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Descubre por qué reír beneficia tu salud

Por Dra. Iris Luna
reír beneficia tu salud

“Aprender a ser libres es aprender a sonreír” . Octavio Paz

La risa y la “conciencia” de vida son características del género humano y suelen ir de la mano. Podemos notar que en muchas oportunidades la risa se relaciona con la alegría de vivir y es una manifestación consecuente de los estados positivos y de lo que llamamos buen humor. Podemos asegurar que el llamado sentido de humor, es decir nuestra capacidad de sentir algo como gracioso es una cosa universal, aunque la particularidad de lo gracioso y lo que se hace para suscitar esas respuestas humorísticas varía de una sociedad a otra y de una época a otra.

El sociólogo norteamericano Peter Berger, afirma que el humor es realmente una constante antropológica con relatividad desde el punto de vista histórico y cultural. Cuando el homínido, en el curso de su evolución, rio por vez primera se convirtió en Homo ridens y el hecho significativo de reírse marcó el momento en el cual el hombre se conformó como tal. No hay duda de que la risa es un fenómeno anatómico y fisiológico que suele estar ligado íntimamente a nuestras emociones y visión del mundo. El acto de reírnos se compone de unas contracciones espasmódicas de los pequeños y grandes músculos cigomáticos (de la cara) y de unas bruscas distensiones del músculo diafragma, acompañadas de contracciones de la laringe y de la epiglotis.  La risa sólo se diferencia de la sonrisa en que esta última es más discreta y no compromete nuestra respiración. La hilaridad es, pues, un fenómeno en el que intervienen rotundamente el cuerpo y nuestras cogniciones. Por lo tanto, apunta hacia una curiosa interacción entre la subjetividad humana y su materialización. En un lenguaje común se dice que alguien carece de sentido de humor cuando dicha persona es incapaz de detectar la presencia de lo cómico. Pero, ¿Qué es lo cómico? En palabras de Peter Berger “lo cómico es ese componente misterioso de la realidad que se detecta por medio de lo que denominamos sentido del humor. Por cómico podemos entender aquello que suscita regocijo de manera deliberada o no y que es risible o ridículo. La experiencia de lo cómico es universal, frágil, fugaz y a veces difícil de recordar.”

Nos reímos frente a diversos estímulos: cuando nos hacen cosquillas, cuando nos sentimos espontáneamente alegres, cuando por algún motivo nos libramos del miedo o de una tensión emocional, cuando alcanzamos una meta, ganamos un premio inesperado, o cuando somos capaces de comprender una actuación ingeniosa y sutil (chiste político, sátira, tragicomedia, etc.). El ingenio, que acabo de mencionar, es el humor que procede de la actividad lúdica de nuestra inteligencia y suele emplear mecanismos intelectuales complejos, como la paradoja y la ironía para relacionar aspectos de la realidad que no parecen tener relación aparente, pero que unidos hacen estallar la chispa de la risa. La risa “inteligente” suele ir de la mano de nuestro sentido de humor, que es una capacidad, también humana, que nos permite percibir algo como cómico o gracioso. La risa y el humor han sido clasificados dentro de las 24 fortalezas que tiene el ser humano y se los considera una de las actividades más cercanas al bienestar subjetivo, el deleite y la promoción de los estados de flujo, que no son otra cosa que esos hábitos internalizados de alcanzar objetivos con facilidad.

Indices de crecimiento
Las emociones positivas, el buen humor, las bromas y el optimismo sirven como amortiguadores emocionales contra los trastornos asociados al estrés y, al menos en parte, contrarrestan los efectos negativos de las desilusiones. Cumplen con una función evolutiva fundamental: la de ampliar nuestros recursos intelectuales (incremento en la capacidad cognitiva), físicos (mejorar salud cardiovascular) y sociales (establecimiento de vínculos) y hacerlos más perdurables, acrecentando las reservas a las que podemos acudir cuando se presenta un peligro o una buena oportunidad. Recordemos que las emociones negativas (ansiedad, la rabia, la culpa, la envidia o el aburrimiento) y el estrés mantenidos a lo largo del tiempo, pueden afectar a diferentes sistemas del organismo, haciéndolo más vulnerable al padecimiento y perpetuación de enfermedades psicosomáticas. La risa es una de las emociones positivas más frecuentes y sugestivas. Sus beneficios dependen no sólo de la expresión de la risa misma, sino de la emoción positiva subyacente, la alegría. Entre otras cualidades terapéuticas, la risa es un arma mortífera para derrocar al pensamiento negativo.

La risa consigue que podamos disfrutar de nuestro verdadero yo. La ruidosa risotada anula la preocupación. Y cuando ya se ha instalado dentro de nosotros, cuando los cimientos de la risa están sólidos, nuestro cuerpo comienza a alegrarse y a funcionar de manera más armónica. Podemos ver cambios positivos en nuestro sistema inmunológico, endocrino, cardiovascular y cerebral. Como acabamos de ver, la risa se acompaña de numerosos beneficios fisiológicos y psicológicos. Aunque las mujeres ríen más que los varones, la frecuencia diaria de risas no parece diferir. La risa es un indicador de vitalidad de la familia y de la salud de la pareja. Resulta muy atractiva en el aspecto interpersonal, especialmente para las mujeres. Los varones utilizan mucho más el humor y la risa cuando se trata de discutir sobre temas sensibles de salud. En las mujeres, la risa está más relacionada con la esfera social y se utiliza para afrontar situaciones de estrés.

Con este artículo deseo invitarlos a reír más a menudo y pretendo subrayar el valor terapéutico del humor. El humor sana, incrementa nuestras emociones positivas y nos integra, no lo olvidemos.

Por otra parte, si tenemos buen humor, le buscamos el lado gracioso a la vida y aprendemos a reírnos de nosotros mismos, tendremos otros beneficios que vale la pena mencionar:

– El humor ayuda a ganar objetividad sobre los problemas, ya que el divertimento ayuda a poner distancia entre nosotros y lo que nos aqueja.
– Aquellos pensamientos que se han vuelto obsesivos y “cerrados” pueden ser interrumpidos a través de una intervención humorística, dando paso a unas perspectivas más frescas.
– El humor puede convertirse en el medio más aceptable para expresar inicialmente sentimientos negativos (por ejemplo, la hostilidad)
– Ayuda a establecer una distracción temporal de sentimientos y pensamientos perturbadores, haciendo que la persona se sienta bien temporalmente, y entonces poder concentrarse mejor en un proceso de solución de problemas.
– El humor enseña que la vida a pesar de los problemas, puede llegar a ser lo suficientemente divertida como para saber convivir con ellos y a pesar de ellos.

Lecturas recomendadas
1.     El valor terapéutico del humor  -Ángel Rz. Idígoras (Ed.)-
2.     Risa redentora –Peter Berger-

Por: Dra. Iris Luna
Médico psiquiatra – Máster en nutrición
Especialista en sobrepeso y obesidad
Contacto: iluna@phronesisvirtual.com

 

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