Redacción Editorial Phrònesis.
Muchas personas comparten la creencia de que los celos son una prueba de amor verdadero, sin embargo, para la psicóloga Gwendolyn Seidman, esta perspectiva errada y condescendiente de las causas que hay detrás de la conducta obsesiva de una pareja es el principal motivo por el que muchas relaciones dejan de ser un vínculo afectivo para convertirse en un calvario llevado a cuestas entre dos.
Contrario a lo que se piensa habitualmente, los celos no son una representación de lo mucho que le importamos a nuestra pareja ni de la transparencia de sus sentimientos: son un grave problema a lo interno de cualquier relación. Flagelan la confianza hasta destruirla por completo, deterioran la cercanía emocional al atribuirle un sentido de “obligación” y pueden, bajo determinadas circunstancias, dar lugar al acoso y la violencia.
Desde luego, no toda manifestación de celos conlleva necesariamente el hundimiento afectivo y psíquico de una pareja. Es importante reconocer en primer lugar cuál es el origen psicológico de los celos y qué diferencia los “racionales” de los “irracionales”.
¿Por qué sentimos celos?
La escritora Elizabeth Bowen expresó en una ocasión que los celos son aquella perturbación que nos invade al sentirnos solos, cara a cara, con un enemigo que nos sonríe.
Ya sea que sonría o no, que lo conozcamos personalmente o que componga la imagen de una sombra anónima en nuestros pensamientos, la convicción de que existe un rival ante el cual es factible perder el amor de nuestra pareja es mecanismo suficiente para el despertar de los celos. Dicho de este modo, es comprensible que existan celos racionales como los que perduran a raíz de una infidelidad descubierta y ratificada, o bien ante el acercamiento de un tercero que despierta desconfianza por su manera de proceder.
El problema asoma cuando los celos no se corresponden con la realidad, cuando el miembro de la pareja que los experimenta parece vivir en un estado permanente de hipersensibilidad y sospecha, al punto de actuar en contra de la privacidad y libertad del otro como único recurso para aliviar su propia inseguridad.
“Al principio, me gustaba que mi novio se preocupara por mí, me llamara por teléfono, enviara mensajes al móvil y estuviera pendiente de mi. Me gustaba que tomara la iniciativa para comunicarse. Pero su deseo de conocer mis movimientos se tornó obsesivo y su interés se convirtió en control. Él necesitaba saber todo para dominar la relación, hasta que terminó asfixiándola”.
Testimonio de María, víctima de una pareja controladora
Los especialistas concuerdan en que los celos irracionales o enfermizos son producto de una serie de características psicológicas que predisponen a mostrar este tipo de respuestas, entre ellas:
- Baja autoestima / inseguridad (no sentirse “suficiente” para la pareja)
- Neuroticismo (tendencia a la ansiedad y la inestabilidad emocional)
- Apego desorganizado (temor al abandono al involucrarse en una relación sentimental)
- Dependencia emocional (necesidad de presencia física o cercanía emocional constante por parte de la pareja)
En conjunto, las características mencionadas pueden llevar a una persona a mostrar mayor inclinación hacia la posesividad, la manipulación y el chantaje emocional, pero también hacia el abuso físico y sexual.
Según diversas investigaciones y estudios de caso, las mujeres cuya pareja exhibe una conducta posesiva y controladora presentan mayor riesgo de sufrir de violencia doméstica, ya sea física o verbal. El mayor problema en estos casos es que el miembro de la relación que se convierte eventualmente en víctima no interpreta correctamente las señales de alerta, adentrándose más y más en una escaramuza que pone en peligro su equilibrio mental y su vida.
La fundación contra la violencia doméstica Refuge.org advierte que algunas de las principales características de una personalidad abusiva son:
- Celos y posesividad
- Deseos de aislar a la pareja de su familia y amigos
- Tendencia a mostrarse como si tuviera “dos caras” (el individuo alterna entre episodios de intenso afecto y arrebatos de celos o ira)
- Comportamiento controlador (el sujeto monitorea los movimientos de su pareja, revisa su teléfono y opina sobre la vestimenta que debería o no usar)
- Chantaje emocional o intimidación (amenazas de índole emocional o física)
- Relaciones sexuales irregularmente bruscas (el sujeto ejerce fuerza física durante el acto sexual contra la voluntad o disfrute de la pareja)
Para la psicológica Gwendolyn Seidman, es fundamental que toda persona que experimente en algún momento la convivencia con una pareja controladora sepa que su comportamiento es reflejo de una personalidad insegura y no una demostración de afecto.
De igual forma, es imprescindible que sepamos reconocer entre una relación con una persona insegura que puede trabajarse sobre la marcha y una relación en la cual nuestra integridad física y emocional pende de un hilo.
Si nuestra pareja muestra celos ocasionalmente a causa de inconformidades con su propio cuerpo o cualidades de su personalidad, esto es algo que puede mejorarse en el camino ayudándole a fortalecer su autoestima. De hecho, investigaciones han demostrado que quienes responden a este tipo de celos con muestras de afecto y mensajes positivos contribuyen a reforzar la confianza de la pareja y a construir relaciones más estables.
Por otro lado, cuando el comportamiento del otro resulta imposible de conciliar con nuestro propio bienestar o hemos comenzando a realizar concesiones injustas como “condición” para mantener la relación, es necesario hacer valer la dignidad y saber que, donde gobierna la esclavitud, el amor siempre sale maltratado.
Como escribiese en algún momento la pintora Frida Kahlo: “Donde no puedas amar, no te demores”.
Referencias:
Refuge.org (2016). Warning Signs. Disponible en http://www.refuge.org.uk/what-we-do/campaigns/early-warning-signs/
What’s Really Behind Jealousy, and What to Do About It. (2014).Psychology Today. Disponible en https://www.psychologytoday.com/blog/close-encounters/201410/whats-really-behind-jealousy-and-what-do-about-it
Grafica, L. (2012). Parejas controladoras tienden más al abuso físico, según estudio. La Prensagrafica. Disponible en http://www.laprensagrafica.com/Parejas-controladoras-tienden-mas-al-abuso-fisico–segun-estudio
Para: elartedesabervivir.com