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Educar con ecología emocional

Jaume Soler y Mercè Conangla

@EcoEmocional
Fundació Ecología Emocional

Cambia todo cambia

El mundo cambia; la forma de enseñar y educar también debe cambiar. Llegar a intuir la inmensidad de nuestra ignorancia es aterrador. Esto nos lleva a darnos cuenta de que el mundo no tiene que ser como lo concebimos. De hecho, es mucho más rico y complejo de lo que creemos.

El verdadero secreto de la vida no es conseguir solo el conocimiento sino adentrarse en el misterio. Hay mucha más vida más allá de nuestra limitada visión de las cosas. La búsqueda del conocimiento es digna de ser alabada; asimismo, puede llevar rápidamente al orgullo y a la negativa a reconocer cualquier límite de nuestras capacidades mentales. ¿Cuál es entonces la verdad de la verdad? Tenemos que tener mucho cuidado con la simplificación de la realidad. Precisamente por esto es muy importante el conocimiento.

No se haga usted el listo

En una conferencia un filósofo indio dice:
-En nuestra mitología, la Tierra se asienta sobre elefantes que se asientan sobre una tortuga.
-Y esa tortuga ¿sobre qué se asienta entonces?- Un estudiante le interrumpe.
-No se haga usted el listo, que lo veo venir. ¡Hay tortugas hasta el fondo!- Dijo el conferenciante

Y un día nacemos

Nacemos y nos acogen unas manos tiernas o frías… nuestro mundo empieza allí. Un mundo acogedor o un mundo inhóspito. La construcción de nuestro mapa de mundo, las emociones primigenias, las primeras vivencias, la base de nuestra construcción personal. Crecer es ir de la dependencia hacia la autonomía personal y en este camino nos pasan muchas cosas.

Tacitas repletas de luz perfecta

Cuando nace un niño lleva en su interior una taza de luz perfecta. Con esta luz lo puede todo. Pero a medida que vamos creciendo, vamos introduciendo piedras dentro de la taza: piedras compuestas de ira, resentimiento, ofensas, cargas que no nos pertenecen, desengaños. Y puede llegar un día que nuestra luz deje de brillar. Las piedras han ocupado el espacio de la luz. Lo mejor de todo es que esto tiene solución: solo debemos girar la taza. Entonces, las piedras caerán al suelo y nos desprenderemos de su peso. Liberados de todas ellas, nuestra luz volverá a brillar.

Ingredientes emocionales urgentes

Para desear continuar en el mundo en que hemos nacido necesitamos ingredientes fundamentales: esperanza (sólo si hay esperanza hay vida) mucha ternura y amor, y capacidad de apreciar la belleza de la vida, de la naturaleza y del mundo. Estos ingredientes deberán formar parte de nuestro legado a la futura generación.
Hay un dilema que debemos resolver: ¿nos orientamos a crear y a la vida o a la destructividad y la violencia).

Modelo de persona CAPA

Enormes retos requieren enorme capacidad de dar respuesta. Vamos pues a hacer algunas consideraciones previas sobre la educación:

  • Educar es educere; extraer de adentro hacia afuera.
  • No es llenar; es abrir. es iluminar.
  • Nada es interesante si tú no estás interesado.
  • Uno explica lo que sabe, o cree saber, pero enseña quién es.
  • Sabio no es el que sabe muchas cosas, sino el que vive lo que sabe.
  • La mejor manera de decir es hacer.
  • Solo podrá enseñar el que tiene ganas de aprender.
  • Enseñar es aprender dos veces.
  • Siempre que enseñes, enseña también a dudar de lo que enseñes. (Ortega y Gasset).
  • Lo primero en educación es creer en las personas.
  • En educación es imposible ser efectivos sin ser afectivos.
  • Ciencia sin conciencia es la ruina del alma (Salomón).
  • En la educación, como en la vida, detenerse es retroceder.
  • En educación (como en la vida), recogemos los frutos de acuerdo a las semillas que sembremos.
  • Educar no es llenar; es abrir y es iluminar.
  • No solo dedicar horas, sino dedicar alma.
  • No solo dar clases sino darse.
  • No solo ocupación sino vocación de servicio.

