Perdóname por gritarte, no debí dejarme llevar por la ira y los malos recuerdos. Perdóname por no valorar los esfuerzos que hacías para entenderte conmigo a la hora de bailar. Realmente lo hacías muy bien pero mi egoísmo no me permitía aceptarlo, no quería que fueras mejor que yo.
Yo también recuerdo todos esos momentos que nos hicieron felices. Recuerdo nuestra primera película juntos o la vez que preparamos nuestro plato favorito en mi casa, como un gran equipo. Cómo olvidar esa ocasión en la que nos embriagamos para celebrar tu cumpleaños y nos desnudamos el alma. Yo tampoco sé qué me pasó, quizá eras demasiado bueno para mí y no supe cómo manejarlo, he escuchado que muchas personas se asustan cuando el buen amor les llega; creo que fue lo que me pasó a mí.
Aún recuerdo cuando me contaste que querías ser escritor, el hecho de imaginar que tus letras podrían ser para otra mujer y que podrías ser famoso, me hizo reaccionar de esa forma tan poco empática contigo. Eres un hombre talentoso, de eso no me cabe duda. Discúlpame por hacerte sentir mal y tratarte de esa forma.
Gracias por entregarme tantas cosas bonitas que no supe valorar. Gracias por los bonitos momentos que me diste. Alguna vez leí una frase del gran Walter Riso que rezaba: “El amor tiene dos enemigos principales: la indiferencia que lo mata lentamente y la desilusión que lo elimina de una vez” y eso fue lo que hice contigo. Entiendo que te hayas ido porque quien te ama, no te lastima.
¿Quieres leer la primera carta? Haz clic aquí
1 comentario
Me encanto muchisimo.