La frase “con el corazón roto” puede no ser una exageración después de todo. Numerosos estudios atribuyen condiciones físicas reales al desamor, incluyendo un intenso dolor en el pecho consecuencia de la segregación de hormonas del estrés luego del término de una relación sentimental –fenómeno conocido como Síndrome del Corazón Roto–.
El desamor duele (y no estrictamente en un sentido poético). Se ha hallado evidencia de un vínculo consistente entre los efectos psicológicos de una ruptura y el acné, la pérdida del apetito y dolores musculares. De acuerdo con los científicos, esto ocurre porque nuestro cerebro asimila el desamor activando las mismas regiones neuronales que actúan cuando sentimos dolor físico, y este es el origen del dicho “como si me hubiera pasado un tren por encima”.
El desamor también desencadena un profundo sentimiento de pérdida, que puede llegar a ser tan desolador y penetrante como el fallecimiento de un ser querido. Un estudio publicado en 2010 en la revista Journal of Neurophysiology menciona el rechazo romántico como posible detonante de alteraciones psicológicas, entre ellas: depresión clínica e ideación suicida; esto va de la mano con la postura de muchos especialistas que comparan el desamor con el proceso de desintoxicación de la cocaína.
Los mecanismos neuronales del desamor
Muchos psicólogos consideran el amor romántico una adicción porque muestra características muy similares, como:
- La atención intensamente enfocada hacia un individuo particular.
- Cambios de humor bruscos.
- Obsesión.
- Compulsión.
- Distorsión de la realidad.
- Dependencia emocional.
- Variaciones en la personalidad.
- Toma de riesgos.
- Pérdida del autocontrol.
Para Helen E. Fisher, reconocida antropóloga y bióloga especialista en comportamiento humano, el amor romántico puede ser una forma constructiva de adicción cuando es recíproco, pero se convierte en algo destructivo cuando hay rechazo.
Esto se debe a que la percepción subjetiva de menosprecio activa las áreas subcorticales y corticales asociadas con el sistema de ganancia/pérdida, lo cual explica por qué los sentimientos y comportamientos relacionados con el rechazo romántico son difíciles de controlar, y por qué existe una prevalencia considerablemente alta –e intercultural– de acoso, homicidio, suicidio y depresión clínica vinculada al desamor.
¿Cómo lidiar con el dolor de una ruptura?
Los mecanismos neuronales que intervienen en una ruptura sentimental repercuten en nuestra actitud hacia la vida, nuestra productividad, entusiasmo y energía. Al igual que una persona adicta a la cocaína puede no rendir al máximo en su vida diaria durante el proceso de desintoxicación, también los ex amantes pueden encontrar problemas para ser funcionales durante los primeros días, semanas o meses posteriores al rompimiento.
El proceso, conocido como etapa de duelo, es un pergamino de transición normal y saludable que nos ayuda a modificar esquemas de pensamiento para adaptarnos a una nueva vida sin nuestra expareja. Aunque puede ser difícil mantenerse optimista en la adversidad, la Asociación Americana de Psicología (APA) nos recuerda que las rupturas no tienen que ser algo malo, y que todo depende del cristal a través del cual decidamos ver el mundo.
Algunos consejos prácticos para lidiar con el desamor es adoptar estrategias de afrontamiento para promover resultados positivos. La escritura ha resultado ser una alternativa muy útil para ayudarnos en el proceso de duelo y recuperación; la APA recomienda dedicar un par de minutos a poner por escrito los aspectos positivos de la ruptura (factores que condujeron al rompimiento, cómo se dio y qué ocurrió justo después).
La evidencia sugiere que las personas que practican escritura terapéutica experimentan emociones más positivas con respecto al término de una relación y una menor incidencia de emociones negativas. El aumento de las emociones positivas incluye:
- Sentimientos de comodidad.
- Confianza.
- Empoderamiento.
- Energía.
- Felicidad.
- Optimismo.
- Alivio.
- Satisfacción.
- Agradecimiento.
- Sabiduría.