El Médico psiquiatra clínico, Investigador y docente de la Universidad de Chile, Dr. Enrique Jadresic habla del rubor cuando llega a afectar no solo la vida social y psicológica, sino la salud. Explica los tipos de rubor que existen y la manera más adecuada cómo deben tratarse.
Entrevista: Cuando el ruborizarse duele / When blushing hurts.
Personaje: Enrique Jadresic
Realizada por: Sheyli Morales Uribe
Una producción de: Editorial Phrónesis. El arte de saber vivir.
Phrònesis: Hola comunidad Phrònesis, no les ha pasado que en ocasiones ocurre que nos ruborizamos por situaciones que nos causan pena, pero que esto ocurra en el día a día no es normal, ya se debe prestar un poco de atención para poder ver qué es lo que está ocurriendo.
Hoy estamos en compañía -vía skype- con el Dr. Enrique Jadresic, médico psiquiatra clínico, investigador y docente de la universidad de Chile, profesor de la facultad de medicina y es el autor del libro “When blushing hurts” (Cuando el ruborizarte duele”.
Dr. buenos días, ¿cómo está?
Dr. Enrique Jadresic: Buenos días.
Phrònesis: Bienvenido.
Dr. Enrique Jadresic: Muchas gracias por la invitación a tratar sobre este tema que en mi opinión en muy interesante.
P: Dr. el tema es bastante interesante y me inquieta un poco el saber, las razones por las cuales usted decide escribir acerca de este tema. Cuéntenos un poco.
Dr. E.J: Correcto. El tema del rubor es un tema que la medicina ha ignorado a lo largo de su historia y yo creo que el motivo por el cual eso sucede es que las personas que sufren por ruborizarse no suelen consultar por vergüenza y como no consultan los médicos no dimensionan el sufrimiento que puede ir asociado al rubor; y se trata de una experiencia que yo personalmente viví a lo largo de 30 años y hace 12 años atrás descubrí que hay una operación para este problema y decidí operarme y la verdad es que mi vida cambió, las cosas se me hicieron muchos más fáciles y mi reflexión fue la siguiente: la medicina no sabe de esto y por eso escribí el libro, duré mucho tiempo en decidir si en el libro iba a incluir mi experiencia personal o no, pero finalmente decidí hacerlo porque sabía que si lo hacía el libro iba a tener mucho más valor para las personas que lo leyeran y que supieran de este problema y la verdad es que el tiempo me dio la razón, porque el libro ha tenido un éxito enorme y recibo permanentemente correos electrónicos, o tengo entrevistas por skype con personas que sufren de esto. Entonces en relación a tu pregunta, es simplemente que conozco muy de cerca el sufrimiento de muchas personas por ruborizarse y decidí ayudarlas.
P: Dr. ¿Cómo es esto que puede ser una patología? ¿Quién podría creer que podría llegar a ser tan grave la situación?
Dr. E.J: Bueno, por cierto no se trata de patológizar un fenómeno que en la gran mayoría de los casos es normal, pero el error que cometen muchas personas e incluso muchos miembros de la comunidad médica, es que piensan que todos, el 100% de los rubores son normales y en mi opinión y la de varios autores es que eso no es así; porque cuando yo hablo del rubor que puede ser patológico me refiero a aquel rubor que se desencadena con estímulos mínimos, incluso a veces sin ningún motivo y me refiero al rubor que hace sufrir a las personas y que produce un menoscabo considerable en su nivel de funcionamiento laboral, académico, interpersonal e incluso a veces familiar. Entonces yo quiero insistir en que hay dos tipos de rubores, el rubor de la mayoría de las personas que es un rubor que no solo no es patológico sino que es esperable, pensemos una persona que cumple años y que los amigos lo celebran y le cantan cumpleaños feliz, en ese contexto es normal ruborizarse, o si en una ceremonia de fin de año nos hacen subir al estrado porque nos van a entregar un reconocimiento en público y nos sonrojamos, ese sonrojo es completamente normal, pero sonrojarse porque uno vio una cara conocida o hablando por teléfono o en presencia de los familiares. Y cuando uno empieza a evitar situaciones, evitar sentarse a la mesa, evitar hablar en público, evitar las relaciones con el sexo opuesto; en fin, cuando ya se deteriora la calidad de vida uno tiene que sospechar que tal vez ese rubor es patológico.
P: ¿Cómo podría llegar uno a pensar que esta enfermedad es tan importante que puede afectar de alguna manera el día a día de las personas?
