Sé que tengo muchos amigos, pero no conozco ni siquiera a uno” Enzo Ferrari.
“Tener amigos” va más allá de conocer nuevas personas cada día y generar empatía entre ambos.
Tampoco significa sumar números a tu lista de contactos, ni llenar tu agenda con nombres, direcciones y teléfonos. Malinterpretar las relaciones sociales que mantienes diariamente, pueden resultar convertirse a tu favor o en tu contra. Determinar los parámetros en tus relaciones interpersonales definirá hasta qué punto puedes considerar o no, si esa persona es tu amiga.
El gran problema que existe entre los humanos, es brindar confianza desconociendo la personalidad de la persona a quien se la ofrecen. Por ello, aprende a transmitir y recibir mensajes claros que delimiten el tipo de relación que llevas con alguien. Además de hacer claridad de cómo deben actuar entre ambos, claramente sabrás con quién podrás contar. En este artículo te daremos claves para delimitar tus relaciones y comportamientos, concluyendo quién es tu verdadero amigo.
La clave está en la calidad, más no en la cantidad del tipo de relaciones que lleves en tu vida con los demás. La amistad auténtica puede llegar a superar, incluso, relaciones familiares que, en principio, deberían significar ser imprescindibles. Reconoce quiénes son simples compañeros, con los que debes relacionarte debido a tu trabajo, nada más. Identifica quién te apoya por cordialidad, a quién acompaña a superar las adversidades sin esperar nada a cambio. No por más personas que te rodeen, significa que todos deben comprometerse con la resolución de tus vivencias.
Este punto es clave y sabrás que es tu verdadero amigo, cuando da buenos consejos, por encima de alcahuetear malos comportamientos. Estudios sobre relaciones sociales, realizado por médicos y psicólogos de las universidades de Brigham Young y Carolina del Norte, lo demuestran. Determinaron que, contar con amistades de vivencias negativas reflejan moralmente en ti el malestar tras fumar 15 cigarrillos o diez vasos de alcohol. Así que ¡alerta!, no por ser “amigo” debe guiarte negativamente, pues tu misma consciencia te lo estará cobrando.
Da prioridad a quienes para ellos eres su necesidad y cuentan contigo en el mismo nivel que tú lo harías con ellos. Más allá de brindar energía positiva, comparten tus triunfos como si fueran suyos y reconocen tus capacidades para haberlos alcanzado. El psicólogo James Coan, junto a científicos de la Universidad de Virginia descubrieron los beneficios de estas situaciones. Determinaron que cuando un amigo está en peligro, la actividad cerebral y cardiaca de su par se activa de la misma manera. Por tanto, tu verdadero amigo irá contigo hasta el final, ya que siente lo mismo y busca resolver igualmente la situación.
Te hace más productivo en el trabajo y con cualquier obligación que acarree tu participación. Además, se pone en tu lugar y te ayuda a solucionar estas tareas, a la vez que cumple con las suyas. Las amistades negativas, por el contrario, crean una competencia contra ti, te hacen perder el tiempo y al final desaparecen cuando tienes todas las labores acumuladas. Según estudios de Social Incentives in the Workplace, es prioridad contar con quien haces equipo y desechar a quien te hace perder el tiempo en tu trabajo.
Por último, es tu verdadero amigo el que te incentiva a mejorar y cuidar tu salud tanto física, como mental, espiritual, etc. Si comparten horas de ejercicio, alimentación balanceada, hábitos de meditación, entre otros factores, considérale un verdadero amigo por aquellos actos. Recuerda que cuidar de ti, a la vez que lo hacen ambos, demuestra un equilibrio amistoso y positivo que recogerá frutos para la relación.
1 comentario
excelente artículo.