fbpx
Inicio Historias de vida El drama de un hombre adicto al alcohol

El drama de un hombre adicto al alcohol

Por Phrònesis
El drama de un hombre adicto al alcohol

Hola, soy Humberto y soy alcohólico.

Mi problema comenzó en la adolescencia. Me sentía inseguro, era solitario, con pocos amigos. Las relaciones con los demás no se me daban bien. No tenía novia y mi vida social se limitaba a un par de compañeros con dificultades para interactuar peores a las mías.

Mis únicos triunfos eran los académicos, pero dada mi tendencia natural a sentirme inferior no lograba sacar provecho de mis ventajas como estudiante. De modo que mis primeros años en la secundaria fueron tristes y en soledad.

Un día, en una fiesta después de ver a todos mis compañeros, bailando, felices y disfrutando, yo, que me encontraba más solo que nunca, probé por primera vez el licor. La sensación fue horrible, sentí que me quemaba la garganta, pero como no tenía otra cosa que hacer y vi que todos lo hacían, me tomé otro trago que me resultó menos desagradable que el primero.

En seguida sentí los efectos. Era como si me hubieran inyectado una dosis de seguridad y extroversión. Empecé a bailar y a disfrutar de la fiesta. Mis compañeros que antes no me tomaban en cuenta, empezaron a tratarme distinto. Yo por mi parte me sentía otro, más seguro, atrevido y hasta sexy con las chicas que antes no me atrevía ni a mirar. Seguí bebiendo…

Así inicie mi adicción, aferrándome al licor como a un salvavidas, sin imaginar que empezaba mi naufragio en el mar, oscuro y bravío del alcoholismo.

Empecé a beber muy seguido a pesar de la advertencia de mis padres y de sus gestiones para impedir que arruinara mi vida. Yo no prestaba atención a sus consejos y lejos de concientizar el problema, me sentía popular y agradecido por el giro que daba mi existencia gracias al licor.

El drama de un hombre alcohólico

La historia de un hombre atrapado por el alcohol que gracias a la ayuda de su familia encontró la paz interior.

Como los estudios se me daban bien, terminé sin problemas el bachillerato e ingresé a la universidad. Por esa época mi novia salió embarazada y tuvimos que casarnos, pero yo no tenía la madurez suficiente para asumir esa responsabilidad, de modo que el matrimonio fue un completo fracaso. Nos separamos y así tuve más razones para beber y afianzar mi adicción, que empeoraba con el tiempo.

Terminé mis estudios con mucha dificultad. Lo que pudo haber sido una carrera brillante fue apenas el comienzo de un desempeño profesional mediocre que yo en medio de mi arrogancia me negaba a ver, me limitaba a cumplir con mi trabajo, creía yo, pero en realidad era un individuo problemático, con dificultades para relacionarme y frecuentemente borracho. Me despidieron y tampoco entonces concienticé que tenía problemas con la bebida.

Desempleado y con el dinero de la liquidación me dediqué a destruir mi vida con toda la intoxicación etílica que podía. Me relacionaba con otros iguales que yo. Tenía una novia alcohólica y adicta al sexo con quien conviví un tiempo, el suficiente para hundirme más. No obstante, en medio de mi inconciencia y a pesar de creer que estaba disfrutando, también sentía que estaba desperdiciando mis mejores años.

Me encontré lejos de mi hijo y mi familia. Imbuido en la adicción, sucio y mal alimentado. Me sentía vació y con miedo. Lejos de un propósito, algo que le diera un sentido a mi existencia. Por fin acepté que algo no andaba bien y busqué la ayuda que hacía mucho tiempo mis padres me habían ofrecido y que yo rechazaba porque no tenía consciencia de enfermedad, me faltaba tocar fondo.

Cuánto dolor y sufrimiento les habría ahorrado y me habría evitado yo. Cuánto tiempo perdido y cuánto de mi vida he desperdiciado. Mis mejores años, mi carrera profesional arruinada y todo por el alcohol. Hay gente que me ha despreciado y señalado como un fracasado, pero eso ha quedado en el olvido.

Miro hacia atrás y arrepentido me he propuesto recuperar mi salud, mi familia y encontrar un propósito a mi vida. Sé que tengo que mantenerme sobrio. Sé que puedo lograrlo.

He descubierto que caí en el vicio del licor y luego en esta enfermedad incurable que es el alcoholismo, porque me sentía víctima del mundo, cuando en realidad era víctima de mí mismo, del miedo y de la inseguridad.

Gracias a Alcohólicos Anónimos me he recuperado y estoy consciente que mi principal lucha es conmigo, debo superar mi inseguridad, valorarme por lo que soy, un ser humano con defectos, pero también con fortalezas y con ganas de tener una vida útil para mí y mi familia.

Soy Humberto, y sé que soy alcohólico, pero llevo 7 años sobrio. Por hoy no beberé. Y así, cada día del resto de mi existencia.

Si mi historia puede servir para que una persona se recupere, o mejor, para que evite caer en los excesos del licor, entonces mi vida habrá tenido un sentido. ¡Gracias!

Related Articles

Deja un comentario