Nuestro cuerpo es una máquina perfecta que además piensa, tiene sentimientos y es consciente de su propia existencia. La mayoría de nosotros nacemos con la potencialidad para desempeñarnos en diversas áreas. Si nos referimos al ejercicio, por ejemplo, nuestro cuerpo debería estar preparado para andar, brincar, jalar, correr, empujar, levantar, nadar, golpear, pero debido a los malos hábitos y el sedentarismo estas capacidades motrices no están desarrolladas en su totalidad. Es más, ni siquiera esas personas que acuden al gimnasio para realizar una rutina de pesas tres o cuatro veces a la semana, están preparadas física y psicológicamente para afrontar de manera eficiente los desafíos que impone la vida diaria.
Desde hace algún tiempo los especialistas en acondicionamiento físico nos hablan de un tipo de entrenamiento que es capaz de mejorar la funcionalidad del cuerpo empleando de manera eficaz las diferentes cadenas musculares, no musculatura aislada únicamente. A este tipo de trabajo se le llama “Entrenamiento físico funcional”. Éste tipo de rutina es fabulosa para prepararnos y asumir de la mejor manera los retos cotidianos que se nos presentan.
Muchos no nos damos cuenta de nuestra baja condición física hasta que no hacemos algo que se sale de lo común. Por ejemplo, después de hacer una mudanza, muchos de nosotros presentamos dolor en la espalda y agujetas en los brazos y piernas hasta una semana después de haber terminado el trabajo. ¿Por qué nos pasa esto?, es debido a que esa capacidad de empujar, subir escaleras, empujar y correr, no están al 100% debido al sedentarismo o unos planes de ejercicio mal diseñados. Durante muchos años nos hemos enfocado en las máquinas y pesas para trabajar la musculatura de manera aislada, cosa que no está mal si lo que deseamos es elevar el volumen de nuestros músculos. Pero en general lo que la mayoría de las personas quieren al ejercitarse es estar tonificadas, tener una mejor postura, bajar de peso, sentirse saludables y más atractivas.
Sin duda existe una gran diferencia entre el entrenamiento funcional y los otros tipos de actividad física. Como dije antes, en el entrenamiento funcional se trabajan las cadenas musculares, no los músculos aislados. Hay muchos deportistas, incluyendo tenistas, golfistas, esgrimistas, patinadores y nadadores desde siempre se han entrenado funcionalmente. Lo anterior quiere decir que el entrenamiento funcional ha existido desde hace mucho tiempo, solo que no se había promocionado y aplicado como se hace en la actualidad.
El entrenamiento funcional nos aporta beneficios como:
- Nos ayuda a quemar una cantidad importante de calorías
- Incrementa la atención y concentración
- Mejora nuestra actitud y postura corporal
- Nos vuelve más ágiles y nos hace más coordinados
- Tonifica los músculos
- Incrementa la fuerza física
- Mejora la propiocepción (sentido que permite reacciones y respuestas automáticas y el control del equilibrio)
- Es un tipo de entrenamiento que se puede adaptar a cualquier tipo de persona desde un niño pequeño, hasta un adulto mayor. Las rutinas de entrenamiento funcional son adaptables a cualquier condición física (es para todos). Esto es así porque un solo movimiento tiene varias progresiones, es decir formas de realizarlo más difícil, más complicado, y regresiones, o maneras de hacerlo más sencillo o menos difícil.
Las características del entrenamiento funcional
Al entrenar funcionalmente trabajamos muchos de nuestros músculos con tan solo un movimiento, y lo mejor de todo: quemamos bastantes calorías.
Con este tipo de entrenamiento se trabajan muchos músculos en un sólo movimiento:
A. Se hacen movimientos múltiples de las articulaciones, con los que se consigue un importante incremento del metabolismo y movilizamos de manera óptima diferentes planos del cuerpo.
B. Entrenamos los llamados músculos estabilizadores que se encargan de mejorar nuestra postura. Este tipo de musculatura difícilmente se ejercita bien en las diversas máquinas de un gimnasio.
C. Trabajamos la musculatura paravertebral, la cual está ubicada a ambos lados de la columna: el llamado transverso abdominal (cubre el abdomen internamente y sostiene la parte central del cuerpo o “core”) Este músculo se contrae involuntariamente, entonces las actividades funcionales son muy buenas para hacerlo contraer.
Eso sí, si te decides a hacerlo es muy importante hacerlo bajo la dirección de un buen entrenador físico, controlar a la perfección cada movimiento y tener muy clara la rutina a seguir.
No olvidemos este es un entrenamiento del movimiento con propósitos. Aquí se utiliza el cuerpo como un todo. Nos permite utilizar nuestros músculos como herramientas y nos ayuda a usar el cuerpo de manera integral. Se trabaja todo el cuerpo en un solo ejercicio. El entrenamiento funcional incluye acciones como empujar, tirar, levantar, rotar, saltar y correr, por eso se dice que es un entrenamiento real para la vida real.
¿Te animas a poner todo tu cuerpo en acción y a mejorar tu estado físico?