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¿Sabes reconocer la deshidratación?

Por Phrònesis
deshidratación

La deshidratación es la alteración que sufre el organismo en el momento en que al cuerpo le falta agua y sales minerales, especialmente en el plasma sanguíneo. Sin embargo, si hablamos en términos más científicos, la deshidratación se define como la pérdida de agua corporal mayor al 3 %. La deshidratación puede producirse por una situación de mucho calor, especialmente cuando la humedad relativa es bastante alta, también es causada por ejercicio intenso, así como la falta de consumo de bebidas hidratantes o la combinación de todos los factores anteriores. Además, existen enfermedades que causan deshidratación, ya que las mismas comprometen el balance hidroelectrolítico.

¿Cómo puedo prevenir la deshidratación?

Para evitar la deshidratación se debe beber agua o bebidas isotónicas. No se recomienda el consumo de bebidas que tengan un alto índice de azúcar, tal es el caso de las gaseosas; lo mejor siempre será el consumo de agua. Tomar líquidos cuando se tenga sed es necesario, no obstante, se debe evitar beber agua en grandes cantidades cuando el cuerpo no lo pide, pues se puede producir un envenenamiento hídrico, el cual es un fenómeno conocido como hiperhidratación.

Si vas a realizar ejercicio intenso, es recomendable hacerlo en ambientes ventilados, en horas donde el sol y el calor no nos jueguen una mala pasada. Por otro lado, en verano es recomendable quedarse en la sombra y llevar consigo el agua suficiente para evitar ser víctima de un golpe de calor. Una alimentación balanceada ayuda a mantener el equilibrio en el organismo, los alimentos que consumimos aportan hidratación al cuerpo en mayor o menor medida.

La forma más fácil de evitar la deshidratación es beber mucho líquido, especialmente cuando nos vemos expuestos a días calurosos, secos o ventosos. Esto puede implicar beber entre 6 y 8 vasos de agua al día, lo que equivale de 1,5 a 2 litros. Hay que considerar factores como el agua que se  obtiene de los alimentos o el ejercicio físico realizado.

Medidas preventivas en contra de la deshidratación

  • Consumir muchos líquidos como agua, caldos, frutas altas en agua.
  • Se deben evitar las bebidas gaseosas, jugos envasados y alimentos ultraprocesados.
  • Lo mejor es continuar  con la alimentación habitual con tal de prevenir la desnutrición.
  • Cuando una persona estuvo inmersa en una fuerte deshidratación, lo más aconsejable es que no se le suspendan los alimentos sólidos. Los primeros días se deben ofrecer alimentos en pequeñas porciones. Los alimentos deben estar bien cocidos, evitándose las verduras crudas.
  • En el caso de los niños, si llegan a vomitar hay que ofrecerles líquidos en pequeñas cantidades.

Reconoce los síntomas de la deshidratación

Los síntomas de la deshidratación son muy evidentes y fáciles de reconocer, debemos saber lo que le sucede a nuestro cuerpo cuando está deshidratado. Además de la sequedad de las mucosas que provoca la sed, también se encuentran las náuseas, la falta de fuerza o la disminución en el rendimiento. Asimismo, se presenta fatiga mental y física, y al pellizcarse la piel sin que se tenga que clavar la uña ya empieza a dejar marca. Los siguientes síntomas permiten determinar a primera vista si nos encontramos deshidratados o no:

  • Sentirse mareado e inestable
  • Tener la boca  seca y pegajosa
  • Orinar menos y de un color más oscuro de lo normal

Es importante conocer las 12 señales de que bebes muy poca agua y tomar cartas en el asunto para mejorar tu salud y evitar cuadros de deshidratación inesperados.

Los grados de deshidratación que existen

De acuerdo a los síntomas experimentados, la deshidratación se clasifica en:

Deshidratación leve:

Sus síntomas incluyen sed, disminución del volumen de la orina, la misma se vuelve más oscura de lo normal; cansancio sin motivo aparente, escasez de lágrimas al llorar, dolor de cabeza, boca seca y vértigo al ponerse de pie.

Deshidratación moderada:

En este tipo de deshidratación puede que no se produzca orina. Entre otros síntomas, se incluyen el letargo y la somnolencia. En los bebés se puede llegar a observar un hundimiento de las fontanelas, desvanecimiento y ojos hundidos.

Los síntomas se irán haciendo más graves a medida que exista una mayor pérdida de agua. La frecuencia cardíaca y la frecuencia respiratoria empiezan a aumentar para compensar la disminución del volumen del plasma sanguíneo, así como de la presión arterial. A su vez, la temperatura corporal puede aumentar debido a una disminución en la sudoración.

Deshidratación grave:

Cuando se termina perdiendo entre un 5 a 6 % de agua, el individuo empezará a mostrarse somnoliento, pudiendo tener dolores de cabeza, náuseas y hormigueo en algún miembro. Si la pérdida de agua oscila entre el 10 y el 15%, los músculos se vuelven espásticos, la piel termina por secarse y se arruga, terminando por volverse turbia. El volumen de orina se reduce considerablemente y la micción puede resultar dolorosa complementándose con fuertes delirios.

En este caso, si la persona no es hidratada con carácter de urgencia puede producirse la muerte por deshidratación, la cual sucede en un lapso aproximado de 3 a 5 días.

A tener en cuenta

Para poder tratar la deshidratación, es necesario que se restablezca el adecuado equilibrio hídrico en el organismo. Para que eso ocurra, se tiene que reconocer primero el problema, por lo que la sed es el mejor y primer indicador de que potencialmente se puede sufrir de deshidratación y debemos estar atentos a este síntoma. Sin embargo, no siempre se trata de un signo de alarma temprano, es por ello que otros síntomas de deshidratación deben ser tomados en cuenta antes de realizar un diagnóstico.

La deshidratación se trata de un trastorno progresivo, una persona se va encontrando mucho peor a medida que la deshidratación va afectando los diferentes sistemas corporales y órganos. Es importante destacar que para disminuir la cantidad de agua eliminada durante un estado de deshidratación, los riñones empiezan a concentrar más la orina e incluso aquella  que se encuentra en la vejiga termina por reconcentrarse aún más. Además, la sudoración puede suponer una mayor pérdida de agua que la orina.

La deshidratación  termina desapareciendo una media hora o una hora después de beber agua o rehidratarse oralmente y sin ninguna clase de limitación, inclusive, con aquellas deshidrataciones que abarcan hasta un 10 % del peso corporal.

 

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