Durante mucho tiempo, el concepto de infertilidad se vio determinado por los estereotipos de género y la idea equívoca de que la mujer era la única responsable de la reproducción. Hoy en día, el avance de la medicina ha permitido a la sociedad evolucionar en este aspecto, revelando el importante rol que juega la figura masculina en la concepción y permitiéndonos saber que la infertidilidad puede ocurrir tanto en hombres como en mujeres.
¿Qué causa la infertilidad?
De acuerdo con el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos, la infertilidad se define como la incapacidad para concebir luego de un año (o más) de sexo sin protección. Recordemos que la concepción o embarazo ocurre cuando un espermatozoide fertiliza un óvulo; el óvulo fertilizado viaja al útero o matriz, donde se implanta y desarrolla durante 9 meses.
La infertilidad ocurre cuando se presentan problemas que interfieren en la fecundación; en los hombres, una función testicular o eyaculatoria defectuosa puede ser causa de infertilidad (lesiones en los testículos, varicocele…). También hay evidencia de desórdenes genéticos y hormonales que interfieren en la función reproductiva en los hombres.
En las mujeres, la infertilidad puede deberse a la presencia de irregularidades en la ovulación, como síndrome del ovario poliquístico, disminución de la reserva ovárica y amenorrea.
Los problemas de fertilidad pueden ser ocasionados, además, por el consumo de ciertos medicamentos, exposición a toxinas, tabaquismo y uso de drogas. Algunas enfermedades, como el cáncer, la diabetes y desórdenes autoimmunes, pueden generar desequilibrios hormonales asociados con la infertilidad.
¿Cómo afectan los problemas de fertilidad a la pareja?
El impacto psicológico de la infertilidad en una pareja puede poner en riesgo la estabilidad de la relación. La imposibilidad de tener hijos biológicos ha sido descrita, según la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, como una de las experiencias más desagradables que reportan a menudo las parejas, además de ser un precursor común de desequilibrios emocionales, ansiedad, depresión, crisis matrimonial y divorcio.
La investigación sugiere que los hombres y mujeres que descubren ser infértiles experimentan fuertes declives en su autoestima y tienden a sentirse estigmatizados. Algunas reacciones comunes incluyen:
- Emociones de ira, tristeza, frustración
- Deterioro en la auto confianza
- La sensación de haber perdido el control de nuestra vida
La depresión puede hacer que las personas con problemas de infertilidad pierdan conexión con sus parejas, pero también con su entorno familiar y círculo de amigos, en especial cuando se forma parte de un contexto social donde la reproducción es importante.
¿Cómo podemos abordar, prevenir y tratar la infertilidad?
En el caso de las mujeres, existen señales de alerta que deben ser tomadas en cuenta para tratar la infertilidad a tiempo, como:
- Períodos irregulares o ausencia de períodos menstruales
- Períodos menstruales muy dolorosos
- Endometriosis
- Enfermedad inflamatoria pélvica
- Más de un aborto espontáneo
En los hombres, puede haber sospecha de infertilidad cuando existen antecedentes de traumatismo testicular, cirugía de hernia o quimioterapia.
Existen casos en los que la infertilidad puede ser tratada con fármacos, cirugía, inseminación intrauterina o tecnología de reproducción asistida (ART), como la fertilización in vitro. La reproducción asistida recurre al uso de tratamientos de fertilidad con óvulos y embriones que se manipulan fuera del cuerpo. Un método común consiste en la extracción de óvulos maduros de los ovarios de una mujer mediante una aguja, que luego se combinan con óvulos fecundados en laboratorio; más adelante, los embriones son devueltos al cuerpo de la mujer interesada en dar a luz, o son donados a una futura madre.
La ART no siempre es efectiva, en especial cuando se trata de mujeres mayores de 35. Por otra parte, los costos elevados y la exigente demanda de tiempo hace que algunas parejas descarten de inmediato esta opción y prefieran resignarse a la idea de no tener hijos. En casos como este, para lidiar con el impacto psicológico negativo de la infertilidad, las parejas pueden hallar alivio acudiendo a terapia e implementando a su rutina diaria técnicas de relajación, como la meditación mindfulness.
La psicoterapia puede ser igualmente beneficiosa para las personas que deciden llevar un tratamiento de fertilidad, ya que los medicamentos pueden producir cambios anímicos bruscos e irritabilidad.