Seguramente habrás escuchado de los pecados capitales, gula, ira, avaricia o tal vez la pereza; muchas voces nos dicen que son las acciones contrarias que un buen ser humano haría, pues es razonable que una persona que se considere buena no reaccione con ira ante una situación que no le agrada, por el contrario, trataría de mantener la calma, para no lastimaría a otros y mucho menos a sí mismo.
Si hablamos de la avaricia, nos inclinaríamos a pensar en una persona poco deseable para compartir, es decir, ¿a quién le gustaría estar con alguien que sea tacaño o que todo lo quiera para sí mismo?, no es agradable estar con una persona que piensa todo el tiempo en tener dinero y poder, sin tener en cuenta a los demás, sin que nada más importe.
O también podríamos mencionar la gula, aquella sensación de comer todo el tiempo así se sienta saciado o lleno, es más fuerte el querer continuar llevando a la boca diferentes tipos de comida, bien sea por no compartir con otros o porque no hay límites para detenerse.
Pero si hablamos de pereza, logramos entrar en una pequeña contradicción, ya que por una parte este término se relaciona con la ausencia de energía o disponibilidad para realizar una actividad determinada, yendo de la mano del desgano o falta de motivación, así como la dificultad de plantearse objetivos claros que lleven a excelentes resultados.
Un pequeña controversia

Sin embargo, usualmente la pereza también suele mencionarse como un incentivo de descanso, por ejemplo, cuando alguien dice “vamos a hacer pereza”, “está haciendo un día para hacer perecita”, está sugiriendo tener un momento de desconexión con las actividades que se están haciendo para recargar energía o con la intención de invitar a alguien más a tomar un descanso.
¿Es posible que la pereza sea buena?

Algunas personas podrían decir que no y otros cuantos dirían que sí, por ello presentamos algunas ventajas y desventajas de ‘hacer pereza’. Comencemos con las ventajas:
1. Si haces pereza junto a alguien que estimas o quieres, esto puede transmitirte paz y tranquilidad, reduciendo los niveles de estrés.
2. Si haces pereza desconectándote brevemente de tus actividades de estudio o trabajo, esto permite que la mente se despeje y al retomar lo que se estaba haciendo, lo haga con mayor ánimo.
3. Dedicar un tiempo limitado a hacer pereza permite que el cuerpo identifique de manera física y mental la necesidad de tener un espacio para descansar y no sobresaturarse.
Lo negativo

Entonces ¡que viva la pereza!, pero cuidado, no se puede olvidar que esta en exceso puede traer efectos negativos como:
1. No controlar el tiempo que se dedica a hacer pereza, lleva a la procrastinación, acumulando trabajo pendiente.
2. Hacer pereza en un lugar inadecuado, como en el trabajo, el colegio o en la universidad mientras se está en clase, puede traer una mala impresión de los compañeros o incluso del jefe.
3. Permitir que la pereza tome ventaja en las actividades diarias, conlleva a la desconcentración e infiere en la planeación y creatividad.
4. Tomar pausas activas únicamente haciendo pereza, da un mensaje negativo al cuerpo, pues este necesita moverse y circular entre el sedentarismo y la cinestesia.

Por lo tanto, es importante encontrar un equilibrio, entre lo que significa la pereza y lo que culturalmente llamamos “hacer pereza”, puede decirse que existe una línea muy delgada en las acciones que realizamos, para que aquello que consideramos necesario se convierta en algo negativo, malo o pecado.
Se necesita un equilibrio entre la pereza y el sano descanso
Intenta buscar ese equilibrio para que tu salud mental y física encuentren un sentido de tranquilidad, los extremos definitivamente son malos, no es bueno trabajar hasta el cansancio, pero tampoco es bueno descansar hasta no encontrar un sentido, tener la capacidad de identificar que ambos pueden ser un complemento es el inicio de poner en práctica las ventajas de “hacer pereza”.

Y hablando precisamente de ese equilibrio, traemos una pregunta: ¿Has escuchado la palabra procrastinar? Es el hábito de diferir o posponer el trabajo que necesitas que esté listo porque te ocupas de otras cosas menos importantes o te distraes con actividades no laborales. ¿Por qué ocurre esto? En el siguiente artículo te lo contamos: ¿Por qué nuestro cerebro nos hace procrastinar?
Ahora, si ya entendiste la forma correcta de tener ese equilibrio entre una sana sesión de descanso y pereza y el procrastinar, entonces queremos que sepas los grandes beneficios de un buen descanso cuando duermes:

El placer de dormir: todo lo que debes saber para que tu cuerpo y mente descansen plenamente
En esta conferencia, el doctor Rodrigo Izasa comparte secretos sobre el sueño y la actividad cerebral para entender: Lo que haces bien y mal a la hora de dormir y sus consecuencias sobre tu salud y tu desempeño laboral, los efectos del sueño nocturno sobre tu memoria y creatividad y el rendimiento sexual y su estrecha relación con el sueño.