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¿Cambiamos algunos hábitos?

Por Dra. Nancy Castrillón
¿Cambiamos algunos hábitos?

Los hábitos o las rutinas que ejecutamos cada día son actos irreflexivos y automáticos que definen nuestro día a día. Es innegable que los hábitos son útiles y nos reportan un gran beneficio en nuestra vida, porque sin ellos estaríamos condenados a planificar, monitorear y guiar de manera consciente cada acto que llevamos a cabo, desde cepillarnos los dientes hasta secuenciar los movimientos que necesitamos para hacernos una taza de café.

Pero, ¿qué pasa con aquellos hábitos que no nos reportan ninguna utilidad? ¿Los podemos cambiar? Los hábitos o rutinas tienen un efecto generalizado en nuestro comportamiento cotidiano y es  en esta automatización donde podemos encontrar la clave para comprender la dificultad o el fracaso que tenemos cuando intentamos cambiar hábitos cotidianos, como puede ser nuestra dieta alimentaria. Tales fracasos son comprensibles y no necesariamente indican poca fuerza de voluntad o una comprensión insuficiente de los problemas de salud que podamos tener con nuestra mala alimentación, sino que los hábitos tienen el poder de mantenernos haciendo lo que siempre hemos hecho, a pesar de tengamos las  mejores intenciones de querer actuar de una manera diferente.

Sin embargo, a pesar de que establecer metas y nuevos comportamientos es difícil,  esto no significa que no podamos conseguirlo. Recuerde el viejo refrán: “La práctica hace al maestro”, pero con unos cuantos ingredientes más. Así que aquí van algunas recomendaciones que le podrán a ayudar a empezar a cambiar aquellas cosas que no son buenas para su salud o que no le ayudan en su vida y que harán que los hábitos sean algo simple y natural en su día a día:

Planifique su entrenamiento

El deseo de cambiar, que a menudo hacemos como una declaración de buenas intenciones a través de objetivos, no asegura necesariamente ni predice que vayamos a tener un cambio exitoso.

Las personas que estén dispuestas a cambiar obtendrán un mayor éxito si transforman los objetivos establecidos en planes de práctica definidas en tiempo (horas, días, meses), rutinas o hábitos específicos a ejecutar, ya sea a nivel individual o con otras personas.

Defina los objetivos de acuerdo a sus necesidades, gustos y preferencias

Defina los objetivos o metas a conseguir con precisión y de acuerdo a sus características y gustos. Para esto puede ayudarse escribiendo una lista de objetivos diferentes y enfóquese en aquellos que mejor se ajusten a sus intereses. Por ejemplo, puede definir metas para realizar una sola vez, como ir al cine o salir a cenar una vez al mes con los amigos o su pareja. Puede definir hacer algo nuevo, como cambiar el recorrido que hace hacia su trabajo. O decidir dejar un hábito por completo, como no tomar café por la tarde.

Lo importante es que sean específicos a la hora de definir el tipo de objetivo. Así que piense menos sobre lo que quiere lograr y concéntrese en cómo desea sentirse. Identifique un “por qué” para que su objetivo logre motivarlo a largo plazo. También es muy importante que defina la frecuencia o el tiempo que adoptará en llevarlo a cabo, ya que esto le garantizará la posibilidad de poderlo conseguir.

Busque evidencias de que le confirmen que el cambio de hábito es posible

Al cerebro no le gusta lo nuevo, por consiguiente, su cerebro necesita evidencias consistentes de que su meta es alcanzable y de que vale la pena el esfuerzo. Sin pruebas reales, el cerebro se resistirá y le pondrá obstáculos para no llevar a cabo el cambio de hábito. Debido a esto, es muy importante que no olvide los objetivos que se ha propuesto, y que le pida a su familia, amigos o pareja que le ayuden y le motiven a seguir avanzando.

Dese recompensas por cada meta alcanzada

Incluso, si el intento fue pequeño, es importante que le demuestre a su cerebro que tendrá éxito, pero principalmente que se demuestre a sí mismo que es capaz y que poco a poco y con el tiempo lo logrará.

Las recompensas deben ser inmediatas o las puede incluir en el hábito que desea cambiar. Para esto, puede usar imágenes y notas que le ayuden a recordar visualmente el objetivo que desea alcanzar. Planifique y repita los pequeños cambios de hábitos, esto le ayudará a tener evidencia de que puede tener éxito. Documente la evidencia de cada paso positivo que da, puede hacer un diario de sus pequeñas y grandes victorias o hable de ellas con su familia o grupo de amigos.

Tenga paciencia

Recuerde que cambiar requiere tiempo y entrenamiento. Los cambios de rutinas no se consiguen de un día para otro. Las investigaciones sugieren que adquirir un nuevo comportamiento puede requerir entre 18 y 254 días. Así que ponga en práctica la virtud de la paciencia.

Busque apoyo

En ningún lugar está escrito que uno tiene que poder con todo, así que no se desanime si en algún momento ve que no es capaz, busque la ayuda de sus familiares o amigos. El apoyo social es importante porque le ayudarán a anular las emociones negativas y reforzará el compromiso con las metas que se ha propuesto.

Referencias
  1. Neal, D.T., Wood, W., and Quinn, Jm. (2002). Habits-A repeat performance. Current Direcctions in Psychological Science 15, 198-2002.
  2. Ibíd.
  3. Nowarck, K. (2017). Facilitating succesful behavioral change: beyond goal setting to goal fluorishing. Consultimg Pshychology Jorunal: Practice and Research, Vol 69, No. 3, 153-171.

Por: Nancy Castrillón

 

Licenciada en Psicología / Universidad de San Buenaventura, Medellín – Colombia
Máster en Neurorehabilitación / Universidad Autónoma de Barcelona
Máster en Humanidades /Universidad de Barcelona
Máster en Cronicidad y Dependencia  /Universidad Pompeu y Fabra
Contacto: mnancycastrillon@gmail.com
www.nancycastrillon.com
Facebook: www.facebook.com/pages/Nancy-Castrillón

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