La música no es ilusión, sino más bien, revelación.
Su poder triunfal radica en el hecho de que nos revela bellezas que no encontramos en ninguna otra parte, y en que la percepción que tenemos de ella no es transitoria, sino una perpetua reconciliación con la vida”. Piotr llic Chaicovski
Desde la antigüedad hasta el día de hoy, la música nos ha acompañado y nos seguirá acompañando en sus muy variadas y rítmicas tonalidades porque nuestros cerebros son musicales por naturaleza. Como dice el Neurólogo recientemente fallecido, Oliver Sacks, prácticamente todos los seres humanos somos seres musicales, ya que son muy escasas las personas que carecen del aparato nervioso que les permite apreciar tonos y melodías. Condición que se denomina anhedonia musical y la cual hace referencia a la insensibilidad y la ausencia de placer que presentan distintas personas ante la música.
Dejando de lado a aquellas personas que no son capaces de responder emocionalmente ante la música, los seres humanos estamos permanentemente arraigados a la música; estemos solos o acompañados, tristes o alegres, la música está presente en nosotros con todos sus tonos, timbres, melodías, armonías y ritmos. Por otra parte, el arte de la música es uno de los medios principales que tenemos para expresar nuestras emociones; de hecho las áreas cerebrales involucradas con la música son las áreas de la gratificación, la motivación, la planeación y la emoción.
La música está considerada entre los elementos que causan más placer en la vida. Libera dopamina en el cerebro como también lo hacen la comida, el sexo y las drogas”. Facundo Manes
Hay diversos estudios que avalan que en todas las culturas la música posee la cualidad de poder expresar las más variadas y amplias emociones, entre ellos hay un estudio citado por el neurocientífico, Stefan Koelsch, en el cual le pusieron diversas melodías a un grupo de individuos del continente africano que nunca habían escuchado música Occidental. Para ver si lograban reconocer alguna emoción, los resultados mostraron claramente que podían reconocer y expresar emociones como alegría, tristeza, placer, diversión y hasta miedo a través de las notas, los tonos, el ritmo y las melodías musicales que escuchaban.
La música es emocional, ¿quién no se ha sentido emocionado por alguna melodía? ¿Quién no ha escuchado una canción que le haya recordado un momento de amor, de alegría, de triunfo o de dolor? ¿Quién no ha tenido una canción pegajosa y repetitiva dentro de su cabeza y de la cual no se ha podido despegar? ¿Quién no se ha sentido conmovido al escuchar alguna melodía hasta el punto de sentir escalofríos u hormigueos en todo el cuerpo?
La música tiene un gran poder y está entre los mecanismos que pueden llegar a generar más placer en nuestras vidas, de hecho hay ciertas melodías o momentos musicales que pueden llegar a provocarnos cambios fisiológicos en nuestro organismo, como aumento del ritmo del corazón, bajada o aumento de la temperatura corporal, dilatación de las pupilas, aceleración de la respiración, o sudoración en las manos o hasta se nos puede llegar a erizar la piel ante una melodía.
El placer que nos genera la música y las diversas reacciones y cambios físicos y viscerales que nos produce los podemos manifestar cantando, tamborileando, aplaudiendo o bailando al ritmo de esta.
La música actúa sobre nosotros, sobre nuestro sistema nervioso, e incluso sobre nuestras funciones vitales”. Vladimir Jankélévitch.
Prácticamente vivimos rodeados por sonidos musicales, por esto hay infinidad de estudios que se han realizado y se vienen realizando sobre el arte de la música, ya que como indican los investigadores, esta posee la cualidad de que puede variar de forma muy específica en el cerebro porque “es capaz de llegar a cualquier función cognitiva y afectiva del proceso mental con su correspondiente estructura a nivel cerebral”.
De hecho el aprender a tocar un instrumento musical permite desarrollar habilidades que no son musicales como oír con más precisión, recordar eventos que sucedieron hace poco y poder hacer más de una tarea a la vez. Así es como gracias a la música se han podido realizar investigaciones sobre los diferentes tipos de memoria, como la auditiva-sensitiva, la memoria a largo plazo, la integración visual y auditiva, el aprendizaje, el lenguaje o la percepción.
