El amor propio es un compromiso personal e innegociable que nos habilita para respetarnos y amarnos, defender lo que queremos ser, lo que nos gusta, y declarar con valentía lo que no.
Aunque es común en todos los seres humanos, el amor propio no es algo innato, nadie nace con buena o baja autoestima, la capacidad de quererse a uno mismo es una construcción personal que inicia en la infancia, en la familia, seno de la interacción social.
Enseñar a nuestros hijos, sobrinos o nietos cómo amarse a ellos mismos es una cualidad que puede ayudar a los niños a tener un mejor desempeño en la escuela, en casa y en sus relaciones personales. Los padres o cuidadores primarios son el principal pilar de la enseñanza durante los primeros años de vida, por eso, sus palabras de aliento pueden ayudar a desarrollar la autoconfianza de los pequeños y fortalecer habilidades específicas.
La magia de educar con amor
Hablarle con amor a nuestros hijos es una de las promesas más importantes a la hora de cultivar su amor propio. Los padres o cuidadores primarios deben trabajar mucho en la manera en que manifiestan sus emociones luego de la llegada de un niño al hogar, dedicarse a brindar protección y amor a tiempo completo, pero siempre con el compromiso de un discurso fraternal y comprensivo.
El niño debe crecer en un entorno seguro y respetuoso, donde ambos padres mantengan relaciones sanas entre sí y con el resto del mundo para que puedan servir de ejemplo positivo. Una familia plena y feliz enseñará a los niños que esta es la forma natural de vivir.
Hazle saber a tu hijo que es digno de recibir amor y que merece todas las cosas buenas que puedan ocurrirle, de esta manera aprenderá a quererse a sí mismo.
Procura evitar las críticas
El regaño, la crítica permanente, las comparaciones y el desamor son los peores venenos para el amor propio. Cuando llegue el momento de reprender a tus hijos o de corregirlos, evita criticar, etiquetar o comparar, de lo contrario harás que el niño aprenda que las personas deben ser juzgadas por cómo se comportan, y adaptará su forma de ser a la etiqueta o estereotipo que le hayas colocado.
Elogiar es una mejor opción, puedes ponerlo en práctica destacando una actitud positiva para reforzar ese comportamiento y luego reprender la mala acción cometida. Muchos padres opinan lo contrario, pero la verdad es que elogiar a los niños es constructivo, pues así sabrán distinguir entre lo correcto y lo incorrecto. Si solo se les regaña, puede llegar a ser confuso para ellos porque no entenderán cómo deben actuar ante determinadas situaciones.
Permite que los niños hagan las cosas por sí solos
Ser independiente ayuda a los niños a aumentar la confianza y seguridad en sí mismos. Si se equivocan, puedes explicarles qué sucedió y cómo pueden hacerlo mejor. Así, el error será fuente de aprendizaje y no de remordimiento.
Ten en cuenta que aprender cosas nuevas es una de las mejores prácticas para fomentar el amor propio. La sensación de hacer algo nuevo genera una sensación de dominio y logro. El deporte puede ser una buena opción, así los niños aprenderán nuevas habilidades y estrategias que los harán sentirse seguros.
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Enseña, con el ejemplo, a superar los obstáculos
Perder es algo que nos pasa a todos y no significa el fin del mundo. Los fracasos forman parte de la vida y es imposible no toparse con ellos. Enseña a tu hijo a ir por lo que sueña sin importar los contratiempos, siempre y cuando el objetivo sea positivo para él y no se transgredan los derechos del resto.
Háblale a los niños sobre la importancia de ser empáticos
Una persona con amor propio es empática. Enséñale a tus hijos a escuchar a los demás, a ayudar a otros y a proporcionar apoyo a quien lo necesite.
La empatía es una habilidad que los niños deben aprender para administrar asertivamente el fuerte ego característico de las primeras etapas del desarrollo, de este modo, podrán crecer en armonía con su entorno y potencializar sus habilidades sociales.
1 comentario
Vivo con la familia del papa de mi hijo fuera de mi pais que es vzla. (El y yo somos separados desde que el niño tenia 4 meses) y la famila de su papa ws muy pegada a mi hijo, por eso me vine a peru con ellos ya que en ese momento pense que era lo mejor para el niño. Y de verdad no me gusta wstar aqui. Quiero regresar a mi pais, siento que trabajo mucho (13 horas diarias) esto hace que siempre este estresada y ultimamente ellos se meten mucho en la crianza que le doy al niño. De verdad me afecta no dedicarle el tiempo que antes le dedicaba, en dos años que tengo aca solo emos visitado 1’centro comercial un par de veces. Mis tiempos con el son para hacer tatea, dormir y de vez en cuando ha c erle una rica comida para complaserlo. Hace poco la familia decidio emigrar a españa , pero en realidad yo quiero estar en vzla donde a pesar de la situacion me siento mejor emocionalmente porque yo ante la crisis supe reolver. Quiero despegarme por completo de esta gente, pero no lo afronto por miedo al que diran.