Los conflictos familiares que derivan de la falta de apoyo de los padres y seres queridos en torno a la elección de una pareja sentimental son algo común.
Factores como la procedencia cultural, el trasfondo socioeconómico o una impresión poco favorable de las cualidades del ser amado pueden bastar para que la familia de una o ambas partes adopte una postura de rechazo y constante búsqueda de separación.
La literatura ha ilustrado de forma dramática y pasional el tormento que viven algunas parejas ante el castigo de sus seres queridos por elegir un amor que no coincide con sus expectativas.
Es cierto que no todos son Romeo y Julieta, y que para algunas personas la aprobación familiar tiene muy poca trascendencia. No obstante, en otros casos la posición de rechazo de la familia resulta dolorosa y dañina para la relación, en especial cuando la desaprobación de los padres y seres queridos involucra conductas negativas que pretenden — conscientemente — sabotear la unión de la pareja.
La Asociación Americana de Psicología (APA) se refiere con claridad a la importancia de crear y proteger una identidad dentro de la relación completamente independiente de la familia.
Este principio no es exclusivo de las relaciones que experimentan problemas de aprobación en el entorno familiar. El nacimiento de una identidad de pareja es, de hecho, un proceso natural y progresivo que acompaña la compenetración que dos personas van consolidando a medida que su relación se fortalece.
No obstante, cuando existen oposiciones radicales y comportamientos tóxicos por parte de la familia que buscan generar daño en la relación de forma indiscriminada, la protección de la identidad de pareja se convierte en una necesidad particular.
El amor es una planta delicada: debe ser protegida para florecer
Para la psicóloga y terapeuta de pareja Marie Hartwell-Walker, un elemento indispensable para sobrellevar la oposición de la familia y crear una relación de pareja sólida ante las adversidades es estar plenamente seguros del compromiso que hemos adquirido con la persona que amamos.
Si no estamos seguros del nivel de compromiso que existe, tampoco es posible tener una idea de los sacrificios u obstáculos que estamos dispuestos a enfrentar. Siguiendo esta senda, incluso la desaprobación de un completo desconocido hará tambalear nuestra relación.
El compromiso implica, además, una complicidad y apoyo mutuos para resistir la presión y hostilidad familiar. En algunos casos, la posición de la familia puede afectar más al miembro familiar haciéndolo sentir irrespetado o abandonado injustamente.
Otras veces, el rechazo de la familia se focaliza en atacar a la persona que es vista como un intruso. Cuando el ser amado cae en este juego, se encuentra en un laberinto sin salida donde debe constantemente probarse a sí mismo y a los demás que es merecedor de afecto, respeto y dignidad.
El resultado final: la pareja se convierte en esclava de la familia.
Si no estamos seguros de nuestro nivel de compromiso, cualquier obstáculo hará tambalear nuestra relación”
Un aspecto importante es definir el grado de relevancia que otorgamos a la opinión de nuestra familia y si la consideramos determinante en nuestra decisión final de continuar o no con nuestra pareja.
Algunas familias ceden y cambian su modo de pensar con el tiempo, cuando comprueban que la imagen que tenían era equivocada. Sin embargo, también se da el caso de padres y personas cercanas que mantienen una conducta de rechazo desafiante sin importar los intentos de acercamiento y conciliación. Es en circunstancias como esta cuando se pone a prueba la auténtica disposición de la pareja.
“Incluso si tus padres te amenazan diciéndote que no quieren volver a verte, o te tratan como si hubieras muerto, o te quitan de su testamento, seguir amando a tu pareja significa vivir con esas consecuencias”, explica Hartwell-Walker. “Si no estás preparado para hacer eso, lo justo es que tú y tu pareja concluyan su relación”, añade.
Amor para tu familia, lealtad para tu pareja
El amor no debe ser confundido con la sumisión. Si tu familia se mantiene firme en una actitud de rechazo perjudicial u hostilidad dañina hacia ti o tu pareja, tomar distancia pacífica es la decisión más prudente para proteger tu relación.
Desde luego, sentir el rechazo de nuestros seres queridos crea una sensación de profundo dolor y desasosiego, pero rendirnos ante las demandas y expectativas de los demás — incluso si se trata de nuestros padres — equivale a renunciar a nuestra libertad de construir una vida hecha a nuestra medida y no una extensión de la suya.
La persona con la que has decidido vivir tus momentos de mayor alegría y apoyarte en tus momentos de tristeza merece tu respeto y completo respaldo.
Al momento de asumir un compromiso con tu pareja, tu lealtad se transfiere en primer lugar a la persona que amas e implica ser fiel a la identidad que ambos han creado y que ahora comparten como base de su vida en común.
De acuerdo con Hartwell-Walker, los padres y seres queridos usualmente terminan aceptando la relación que hemos decidido forjar porque, más que nada en el mundo, no quieren perdernos tanto como nosotros no deseamos perderlos a ellos.
Por otro lado, la evidencia de una pareja madura y bien asentada es prueba clara de un compromiso real. Esto disipa poco a poco las dudas de los demás, haciendo inevitable que reconozcan tarde o temprano que existe una relación seria y ansiosa por seguir floreciendo.
Referencias: Psych Central