Dr. E.J: En el libro yo doy múltiples ejemplos de personas cuyo rubor produce un deterioro significativo en su calidad de vida.
Ejemplos:
- Un estudiante universitario que abandona la carrera -periodismo por ejemplo- porque al momento de reportear el terreno se es incapaz de enfrentar la situación de exposición y esa persona abandona la carrera.
- Estudiantes de colegio de la secundaria que abandonan los estudios y terminan dando exámenes libres porque les resulta intolerable la situación de exposición social.
- Un hombre, ejecutivo exitoso y le ofrecen la gerencia general de una empresa de prestigio y prefiere no aceptar el ofrecimiento aduciendo que no está preparado, cuando en realidad es que teme a la situación de exposición social.
- Un varón de 40 años que nunca ha tenido novia y que quisiera tener una compañera, pero no se atreve a acercarse al sexo opuesto.
Hay múltiples de personas cuya vida empieza a ser cada vez más aislada, muchas veces empiezan a deprimirse o recurren al alcohol, como una manera de desinhibirse desde el punto de vista social. En todos aquellos casos uno está obligado a explorar la posibilidad de que el paciente presente una fobia social y muchas veces esas fobias sociales son desencadenadas en primer lugar por una experiencia de ruborización repetida, personas que tienen una propensión, una tendencia fácil a ruborizarse y que esto al final después de meses o años los conduce a una fobia social. En esos casos, mi pensamiento y el de otros autores, es que esas personas necesitan ayuda.
P: Dr. leyendo su libro “When blushing hurts” pude ver que existen algunos tratamientos para minimizar la enfermedad, algunos de ellos son la terapia psicológica. ¿Qué otros tratamientos pueden funcionar y que tipos de personas se los pueden hacer?
Dr. E.J: Existen tres tipos de tratamientos para ayudar a estar personas y quiero insistir que este es un problema real, no es un problema inventado por la medicina. Tan cierto es lo que digo, que estas personas muchas veces van directamente a los cirujanos para que las operen, en circunstancias de que la operación tiene riesgos considerables, pero es tal el grado de desesperación, yo tengo muchos pacientes que me han dicho “Dr. yo sería capaz de ir a la China por encontrarle una solución a mi problema” Entonces es un problema real, la gente busca ayuda, se dice que el rubor es un ingrediente más entre varios del trastorno de ansiedad social o fobia social y ese contexto estos paciente a veces llegan a los psiquiatras, pero ellos no saben que han desarrollado una fobia social y lo que les preocupa, lo que está en el primer plano de su vida es el rubor, y ahí consulta, ahora bien, una vez que uno ha determinado que realmente ese rubor está provocando un sufrimiento significativo o está produciendo un menoscabo en el nivel de funcionamiento académico, laboral, familiar, etc., uno plantea cuales son las opciones terapéuticas. La primera de ella es la opción psicológica, la experiencia indica que hay tratamientos psicológicos, por ejemplo de índole cognitivo conductual que pueden ser muy beneficiosos, pero ellos más que dirigidos al rubor, lo que hacen es que disminuyen el miedo a ruborizarse. Disminuyen más el temor a ruborizarse, que el rubor en sí, aún cuando debo decir que se ha comprobado que cuando las personas tienen menos miedo a ruborizarse, se ruborizan menos, en cambio aquella persona que está permanentemente con miedo a ruborizarse se ruboriza más; entonces el tratamiento es psicológico, si bien va dirigido al miedo a ruborizarse y no al ruborizarse en sí, indirectamente también favorece que las personas se ruboricen menos.
Ahora, tratamientos dirigidos a disminuir el rubor propiamente, existen de dos tipos:
1.Tratamiento farmacológico: básicamente los que se utilizan son inhibidores de la captación de serotonina y lo que hacen es que disminuyen la hipersensibilidad del sistema nerviosos autónomo. Estos medicamentos, tales como: la sertralina el citalopram hacen que la persona se ruborice muchísimo menos y más a lo lejos.
Lo que sí sugiero es que los tratamientos deben durar mínimo tres meses para tener una idea cabal de si el tratamiento es efectivo y los efectos positivos se observan al mes, alrededor de las cuatro semanas. En caso de que el tratamiento sea efectivo, normalmente el tratamiento debe ser indefinido, porque los fármacos, los medicamentos actúan mientras se ingieren, mientras el paciente los tome.
