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Miedos infantiles: Ayúdale a tu hijo a superarlos

Por Lic. Marcela Monte
Cómo ayudar a superar los miedos a los niños. Miedos infantiles: Ayúdale a tu hijo a superarlos

Todas las emociones son señales del cuerpo para manifestar algo. En el caso del miedo, lo que señala es una necesidad de vigilancia. El miedo es una llamada de alerta para estar atento a la probabilidad de un perjuicio. El miedo manifiesta un alerta frente a un ser, objeto o situación que podría causar un daño. Hasta aquí la misión que cumple el miedo es loable, es una emoción protectora.

La transmisión de miedo en la crianza

El miedo ha sido fundamental para la supervivencia de la humanidad, observa cómo: En un grupo de personas un familiar salió al bosque y volvió con una mordedura en su cuerpo, relatando que había sido atacado por una serpiente. Al poco tiempo esta persona fallece como consecuencia de la mordedura. El resto de la familia, afectados por la pérdida, comienza a temer a las serpientes y a transmitir al entorno el pánico hacia estos animales para prevenir futuras posibles muertes. Así es que el temor a las serpientes se transmite en esa familia, y en los grupos cercanos a ella de generación en generación, para evitar una nueva experiencia real de pérdida, como la que tuvieron.

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Los miedos inútiles

Como se mencionó anteriormente, un miedo puede resultar protector, pero muchas veces los temores que son transmitidos, incluso en los medios de comunicación, son irracionales o al menos no cumplen un papel en la supervivencia y, sin embargo, marcan muchas vidas y muchas formas de crianza. A veces los adultos transmiten sus propios temores de la infancia de manera involuntaria. Hay madres que han sido temerosas de la oscuridad y entonces colocan pequeñas luces nocturnas en el cuarto de los niños o dejan una luz de un pasillo encendida, pensando que si los niños despiertan, no se encuentren en un ambiente totalmente oscuro –detalle que probablemente el niño ni siquiera considera hasta que la misma madre se lo menciona-. Entonces, el niño no temía a la oscuridad sino hasta que la madre le generó la idea de que hay algo que temer en la oscuridad, y por eso habrían de dormir con una luz encendida.

El miedo limita

El mayor problema con el miedo, es que es una emoción que habitualmente paraliza y desencadena pensamientos de catástrofe –algo terrible está por suceder-, de peligro inminente –hay que estar prevenido porque en cualquier momento algo malo puede ocurrir-, de inutilidad –yo no tengo los recursos para lidiar con esto-, o de incapacidad – yo no sería capaz de enfrentar el objeto, suceso o ser que me atemoriza-. Entonces la situación, ser u objeto atemorizante se evita y la evitación se reitera, una y otra vez. Entonces lo peor del miedo es cuando se involucra el pensamiento, ya que influenciado por las señales orgánicas de temor, desarrolla lo que en psicología cognitiva se llama una baja expectativa de autoeficacia. Este concepto indica que el niño comienza a desconfiar de sus propios recursos y habilidades para hacer frente a lo que le produce temor, y comienza así a limitar la cantidad y calidad de sus experiencias. A veces es un proceso muy sutil y silencioso, y en el interior del pequeño va dejando huellas que posiblemente desmejoran el concepto que tiene de sí mismo, y quizás disminuye su autoestima debido a que no se atreve a enfrentar aquello que le produce, probablemente a esa altura, terror.

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La solución

Hasta el momento, la solución más efectiva conocida para superar definitivamente un miedo es la acción. Se trata de lograr hacer aquello que definitivamente se teme. A esto se puede llegar por diferentes vías, a veces de una sola vez –decidiendo hacerlo a pesar de sentir el miedo y listo-, otras a través de aproximaciones sucesivas hasta llegar a tolerar la cercanía con aquello que produce el miedo. Sea como sea, el éxito en superar un miedo es consiguiendo operar sobre él y atravesar la situación de contacto con lo que está aterrando. Dependiendo de la intensidad y profundidad con la que esté instalado el temor, se podrá obtener un éxito inmediato o se considerará la necesidad de un proceso psicoterapéutico para apoyar la labor.

El miedo está en la imaginación

Ya lo ves, siempre y cuando no se trate de un miedo causado por un riesgo real y tangible que ponga en peligro la supervivencia, la mayoría de los temores que conviven con las personas y limitan su calidad de vida, sientan bases en una imaginación florida e indisciplinada por medio de la cual, sin ninguna evidencia en la realidad, comienzan a unir información del entorno, que es seleccionada en forma automática con el fin de justificar su temor. Un ejemplo frecuente de esto es el de las personas que temen volar en avión, porque creen que podría llegar a caerse. Estas personas habitualmente basan sus estadísticas en las noticias de aviones caídos, derribados, estrellados y desaparecidos. Grande es su sorpresa cuando se constata, conjuntamente con ellas, lo que no lograban visualizar desde su estrecho y parcial análisis: todos los días, miles de aviones cumplen su despegue, trayecto y aterrizaje de manera exitosa, lo que ocurre es que no son noticias que estén en informativos, ni en las redes sociales ni en la televisión.

El apoyo concreto

Si quieres ayudar a tu hijo a superar un temor excesivo e imaginario que lo está limitando, entonces aquí hay algunas pautas de acción:

Comienza por apoyar al pequeño con datos objetivos de que su miedo tiene un origen imaginario aunque sea real en la emoción, es decir que su temor sólo es genuino porque él lo está sintiendo, no porque pueda ocurrir aquello que teme. También, es sumamente importante revisar si desde el entorno familiar o cercano se ha generado o alimentado el miedo, para corregir aquella información o acciones que estarían apoyando la idea del peligro inminente –como el permanecer con la luz encendida en el mencionado ejemplo del miedo a la oscuridad-.

Entonces, como el miedo se origina en la imaginación, resulta muy beneficioso el revisar cuáles son las imágenes que se disparan en forma automática en la mente del niño, que pueda relatarlas detalladamente, escuchándolo sin ningún tipo de juicio. Luego ayudar a crear nuevas imágenes que lleven esa secuencia a un final neutro o feliz, en cambio de aquel temido trágico final que produjo el temor.

Si no puedes por ti mismo, el apoyo psicológico infantil especializado logra muy buenos resultados en pocas sesiones, ya que las técnicas de psicoterapia cognitiva para este tipo de dificultades, resuelven los limitantes y favorecen la continuidad de una vida plena, posibilitando experimentar la existencia como una aventura plena de novedades y atravesando los miedos que naturalmente pueden aparecer.

Crecer dominando los miedos, empodera a los pequeños para toda la vida, ¡permíteselos!

Por: Lic. Marcela Monte
Facebook:  https://www.facebook.com/LicMarcelaMonte/
Licenciada en Psicología
Universidad Nacional de San Luis / Argentina
Psicoterapeuta Cognitivo – Conductual Infantil
Contacto: info@infantopsicologia.com 

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