La educación nos recuerda que somos narradores de nosotros mismos y de los demás, y que juntos construimos un tejido que se llama humanidad. La belleza de nuestra vida depende de la sensibilidad, calidad y creatividad de todos aquellos que lo han entretejido desde los inicios de la historia. Este es uno de los mejores regalos que nos hemos encontrado, y a la vez, el más grande reto; no hemos de comenzar de nuevo, sino continuar, fortalecer y mejorar el tejido. Solo así seremos dignos de haber tenido el privilegio de vivir nuestra vida.

Retos de la educación del siglo XXI desde la mirada de Ecología emocional

Cuando trabajamos con el modelo CAPA tenemos en cuenta dar herramientas para que la futura generación sea capaz de dar respuesta a estos retos:

  • Gestionar las posibilidades: la enorme variedad de caminos, las dudas, la hipersaturación de información, la dificultad de elegir y asumir consecuencias, la capacidad de generar nuevas rutas mediante la creatividad.
  • Gestionar la incertidumbre: diversidad, territorios desconocidos, lo imprevisto, los miedos, los cambios constantes, los ritmos desajustados, la diversidad, la multiculturalidad.
  • Gestionar los significados: las posverdades, los sobreentendidos, las verdades y las mentiras, las emociones vinculadas a las palabras, la CNV, los nuevos lenguajes.
  • Gestionar los intangibles: lo que no se ve, pero está, la base de nuestro iceberg: recuerdos, valores, emociones, experiencias, prejuicios, creencias.

El modelo Ecología emocional presenta la propuesta de construirnos personas CAPA para dar respuesta a estos retos actuales y futuros; para construirnos personas emocionalmente más equilibradas, con mayores niveles de bienestar y salud.
Creativas – Autónomas – Pacíficas – Amorosas.

Persona creativa: el maravilloso mundo de las posibilidades

La educación tiene que ser una propuesta de ayudar al alumno a construirse como persona, a soñarse, a inventarse, a potenciar todas sus posibilidades, a esforzarse cada día para ser más y mejor. Debemos fomentar el valor de entrar en territorios inexplorados. Salir de la zona de comodidad e ir al desierto de la intuición. El ser humano es el único que pone en el mundo cosas que no habían existido y que no lo hace a partir del instinto sino de la inteligencia. Esto es la vida creativa.

Es preciso restablecer el reino de la posibilidad. Aprender que hay excepciones a la regla; que los cuentos y las leyendas nos dicen que los tesoros no se hallan en medio del camino, a descubierto, y que no son fáciles de encontrar. Para conseguirlos es necesario vivir aventuras y explorar nuevos territorios, esforzarnos, conectarnos a nuestros sueños, gestionar muchas frustraciones. Será preciso aprender a transformar muros en peldaños.

En este ámbito de desarrollo de la creatividad, la diversidad es un valor clave. Un mundo mejor solo es posible si todos estamos representados pues es en las singularidades individuales donde reside la fuerza del vínculo. La diversidad es ir más allá de uno mismo. Resistirse a la diversidad solo nos conduce a la intolerancia, la uniformidad y el pensamiento único.

Octavio Paz dice que la libertad se halla entre dos monosílabos: “sí” y “no”. Es preciso educar para que la nueva generación tenga lucidez y un buen criterio en sus elecciones. Podemos escoger casi siempre:

Abrazar en vez de golpear
Amar en vez de odiar
Compartir en vez de ser egoísta
Servir en vez de ser arrogante
Perdonar en vez de ser rencoroso
Construir en lugar de destrozar
Fomentar la responsabilidad personal

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Persona autónoma: gestionando la incertidumbre

Sin autoconocimiento no hay autonomía. El viaje más largo es el que se lleva a cabo hacia el interior de uno mismo. Cuando los sueños de la adolescencia se desvanecen nos encontramos con quien realmente somos. Entonces la pregunta ¿quién soy yo?, surge con fuerza. No se trata de cambiarnos a nosotros mismos, sino de convertirnos en nosotros mismos. Nosotros y el mundo siempre inacabados.

Todo cambia. La mar nos lo recuerda a cada instante. Todo lo que dura ha de cambiar.
Nuestra supervivencia reside en nuestra capacidad de transformación. Más que nunca el presente y el futuro se llaman incertidumbre. Es el momento de dar respuestas más éticas y emocionalmente más ecológicas a los retos que se nos presentan. Y para transitar territorios inciertos, la confianza en uno mismo, en los demás y en la vida es el mejor equipaje emocional.

Educar para la democracia implica educar para saber transitar la incertidumbre sin rompernos emocionalmente.