La alternativa de los medicamentos, tiene la gran ventaja de que es un tratamiento reversible, si se tiene algún efecto secundario simplemente se suspende el medicamento, esta posibilidad no existe con la cirugía.
2. La cirugía: Yo soy un agradecido de la cirugía, pero la cirugía tiene el problema de que es un tratamiento irreversible y entonces si uno tiene problemas no hay vuelta atrás; entonces quiero insistir que siempre las personas deben intentar el tratamiento psicológico o tratamientos con medicamentos farmacológicos antes de intentar la cirugía, porque como digo la cirugía es un tratamiento irreversible.
P: ¿Qué tipos de personas deben acudir a la cirugía? Porque seguramente habrán algunos casos en los que es un poco menos el nivel de ruborización, entonces usted cuéntenos qué tipos de personas ya deben acceder a este tratamiento?
Dr. E.J: En la práctica clínica lo que yo observo es que cada 10 personas que acuden a mi con problemas de rubor anormal, de cada 10 casos en que yo les instauro un tratamiento farmacológico en 6 de ellos esos pacientes andan bien y deciden no operarse. De los 10 iniciales 6 deciden quedarse con tratamiento farmacológico y cuatro, es decir el 40% finalmente se opera, pero esos pacientes normalmente han intentado previamente con tratamiento psicológico o bien con fármacos, se debe considerar que la cirugía es un último recurso ¿por qué? porque tiene riesgos y tiene efectos secundarios que pueden ser permanentes, por ejemplo el más importante derivado de la cirugía es lo que se llama la sudoración compensatoria, quiero volver atrás y explicar por qué hay personas que se ruborizan en exceso mientras que la mayoría de las personas no. Lo que sucede es que hay personas cuyo sistema nervioso autónomo es especialmente sensible, el sistema nervioso de las personas se divide en dos, una parte que tiene que ver con los actos voluntarios, ej. yo decidí conectarme con un amigo por skype y me metí a skype o yo tomé el móvil o el celular, o yo decido tomar una pluma y escribo en un papel; ahí está interviniendo la voluntad, yo controlo las cosas. Pero hay otra parte del sistema nervioso que gobierna ciertas cosas del organismo independiente de la voluntad, por ejemplo los latidos cardiacos, los movimientos intestinales, la sudoración, la ruborización, entonces hay personas y esto generalmente se ve en familias cuyo sistema nervioso autónomo es muy sensible, es como un detector de humo que en vez de activarse porque hay alguien fumándose un cigarrillo a 1 metro se activa porque hay alguien fumándose un cigarrillo a 1 kilómetro, sería un detector demasiado sensible, una alarma que estaría permanentemente en actividad.
Entonces los tratamientos son:
Tratamiento farmacológico que apacigua al sistema nervioso autónomo, o el tratamiento quirúrgico que corta algunos nervios del sistema nervioso autónomo.
P: Dr Tengo una gran inquietud. De acuerdo con todo lo que usted nos ha comentado, ¿esta enfermedad viene siendo algo que se hereda es biológico, o es algo que se va adquiriendo en el transcurso de la vida?
Dr. E.J: Sin desconocer que hay fenómenos psicológicos como la vergüenza que ocasionan sonrojo, mi opinión y la de varios autores es que este es principalmente un problema genético y biológico, lo que existe es una predisposición a sonrojarse con mayor facilidad y por lo mismo es que esto se ve en ciertas familias que tienen mayor tendencia a sonrojarse. entonces, ¿qué sucede? que claro hay miembros de la familia que tal vez se sonrojan y no les importa tanto, pero otros se sonrojan con mucha facilidad y tal vez son más sensibles desde el punto de vista de la personalidad, o bien han tenido experiencias traumáticas a lo largo de la vida, abuso escolar, lo que actualmente se llama “Bullyng” y estas personas están más propensas a desarrollar sonrojo patológico y posteriormente fobia social. Respondiendo a tu pregunta yo creo que hay elementos psicológicos y biológicos, pero que lo principal es que uno tiene el sistema nervioso autónomo demasiado sensible. Por eso digo que los tratamientos son, apaciguar el sistema nervioso autónomo a través de los medicamentos o bien, en casos extremos, cortar algunos nervios del sistema nervioso autónomo a través de la cirugía.
P: ¿Esta es una enfermedad o un tema que se debe manejar a nivel psiquiátrico?