Por ejemplo, se ha encontrado que el cerebro no posee la capacidad para distinguir entre la música y el lenguaje, especialmente el cerebro en edades infantiles; lo que ha llevado a concluir que las áreas cerebrales implicadas en el lenguaje y la música, así tengan funciones muy especializadas, comparten las mismas redes neuronales.
Pero, la música está más relacionada con las emociones que con el significado lingüístico de las palabras; por ejemplo los pacientes que sufren afasia, el cual es un trastorno causado por lesiones en las partes del cerebro que controlan el lenguaje, y que le impide a la persona el poder leer, escribir y expresar lo que desean decir, se ha encontrado que si pueden llegar a cantar.
Dentro de la gran variedad de investigaciones y estudios que se vienen realizando con respecto a las diversas cualidades que posee el arte de la música, ocupan un lugar destacado todos aquellos estudios enfocados en el área de la salud; los cuales surgen hacia finales de los años cuarenta como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, ya que se encontró una gran mejoría del dolor físico y el sufrimiento emocional en los soldados que regresaban del campo de batalla con heridas cerebrales graves y traumas emocionales severos; encontrándose que muchas de las reacciones físicas y viscerales que padecían como temblores, sudoración o palpitaciones mejoraban notablemente con la ayuda de la música.
A raíz de estos descubrimientos la música empezó a considerarse como una herramienta útil en el tratamiento de diversas enfermedades; lo cual se puede apreciar en el aumento de diversas investigaciones de los últimos años, sobre los cambios que produce la música a nivel cerebral, sobre sus implicaciones en las diferentes funciones cognitivas, así como sobre los efectos y los beneficios que genera en las emociones; sobre todo en pacientes que sufren depresión, traumas emocionales, enfermedades autoinmunes, síndrome de Tourette, el síndrome de Williams, la demencia, la afasia, la amnesia, el autismo, o el alzhéimer; etc.
Por ejemplo, hay investigaciones que han encontrado que las personas que han sufrido algún tipo de cirugía, mejoraban más rápido cuando escuchaban la música que les gustaba a diferencia de aquellos que no escuchaban ningún tipo de música. Otras han demostrado que la música es muy útil en el tratamiento de lesiones y trastornos cerebrales adquiridos; como dijo el neurocientífico Facundo Manes, la música puede ayudar a los pacientes a poder recuperar sus habilidades lingüísticas y motrices, ya que la música tiene el poder de activar casi todas las regiones del cerebro.
También se ha encontrado que los pacientes que sufren la enfermedad de parkinson, cuando escuchan música pueden volver a recuperar el equilibrio y los movimientos normales que tenían antes de que padecieran dicha enfermedad.
Las nuevas terapias basadas en la música pueden favorecer la neuroplasticidad -nuevas conexiones y circuitos- que compensan en parte las deficiencias en las regiones dañadas del cerebro”. Facundo Manes
Dentro de todas las investigaciones que hay en la actualidad, es importante destacar las que se han realizado y se vienen realizando con respecto a la vejez, especialmente aquellas relacionadas con la enfermedad de Alzheimer. Se podría pensar que la terapia con música o musicoterapia puede ser difícil o imposible con este tipo de pacientes por la complejidad de la enfermedad y sobre todo en etapas avanzadas; sin embargo, las investigaciones en este campo son bastantes amplias, y se han enfocado en diversos aspectos de la enfermedad, como las emociones, las capacidades cognitivas, los pensamientos y los recuerdos.
La Musicoterapia es el uso dosificado de la música en el tratamiento, la rehabilitación, la educación, reeducación y el adiestramiento de adultos y niños que padezcan trastornos físicos, mentales y emocionales”. Juliette Alvin.
La enfermedad de Alzhéimer, es un tipo de demencia que afecta principalmente la memoria, por esta razón el Instituto Max Planck de Neurociencia y Cognición Humana de Leipzig (Alemania), con el apoyo de diversos científicos de Europa, realizaron una investigación, la cual ha sido publicada a mediados de este año, en la cual han demostrado porqué algunos enfermos de Alzheimer a pesar de que llegan a olvidar hasta su propio nombre, no olvidan o pueden llegar a reconocer una canción que les emocionó décadas atrás, es decir que el alzhéimer no afecta sus recuerdos musicales.
