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Desafiando la edad: el caso de Johanna Quaas

Por Phrònesis
Desafiando la edad el caso de Johanna Quaas

En el 2012 a sus 86 años, Johanna Quaas hizo historia al ingresar al libro de los Récords Guinness por ser la gimnasta más veterana del mundo. Nació en Hohenmölsen, Alemania, el 20 de noviembre de 1925, es decir, en unos meses esta famosa gimnasta cumplirá 92 años.

Sus ademanes gráciles y femeninos, de gimnasta experimentada, la distinguen como una deportista excepcional. Sorprende y deslumbra a sus espectadores por la flexibilidad, fuerza y coordinación que muestra en sus rutinas. También por su actitud jovial y a la vez disciplinada.

Johanna no solo practica la gimnasia artística también compite y ha estado en el cuadro de honor en varias oportunidades en la categoría veteranos mayores a 65 años, en su natal Alemania. ¡Lo que quiere decir que compite con atletas mucho menores que ella!

La edad no importa

Ella no cree, para nada, que la edad sea una limitación. De hecho, hace poco confesó que si dura mucho tiempo parada de cabeza se marea un poco, y agregó que tal vez sea porque no ha practicado lo suficiente.

No se conformó con ser récord Guinness, sino que cinco años después continúa con su afán de mantenerse activa como gimnasta. ¡Y es toda una diva en las competencias!

Desafiando la sentencia lógica de que la gimnasia es una especialidad para jóvenes, Johanna en cada presentación ejecuta una hermosa rutina en piso y en las barras paralelas. Con esta, además de sorprender, entusiasma y provoca vítores de complacencia en los espectadores.

Su fama ha trascendido, convirtiéndose en el orgullo del mundo. Es uno de esos casos que por lo inhabitual no solo sorprende, sino que genera un sentimiento de regocijo por sus logros que son también logros de la humanidad. Se ha vuelto la inspiración necesaria, la que hacía falta para desafiar las creencias sobre lo que podemos hacer o no a cierta edad.

¿Cómo lo ha logrado?

Con disciplina, coraje y compromiso. Ella no solo practica gimnasia, también natación, pilates, baile y yoga, actividades que forman parte de su entrenamiento y preparación general. Dice tener una alimentación rigurosamente sana, con abundancia de frutas y vegetales. ¡No tiene dolencias ni toma medicamentos! Y algo muy importante, Johanna siempre sonríe.

Tiene una fanpage y aparece como modelo en un programa de televisión que busca motivar a las personas de la tercera edad a ejercitarse, a tener otra actitud, más activa, ante la vejez inevitable.

Esta mujer con su actitud de ¡sí se puede! es una vencedora de la vida. Empezó a practicar gimnasia a los 9 años, aunque no pudo cumplir su sueño de ser campeona olímpica, pues la segunda guerra mundial con su mensaje de muerte y destrucción lo impidió, siguió vinculada al deporte.

Se hizo entrenadora de la disciplina que tanto amaba y pasados los 50 años de edad, cuando ya le tocaba jubilarse, decidió retomar su entrenamiento. Desde entonces ha trabajado duro, con valor y determinación.

Johanna ha luchado y desafiado las creencias más arraigadas con respecto a la vejez, a lo que es posible hacer a “una edad avanzada”. Es una campeona que se enfrenta al sistema de creencias que tienen las personas sobre los adultos mayores y los vence cuando sale a entrenar cada mañana… Y tú, ¿a qué te enfrentas?

Con este ejemplo de vida queremos invitarte a una reflexión:

¿Cuántos de nosotros hemos abandonado sueños y metas personales porque nos imponemos desde nuestras creencias limitantes que ya no es posible? ¿qué cosas has querido hacer y has desistido porque sientes que ya no es tu momento?, que ya estás “mayor” para eso, que se te pasó la edad…

¿Eres una de las personas que cree que la edad influye en la realización de los sueños? ¿Piensas que envejecer significa dejar atrás posibilidades de realización por la “inevitable pérdida de capacidades”?

En muchas sociedades, la vejez es considerada una fase de deterioro que afecta la productividad y se convierte por tanto en una carga. No es vista como un proceso donde la persona adquiere experiencia y sabiduría, un estado del que todos deberíamos enorgullecernos.

¿Por dónde comenzar para cambiar esto?

¡Por nosotros mismos!

Vejez no tendría por qué significar deterioro y disminución de capacidades. Esta es una de las creencias que nos ayuda a desmontar Johanna Quaas con su vitalidad, fuerza y coordinación física y mental.

Por ello nuestra invitación, bajo la premisa de que somos responsables de nuestra salud y bienestar, es a cuidar de nosotros mismos. A cultivar nuestras capacidades; a darle forma, nombre y fecha a nuestros sueños y a avanzar en pro de ellos. Que nada nos detenga. ¡Menos la edad!

¿Te sientes cansado?, ¿le das prioridad a otras cosas que en realidad no son tan importantes para ti?, ¿te sientes atrapado en un “deber ser” por tu edad? Estás desganado. ¿Fallaste una vez y crees que es el final, que ya nada vale la pena? ¡El fracaso solo es un resultado que todavía no se parece al éxito, por tanto, hay que seguir intentándolo!

Allí en nuestros pensamientos, muy dentro de nosotros mismos, podemos tener como huésped a nuestro mejor amigo o a nuestro peor enemigo. Alguien que nos dice qué hacer y qué no hacer, de acuerdo con la edad o circunstancias de la vida. ¡Ese huésped somos nosotros mismos!

Y tú, ¿qué cosas te dices? ¿Eres tu amigo o tu enemigo?…

Casos como el de Johanna nos invitan a ir detrás de nuestros sueños, bien sea que podamos ir corriendo o caminando, lo importante es avanzar, con la actitud adecuada y con la vista fija en la meta. ¡Vivir hasta el final!

¿Qué estás esperando?

Referencia:

Guinnes World Records

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