fbpx
Inicio Columnas La depresión infantil en época de vacaciones

La depresión infantil en época de vacaciones

Por Lic. Marcela Monte
Cómo afrontar la depresión infantil en las vacaciones. La depresión infantil en época de vacaciones

 

Las depresiones que se dejan ver en vacaciones

Las vacaciones son habitualmente esperadas, un periodo de descanso merecido por la labor realizada, y algo idealizadas: pareciera que por el simple hecho de tener tiempo libre y la posibilidad del ocio, debiera de existir bienestar. Si bien es cierto que para muchos niños implica una descompresión de las rutinas escolares y extraescolares, para muchos también se transforma en una etapa algo tediosa, ya que al no contar con actividades estructuradas aparece el aburrimiento, el cual algunos niños individualmente y algunos grupos familiares saben resolver mejor que otros.

Cuando el tedio esconde algo más

A veces las vacaciones generan la oportunidad de compartir mayor tiempo con los chicos, observarlos mejor, y podría notarse que el malestar que manifiesta alguno de los pequeños es excesivo. Los padres suelen hacer mucho por procurar entretenimiento, inclusive actividades que usualmente el niño ha disfrutado, o que ha sido una de sus favoritas, y el pequeño pareciera no disfrutar de nada. Si comienza a poner los cinco sentidos con atención, este pequeño parecía estar tranquilo en soledad, pero en realidad está más aislado que lo habitual. También rechaza invitaciones de los amigos y compañeros, pasa mucho tiempo pensativo.

No siempre se evidencia la tristeza

Habituados al concepto de la depresión en adultos, se considera que una persona deprimida debería estar muy triste todo el tiempo, y aquí viene la primer gran diferencia en el cuadro de la depresión infantil, los niños suelen mostrarse más irritables que tristes, es como si les molestara más la vida y no pudieran disfrutar de nada. Aquí es donde generan el mayor desconcierto, y las diversas reacciones en los adultos: a veces de preocupación, otras de enfado o intolerancia porque no encuentran respuestas favorables a los esfuerzos por hacer que el niño se sienta bien.las vacaciones pueden causar depresión

Otros síntomas

Si has observado un panorama similar al descrito, puedes atender a otros detalles que te podrían hacer pensar que un niño atraviesa un episodio depresivo, o descartar esta idea. Su relación con los alimentos puede también darte pistas, una quita del apetito inclusive de alimentos que son de su agrado, o por el contrario, una ingesta importante –conductas diferentes a las habituales-. Llama la atención en estos casos la rápida ganancia o pérdida de peso corporal. El sueño suele ser otro indicador, un niño que duerme mucho más, y manifiesta que necesita dormir mucho más, se muestra como si estuviera siempre cansado, o por el contrario, duerme mucho menos que lo habitual.

El discomfort flotante

En esos días, el niño hace intentos por hacer aquellas actividades que le resultan placenteras y para las cuales ha esperado que llegaran las vacaciones, sin embargo al recrearse con su videojuego favorito, y su rendimiento no resulta bueno. Él está allí jugando, pero su mente lo distrae con pensamientos, y ante la reiteración de los malos resultados en su juego, lo asocia a sus pocas habilidades o talentos, y cree que esto ocurre porque no es lo suficientemente bueno. Se debilita su autoestima, y sumado a lo anterior se percibe la mala relación consigo mismo, el niño no halla bienestar en su persona, en sus actividades ni en su desempeño. Se lo puede oír diciéndose a sí mismo que es un bueno para nada, un inútil, un torpe, como formas de expresar su frustración, en forma reiterada.

Cuando los niños hablan de suicidio

Suena fuerte, y lo es. El malestar es para algunos niños difícil de soportar, y cuando sus recursos son insuficientes para explicar lo que les está pasando, o lo que están sintiendo y pensando, necesitan llamar la atención del entorno hacia sus terribles sensaciones internas y su manera subjetiva de experimentar la vida. La dificultad para manifestarse puede ser ocasionada porque su desarrollo es aún insuficiente, sea por la edad o el grado de maduración que hayan alcanzado.

Otras veces lo que ocasiona la dificultad para expresarse es la falta de receptividad del entorno. Si los adultos significativos para el niño no muestran apertura hacia los estados de ánimo y las experiencias del pequeño, difícilmente el niño pueda sentir que podría servir de algo manifestarse. Una mención de quitarse la vida, o deseo de no estar más, o ganas de estar muerto, o cesar de ser una molestia para los demás, o dejar de existir, nunca debe ser tomada a la ligera. Lo mismo con las actitudes de daño hacia sí mismo o provocaciones de dolor, a veces con autolesiones como lastimarse las uñas, arrancarse los cabellos de a uno o pocos, rasguñarse, pincharse, pellizcarse, por ejemplo.

Todo va a estar mejor

Si hay alguien atento, y se ocupa, seguramente que esto será así, y las cosas irán por los mejores carriles. Si bien estas descripciones no son cuadros acabados, pueden servir de indicadores de lo que sería un episodio depresivo mayor en un niño. Atención, porque no es necesario que estén todos los síntomas mencionados para que haya trastornos asociados a las depresiones, u otros cuadros como trastornos ansiosos o de conducta que de todos modos ameritan una consulta especializada para una correcta evaluación diagnóstica.

En el mejor de los casos, no habrá patología para diagnosticar y los adultos contarán con información acerca de los procesos que atraviesa el niño, y en el mejor de los casos, si hay un diagnóstico, habrá tiempo, oportunidades y maneras de apoyar al pequeño desde el entorno y con apoyo profesional idóneo para que atraviese la situación, resuelva sus detonantes y encuentre modos de resolver problemas para que de aquí en adelante se sienta dueño de manejar sus emociones y no que sus emociones lo manejen.

la tristeza en época de vacaciones

Siempre va a ser importante para un niño saber que haya adultos a su alrededor atentos e interesados por lo que sea que le esté ocurriendo. Esta actitud puede producir el cambio hacia el desarrollo de una vida plena, que probablemente es la que desean.

Por: Lic. Marcela Monte
Facebook:  https://www.facebook.com/LicMarcelaMonte/
Licenciada en Psicología
Universidad Nacional de San Luis / Argentina
Psicoterapeuta Cognitivo – Conductual Infantil
Contacto: info@infantopsicologia.com 

 

Related Articles

Deja un comentario