Persona pacífica: hacia una cultura de paz

Al escribir también me escribo. El lenguaje y la escritura crean mundos y realidades. Las palabras pueden generarnos emociones que nos llevan al bienestar o bien emociones desequilibrantes que mueven inseguridades y miedos. ¿Os habéis dado cuenta de que últimamente recibimos muchos mensajes en los medios de comunicación que incluyen palabras que podríamos clasificar como “lenguaje bélico u orientado a destruir”?

Veamos algunos ejemplos: romper, hundir, combatir, eliminar, atacar, castigar, devastar, acusar, impedir, impugnar, anular, imponer, neutralizar, oprimir… Vayamos a los sustantivos: querella, malversación, penas, prisión, acusación, recriminaciones, explosivo, ofensiva, dictadura, golpe de estado, naufragio, ruptura, sanción, suspensión, prevaricación, malversación, adversarios, contrarios, barrera, cataclismo, venganza, exigencia, exclusión, violencia, división…

Desde nuestro modelo Ecología emocional trabajamos con la gestión de significados dentro del área de clima emocional. Nuestras investigaciones muestran que podemos mejorarlo cambiando el tipo de palabras que sembramos alrededor.

Hoy más que nunca es el momento de utilizar un lenguaje orientado a crear en lugar de a destruir. Aunque nos ha costado hallarlas, anotamos algunas palabras necesarias de ser dichas y que nos generan bienestar. Verbos: animar, investigar, debatir, acordar, resolver, escuchar, ayudar, superar, ordenar, aprender… Sustantivos: pasión, paz, encuentro, bondad, justicia, armonía, vida, reconciliación, abrazo. Comparativamente, pocas, pero significativas. También están ahí y las necesitamos para mantener la esperanza de ser capaces de construir un mundo mejor.

Debemos hacer “masa crítica”, sembrándolas: un lenguaje ético y emocionalmente ecológico dirigido a construir una cultura de paz.

Persona amorosa: lo importante es invisible a los ojos

El ser humano transita a lo largo de su vida entre dos aguas: el amor y el miedo. Hemos de decidir en cual queremos vivir. La vida duele en sus espacios de desamor. Dejar el amor fuera de nuestra vida sería un acto poco inteligente. Si te pierdes el amor, te pierdes la vida.

Una generación planta un árbol. La siguiente recibe la sombra. Es esencial promover la sensibilidad hacia todo aquello que es vivo, un profundo respeto por la vida en todas sus formas.

Fomentar la presencia de la gratitud, la compasión y la ternura en los ecosistemas educativos, es emocionalmente inteligente y ecológico, puesto que estos afectos nos aportan las vitaminas emocionales imprescindibles para crecer emocionalmente saludables.

Reforestar corazones

Se educa la razón sin educar el corazón, generando eruditos atormentados e ignorantes culpables en lugar de personas sentipensantes que actúen orientados hacia la creatividad amorosa. Sentir y ser solidarios con los demás es imprescindible para reforestar afectivamente nuestro mundo.

“Necesitamos formar personas que no solo se conmuevan ante los problemas de la realidad, sino que se muevan a cambiarla. Qué no solo se preocupen ante la injusticia y la miseria, sino que se ocupen de cambiarlas. (Madre Teresa)

Si somos solidarios nunca seremos solitarios. Recordemos un mundo diferente no puede ser construido por gente indiferente. La miseria moral imposibilita la generosidad.

En la Escuela primero aprendemos la lección y después nos hacen la prueba. En la vida primero nos hacen la prueba y después (no siempre), aprendemos la lección. La vida es una gran oportunidad que debe ser aprovechada, gozada y celebrada.

En el momento actual, los pequeños gestos se han sustituido por grandes movimientos. Urge descubrir y ayudar a descubrir el valor de la fragilidad, de la delicadeza, de la sencillez. Ecología emocional propone educar en esta sensibilidad, bondad y apreciación de la belleza que nace de la unión de mente y corazón. Este impulso de armonía y sabiduría.
Recuperemos la conciencia que nos hace humanos. El gozo de sentir que la vida nos late en la sangre. Somos escultores de corazones, no lo olvidemos jamás.

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Bibliografía

Ecologia Emocional. Soler&Conangla. Editorial Amat
Ámame para que me pueda ir. Soler&Conangla. Editorial Amat
Posverdades emocionales. Soler&Conangla. Editorial Amat

www. Ecologiaemocional.org
www.fundacioambit.org

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