Dr. E.J: En una primera etapa, creo yo, que hay que manejarlo o bien a través de un psiquiatra o de un psicólogo muy familiarizado con las técnicas de manejo cognitivo conductual, no basta cualquier psicólogo, tiene que ser un psicólogo que sepa sobre el enfoque cognitivo conductual e idealmente que además tenga experiencia con pacientes con rubor, porque las técnicas que se utilizan son técnicas específicas que en realidad se realizan en muy pocos países del mundo.
P: ¿Es frecuente encontrar este tipo de casos de ruborización en la población?
Dr. E.J: Sí, muy frecuente. No hay estudios que indiquen cual es la prevalencia exacta, pero indirectamente se calcula que es alrededor del 5% de la población. Cifras disponibles para fobia social hacen pensar que aproximadamente el 5% de la población se ruboriza así, con extrema facilidad.
P: ¿Y esto se presenta más en hombres o en mujeres?
Dr. E.J: Se ve tanto en hombres como en mujeres. Lo que sí puedo decir es que las mujeres son un poco más conservadoras en el tratamiento, los hombres quieren operarse de inmediato, son más osados, buscan la cirugía y son más reticentes a tratar el problema con el enfoque psicológico o con medicamentos, las mujeres le tienen más miedo a la cirugía y sí le tienen fé al tratamiento con fármaco.
Además que debo agregar otra cosa, y es que la cirugía produce sudoración compensatoria en el 99% de los casos, casi todos los pacientes que se operan desarrollan sudoración compensatoria, ¿por qué es esto?, ocurre que la operación se hace introduciendo al tórax a través de las axilas, de ambas axilas, y se cortan los nervios que son responsables del rubor, pero esos nervios también son responsables del sudor, de la sudoración. Y la sudoración es un mecanismo que tiene el cuerpo para eliminar calor, entonces después de la operación uno no solo no se sonroja o se sonroja más a lo lejos, pero además no transpira en absoluto en la cara, en la cabeza y en las palmas de las manos, y normalmente todas las personas eliminan mucho sudor por el rostro, por la cabeza y por las manos. Y si esa vía de escape del sudor para eliminar calor no está disponible, naturalmente que la sudoración aumenta en otras partes del cuerpo, sobretodo en el abdomen, la espalda, las plantas de los pies, en las piernas, entonces eso es algo que hay que advertirle a los pacientes, que es un costo y que no es transitorio sino que es para siempre de la operación, es que van a presentar sudoración compensatoria permanente y esto es particularmente importante tener presente en países calurosos y húmedos.
P: Pero… ¿de alguna manera se podría pensar que la gente preferiría sudar que ruborizarse? ¿no?
Dr. E.J: Si, de hecho muy a menudo los pacientes vienen a consultar porque sufren de las dos cosas, de sudoración excesiva y rubor. Y normalmente cuando yo les pregunto, si hubiese un tratamiento para solo una de estas cosas, yo les digo ¿cuál preferirías tratarte?, casi invariablemente dicen “preferiría tratarme el rubor”, porque el sudor es menos visible, pero la sudoración compensatoria que ocasiona la operación puede ser muy intensa y yo he visto pacientes que se arrepienten de la operación, porque si bien es cierto mejoraron el problema del rubor, introdujeron en sus vidas otro problema, que es el problema de que sudan en exceso. Recuerdo un paciente joven que se operó y después se lamentaba de que él había desarrollado una fobia a salir con chicas, porque tenía temor de que como él transpiraba mucho eso les diera asco, esas eran sus palabras, “entonces ahora no me atrevo a salir porque tengo miedo, no de ruborizarme sino que a las mujeres pudiese esto provocarles asco”. Por eso mismo es que yo llamo a la cautela, la gente tiene la idea distorsionada de que la cirugía es mágica y la cirugía tiene inconvenientes.
Hace 6 o 7 años atrás yo le decía a mis pacientes “prefieres operarte o prefieres medicación” y los pacientes elegían, pero con el tiempo me he ido convenciendo que nadie se deberías operar sin haber intentado o bien con tratamiento psicológico o bien con medicamentos.
P: Dr. Muchas gracias por toda la información que nos ha suministrado a toda la comunidad Phrònesis y bueno es un tema que normalmente no solemos escuchar, pero que se presenta, que es real y que se deben tener ciertos cuidados y acudir al especialista en caso de presentar ciertos síntomas. Muchísimas gracias doctor por su empeño y colaboración en este espacio.
Dr. E.J: Muchas gracias por la invitación, adiós.