El lema de la Organización Mundial de la Salud para el Día Mundial de la Prevención del Suicidio 2015 es “Tender mano y salvar vidas”, lo que enfatiza la importancia de mantenerse cercano a las personas que pudiesen tener un riesgo más alto de cometer tal acción.
En su documento “Prevención del suicidio, un imperativo global”, la OMS revela que cada año, por cada suicidio cometido hay mayor cantidad de intentos de suicidio. Un intento previo de suicidio es el factor de riesgo más importante de suicidio en la población.
Entre los factores que influyen en un intento de suicidio destacan el estrés, la discriminación, un sentido de aislamiento, el abuso, la violencia y las relaciones conflictivas.
Además de trastornos mentales, consumo excesivo de alcohol, pérdidas financieras, dolores crónicos y antecedentes familiares de suicidio.
De acuerdo con las cifras de la OMS, casi 800.000 personas se quitan la vida anualmente. El suicidio puede presentarse en cualquier edad, pero en 2012, fue la segunda causa de muerte más común entre personas de 15 a 29 años, lo que da una luz sobre la relevancia del problema en población joven.
“El suicidio es un grave problema de salud pública; no obstante, es prevenible mediante intervenciones oportunas, basadas en datos fidedignos y a menudo de bajo coste”, indican en un documento publicado en su página web.
Se estima que alrededor de un 30% de todos los suicidios se cometen por autointoxicación con plaguicidas, y la mayoría de ellos tiene lugar en zonas rurales agrícolas de países de ingresos bajos y medianos. Otros métodos comunes de suicidio son el ahorcamiento y las armas de fuego.
La máxima organización de Salud hace énfasis en el hecho de que el suicidio es prevenible con medidas como:
- restricción del acceso a los medios de suicidio (por ejemplo, plaguicidas, armas de fuego y ciertos medicamentos);
- información responsable por parte de los medios de comunicación;
- introducción de políticas orientadas a reducir el consumo nocivo de alcohol;
- identificación temprana, tratamiento y atención de personas con problemas de salud mental y abuso de sustancias, dolores crónicos y trastorno emocional agudo;
- capacitación de personal sanitario no especializado, en la evaluación y gestión de conductas suicidas;
- seguimiento de la atención dispensada a personas que intentaron suicidarse y prestación de apoyo comunitario.
Advierten que el suicidio es un problema complejo y, consiguientemente, las actividades de prevención exigen la coordinación y colaboración de múltiples sectores de la sociedad, incluidos los de salud, educación, trabajo, agricultura, comercio, justicia, derecho, defensa, política y medios de comunicación. Esas actividades deben ser amplias e integradas, dado que ningún enfoque individual por separado puede tener efecto en una cuestión tan compleja como el suicidio. Así mismo, indican que el estigma y el tabú en torno a es a los trastornos mentales y el suicidio, disuaden a muchas personas de buscar ayuda, principalmente a aquellas que piensan en quitarse la vida o han tratado de hacerlo y, por lo tanto, no reciben la ayuda que necesitan.
” La prevención del suicidio no se ha abordado apropiadamente debido a la falta de sensibilización respecto del suicidio como problema de salud pública principal y al tabú existente en muchas sociedades para examinarlo abiertamente. En la actualidad, unos pocos países han incluido la prevención del suicidio entre sus prioridades sanitarias, y sólo 28 países han notificado que cuentan con una estrategia nacional de prevención del suicidio”, especifican en el documento.
Fuente: miamidiario.com