La época de vacaciones navideñas suele estar asociada con estrés, conflictos familiares, presiones sociales y materialismo. Sin embargo, si tomamos un poco distancia y nos alejamos de la ansiedad y el estrés que supone el sentirnos obligados de encontrarnos con varios miembros de la familia con los que tenemos una mala relación, o los conflictos y discusiones relacionadas con el hecho de tomar decisiones familiares sobre dónde y con quién se pasarán cada uno de los días, o sobre la presión económica que supone el tener que comprar regalos, podremos recordar los significados esenciales de esta época, como:
1. Pasar tiempo con la familia
La navidad es una época de reconciliación que se puede aprovechar para restaurar las relaciones con aquellos familiares con los cuales se tienen conflictos, y también ayuda a estrechar y renovar los lazos con la familia. También es importante recordar que la familia no siempre es la sanguínea: es el grupo de personas con las que nos sentimos apoyados, protegidos y seguros, así que céntrate en quienes son importantes para ti y disfruta al máximo de la compañía y el afecto de tus seres queridos sin importan quién sea.
2. Participa en actividades religiosas
Las actividades religiosas de esta época mejoran el bienestar personal y proporcionan valor y significado diferente al materialismo que se le suele a asignar a esta época. Por tanto, si puedes hacerlo, anímate a participar y disfrutar de aquellas actividades espirituales con las cuales sientas afinidad, a lo mejor te sorprendes de la paz y el bienestar que puedes encontrar.
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3. Mantener las tradiciones
La navidad está llena de rituales que fomentan y ayudan a mantener la unión familiar, por esto, participar con los más pequeños y con la familia de rituales como decorar el árbol de Navidad, colocar las luces y las exhibiciones navideñas o cantar villancicos, etc., nos ayuda a darnos cuenta que no estamos solos, que formamos parte de un grupo que nos acoge y nos quiere.
4. Gastar dinero en otros a través de la compra de regalos
Las compras de los regalos son importantes porque nos despiertan la ilusión, nos ayudan a mantener las relaciones sociales y expresar el afecto que sentimos por nuestras personas cercanas. Gestiona, simplifica, olvídate de los grandes obsequios y compra con sentido, piensa en lo que le gusta a tus familiares o amigos, un pequeño detalle con sentido y significado es más valorado y querido que un regalo costoso y sin connotación afectiva.
5. Recibir regalos de otros.
No necesariamente tienen que ser regalos costosos u ostentosos, el saber que alguien ha pensado en nosotros y nos ha dedicado su tiempo, aumenta nuestra sensación de bienestar. No te molestes por si te han dado un regalo que no es de tu agrado o no es acorde con tu estilo, lo importante es el disfrute de abrir el regalo y el detalle que contiene.
6. Ayudar a otros
Sentirse útil, ser solidario, ayudar y hacer sentir bien a los demás es una de las grandes fuentes de bienestar emocional. Así que, ayuda a alguien, un familiar, un amigo, un vecino, un desconocido. En esta época hay mucha gente que está completamente sola o con muy pocos recursos económicos, así que regálales algo que valores y aprecies, no lo que te sobra, como puede ser tu tiempo participando o ayudando como voluntario en alguna sociedad benéfica o ayudando en alguna actividad comunitaria.
7. Disfrutar de lo sensual
Disfrutar de los aspectos de las vacaciones, como, por ejemplo, una buena comida al lado de nuestros seres queridos y de los amigos, es un momento inolvidable. Así que, date el gusto de dar rienda suelta a la indulgencia, pero con equilibrio. Disfruta de las delicias de esta época pero mantén tus hábitos de vida saludable, ya que tampoco se trata de perjudicar tu salud, sino de poder disfrutar de la buena comida con tus seres queridos.
8. Agradecer todo aquello que tenemos
Mantener una actitud agradecida con todo lo que hay en nuestras vidas, independientemente de cómo sea, aumenta nuestra felicidad, vitalidad, y optimismo. Por esto, recuerda que si bien la navidad es una época de reconciliación, de compartir y de paz, también nos invita a practicar el agradecimiento. Agradece todo lo que tienes, todo lo vivido y aprendido, porque así creas que todas las navidades son iguales, no es verdad, todo cambia, así que celebra y brinda por la vida, la familia y los amigos y da las gracias por todo lo maravilloso que está por venir.
Por: Nancy Castrillón
Licenciada en Psicología / Universidad de San Buenaventura, Medellín – Colombia
Máster en Neurorehabilitación / Universidad Autónoma de Barcelona
Máster en Humanidades /Universidad de Barcelona
Máster en Cronicidad y Dependencia /Universidad Pompeu y Fabra
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Bibliografía
Kasser, T., & Sheldon, K. (2002). What makes for a merry Christmas? Journal of Happiness Studies, 3, 313-329.