Las conclusiones a las que llegaron, según el neurocientífico del instituto Max Planck y coautor del estudio, Jörn-Henrik Jacobsen, fue que “al menos, los aspectos cruciales de la memoria musical son procesados en áreas cerebrales que no son las que habitualmente se asocian con la memoria episódica, la semántica o la autobiográfica”.
De hecho el neurólogo Oliver Sacks, afirmaba que “la terapia musical con estos pacientes era posible porque la percepción musical, la sensibilidad, la emoción y la memoria musical pueden sobrevivir mucho después de que otras formas de memoria hayan desaparecido; oír una música conocida suscita emociones y asociaciones olvidadas desde hace mucho tiempo, lo que permite a los pacientes acceder a estados de ánimo y recuerdos, pensamientos y mundos que parecían haberse perdido del todo”.
En esta misma línea que Sacks, el científico Robert Zatorre y fundador del laboratorio canadiense Brain, Music and Sound, afirma con respecto a la memoria musical, que cuando escuchamos música, los impulsos musicales se distribuyen en las redes cerebrales que están relacionadas con la percepción musical, y también con aquellas redes neuronales encargadas del almacenamiento de la música que ya hemos escuchado, por lo tanto las respuestas cerebrales ante una melodía musical están condicionadas por lo que hemos escuchado con anterioridad; por esta razón es que la mayoría de las personas que sufren Alzhéimer, conservan sus recuerdos musicales aún en las fases más avanzadas de la enfermedad.
Los recuerdos que más perduran son los que están ligados a una vivencia emocional intensa y justo la música está más ligada con las emociones y la emoción es una puerta al recuerdo”.
Fátima Pérez-Robledo/Musicoterapeuta.
Según la Federación Mundial de Musicoterapia, “la terapia con música es una técnica que busca descubrir potenciales y restituir funciones del individuo, para que este alcance una mejor organización intra e interpersonal y, consecuentemente, una mejor calidad de vida”; beneficios que se pueden apreciar con bastante claridad en las personas mayores.
En los cuales, se puede observar los beneficios de la música como en los procesos de nuevos aprendizajes, en el aumento de la capacidad de concentración y atención, en la disminución de la agitación y los niveles de ansiedad, y también ayuda a mejorar las habilidades de comunicación, y a reducir la soledad y el aislamiento. Con respecto a este último aspecto, Facundo Manes, plantea que existen diversas teorías que señalan que la música tiene un beneficio evolutivo, ya que esta se desarrolló para poder ayudarnos a todos a movernos juntos, ya que cuando la gente se mueve al unísono tiende a actuar de forma más altruista y a estar más unida.
Además de las cualidades que posee la música y de los beneficios que tiene para la salud y para el tratamiento de diversas enfermedades neurológicas, también podemos decir que la música está relacionada con nuestras necesidades físicas, psíquicas, sociales y cognitivas, y además, posee el don de poder aumentar nuestros niveles de felicidad y bienestar. Los sonidos, el ritmo, la melodía y la armonía pueden llevarnos a mundos imaginados y soñados, o nos pueden despertar emociones y sentimientos no pensados.
Así pues, son infinitos los beneficios que nos brinda la música ya sea que se use como herramienta terapéutica o simplemente como disfrute y ocio, ya que la música ha estado y seguirá estando con nosotros, porque somos, seres musicales por naturaleza.
Fuentes
Escribano L. Patricia. El uso de la música editada para la conservación de la memoria y atención en enfermos con demencia tipo alzhéimer. Tesis de master en musicoterapia. Isep 2012.
J. H. Jacobsen, y otros. Why musical memory can be preserved in advanced Alzheimer’s Disease. Brain a Journal Neurology. June of 2015.
Koelsch S. Brain and Music. Wiley John and Sons. 2012
Medline Plus. Biblioteca Nacional de Medicina de los EEUU.
Sacks O. Musicofilia. Anagrama. Barcelona. 2010.