reciclaje es celebrado anualmente el 17 de mayo con el objetivo de promover a nivel local, comunitario y familiar la importancia de reducir nuestra producción de desechos a través del reciclaje o sustituyendo nuestra elección de productos (como bolsas de plástico) por elementos menos perjudiciales para el medio ambiente.
La producción de desperdicios es una de las mayores preocupaciones de las entidades y grupos de activistas dedicados a educar a la población mundial acerca de la problemática de la contaminación. Según un reporte del Banco Mundial, las tasas de generación de residuos están aumentando en el mundo. En 2016, las principales ciudades del globo generaron 2.010 millones de toneladas de desechos sólidos, lo que representa una huella de 0,74 kilogramos por persona al día.
Con el rápido crecimiento de la población y la urbanización, se espera que la generación anual de residuos aumente en un 70 % globalmente (3,40 mil millones de toneladas) en 2050. En cuanto a América Latina y el Caribe, ONU Medio Ambiente estima que la generación de desechos de la región aumentará al menos un 25 % en 2050 (más de 671.000 toneladas diarias).
El estado actual de las cosas
Aunque solo representan el 16 % de la población mundial, los países de ingresos altos generan más de un tercio (34 %) de los desechos del mundo. La región de Asia oriental y el Pacífico es responsable de generar cerca de un cuarto (23 %) de todos los desechos, y se estima que, en 2050, la generación de desechos en África subsahariana se triplique, mientras que en el sur de Asia podría duplicarse el flujo de desechos.
En comparación con las naciones desarrolladas, los residentes en países en vías de desarrollo, y especialmente los países más pobres, se ven más afectados por la generación de desperdicios, ya que el 90 % de los residuos acaban en vertederos clandestinos o se queman.
En América Latina y el Caribe, un tercio de todos los residuos urbanos generados termina en basurales a cielo abierto, en ríos, playas, riachuelos, bosques y zonas residenciales. Estas son prácticas comunes con terribles consecuencias para la salud y el medio ambiente, pues los desechos mal administrados se convierten en caldo de cultivo para las enfermedades y contribuyen al cambio climático y la contaminación de suelos, fuentes de agua y el aire de la región.
El reciclaje: la gran solución
La gestión adecuada de los residuos es indispensable para construir ciudades sostenibles y mejorar la calidad de vida de miles de personas, sin embargo, a menudo esta gestión es costosa, lo que dificulta que los municipios o gobiernos destinen montos presupuestarios suficientes.
De hecho, las tareas de reciclaje han pasado a ser, en muchos países, asunto exclusivo de los trabajadores informales, que recolectan, clasifican y reciclan desechos como principal fuente de ingresos.
Aunque la solución es clara, requiere la participación de las autoridades y del estado para promover proyectos que aborden los medios de vida de los recicladores, fortaleciendo estrategias dignas de integración al sistema habitual de recolección de desechos. De igual forma, es necesario divulgar las bondades del reciclaje e integrar a las comunidades y familias a través de programas que eduquen a la población.
Consejos prácticos para reciclar y promover el cuidado del planeta desde el hogar
- Destinar un área de reciclaje en el hogar, de modo que los niños sepan dónde depositar cada uno de los distintos tipos de desechos.
- Enseñar a los niños a distinguir entre lo que se puede y lo que no se puede reciclar, de este modo, serán más conscientes a la hora de analizar el daño que pueden generar ciertos productos al planeta. Los plásticos son especialmente problemáticos, porque si no se recolectan y administran adecuadamente, contaminarán y afectarán las vías fluviales y los ecosistemas durante cientos o miles de años. Es importante que los niños sepan esto y que fortalezcamos en ellos el hábito de tomar decisiones con conocimiento.
- Programar actividades de reciclaje familiares, esto puede ser: un día especial al mes o cada tres meses donde la familia se reúna para crear artesanías con materiales reciclados, restaurar objetos en mal estado para reutilización, etc.
- Instruir a los niños sobre cómo tomar decisiones de compra inteligentes: por ejemplo, ayudarlos a elegir productos amigables con el medio ambiente sin comprometer funcionalidad, durabilidad o precio. También podemos motivar a los pequeños a elegir productos reciclados.
- Promover la creación de grupos comunitarios o campañas locales donde otras personas puedan llevar sus desechos para ser reciclados y reutilizados. Estas acciones son muy beneficiosas para educar a la gente sobre el correcto manejo de artículos que no se pueden colocar en contenedores de reciclaje normales, como baterías, bombillos y otros.
América Latina y el Caribe aprovecha solo el 10 % de todos los residuos que se generan en la región, de acuerdo con un informe publicado por ONU Medio Ambiente en 2018.