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Bienestar psicológico: 6 hábitos para lograrlo

Por Dra. Iris Luna
Hábitos para lograr bienestar psicológico

Esta es una época de estremecimiento. Asistimos atónitos a grandes y vertiginosos cambios. El temor y la inseguridad se filtra en las noticias cotidianas, las exigencias para estar al día y consumir son exageradas. No tenemos tiempo para analizar conscientemente las cosas que hacemos o pensamos. Es en este contexto actual donde abundan los timos, las publicaciones resumidas, los cursos breves, las terapias  o entrenamientos de diverso tipo, ciertos fármacos y dispositivos comerciales, algunos con cierta base científica y algunos otros, sin ella.  Se nos proponen formas rápidas, sencillas e infalibles de adelgazar, de alcanzar la felicidad, la abundancia, el éxito, la longevidad, la trascendencia, etc., etc. etc.  

Valdría la pena detenernos un momento para pensar si realmente es factible modificar nuestra vida de raíz, con la misma rapidez con que un experimentado cirujano plástico modifica una nariz dentro de un quirófano. Muchos te anuncian milagros con muy poco esfuerzo y a bajo costo, pero como suelo decir, las cosas no funcionan de este modo.

Por lo general, el cambio requiere buena información, tiempo, constancia, integración de hábitos saludables y ante todo, se han de tener muy claros los fundamentos de los tratamientos, la seriedad de la información que nos brindan, la veracidad  de las fuentes consultadas y la formación y ética profesional de quien nos atiende.  Es aconsejable no trivializar las cosas, ni ir con los ojos vendados. Lo más peligroso es tratar de solucionar un problema, sin conocer las raíces del mismo y sin indagar suficientemente. Dejarnos guiar únicamente por las ganas de que algo ocurra, albergando pensamientos mágicos y depositando nuestra esperanza en unas imágenes publicitarias de internet, nos puede llevar a grandes fracasos o, incluso a empeorar nuestra condición.

Todos buscamos el bienestar; y aunque se habla tanto de ello, hemos de ser cautelosos en el momento de buscar su fuente. En este material les quiero compartir algunas características y dimensiones que valdría la pena tener en cuenta si estamos en la búsqueda  de unos adecuados niveles de  bienestar emocional  y psicológico, que se asocian a una buena calidad de vida.  

¿Qué es el bienestar?

Se trata de un estado de la persona cuyas condiciones físicas y mentales le proporcionan un sentimiento de satisfacción y tranquilidad.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) hace mucho énfasis al definir la salud mental desde una perspectiva positiva como: “Un estado de bienestar en el cual la persona es consciente de sus propias capacidades, es capaz de afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar en forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una buena contribución a la comunidad”.

Desde 1984  existe un consenso en que el llamado bienestar emocional se caracteriza por: la presencia de afecto positivo, la ausencia de afecto negativo y un buen grado de satisfacción con la propia vida.  Trabajos sociológicos importantes muestran que aquellos países con más alto producto interior bruto, mayor respeto por los derechos humanos, más igualdad social, y más libertad de elección y autonomía, existe un  mayor nivel de bienestar emocional; lo que quiere decir que el entorno en que nos desarrollemos y las condiciones nos pueden hacer sentir más o menos realizados y felices.  

Algunas investigaciones recientes señalan que las personas que tienen un alto bienestar emocional (mayormente la presencia de afecto positivo) son más sanas física y mentalmente y viven más años. Además dicho bienestar emocional tiene un efecto positivo en la recuperación y supervivencia de las personas con enfermedades físicas.

Aunque las investigaciones alrededor del bienestar emocional tienen una larga trayectoria, existen críticas  a la visión un tanto limitada al bienestar , ya que considera exclusivamente el lado hedónico  (que procura el placer o se relaciona con él), estos indicadores de felicidad y satisfacción con la vida brindan  poca información acerca de cómo la persona se desarrolla o participa dentro de un contexto social.

Por esta razón, muchos investigadores se han acercado al concepto de bienestar que tiene en cuenta la eudemonía (en griego, εὐδαιμονία, eudaimonia) o plenitud de ser, es una palabra griega clásica traducida comúnmente como “felicidad”. Aristóteles lo entendió como ejercicio virtuoso de lo específicamente humano, es decir, la razón.

Aquí empezamos a hablar entonces del bienestar psicológico.  Recordemos que la definición de la OMS de la salud mental menciona la llamada autorrealización como un componente importante del equilibrio mental. La autorrealización se refiere al funcionamiento de una persona de acuerdo a determinados estándares psicológicos normativos.

Aquí no se trata de tener una vida placentera (llena de afecto positivo) como mencionaba en el bienestar emocional, sino tener una vida buena, razonada y con sentido desde un punto de vista psicológico.

La psicóloga Carol Ryff, profesora en la Pennsylvania State University y directora del Institute of Aging, ha investigado el tema ampliamente y logró desarrollar un modelo de bienestar psicológico formado por seis dimensiones, que les presento a continuación:   

El modelo de Carol Ryff

Autoaceptación:

Mantener una actitud positiva y respetuosa hacia uno mismo y la vida pasada, admitir y aceptar los diversos aspectos de uno mismo. Significa reconocer que somos valiosos y dignos de ser queridos y respetados a pesar de no ser perfectos. La auto aceptación es el primer paso para una autoestima alta.

Hábitos para mejorar el bienestar psicológico

Autoaceptación

Dominio del entorno:

Mostrar la capacidad  de manejar un entorno complejo, y tener habilidad de elegir, manipular y acomodar lo que nos rodea según nuestras necesidades personales. Hace referencia al manejo de las exigencias y oportunidades del medio que te rodea para satisfacer tus necesidades y capacidades. Quienes poseen un alto dominio del entorno tienen una  mayor sensación de control sobre el mundo y se sienten capaces de influir en el ambiente que las rodea, hacen un uso efectivo de las oportunidades y son capaces de crear o escoger circunstancias que encajen con sus necesidades personales y valores. Las personas con bajo dominio del entorno tienen problemas para manejar los asuntos de la vida diaria, se sienten incapaces de mejorar o cambiar lo que les rodea, no son conscientes de las oportunidades que se les presentan y piensan que no pueden modificar nada a su alrededor.          

Bienestar psicológico

Dominio del entorno

                                                                                                       
Relaciones positivas con los demás:

Mostrar la capacidad de sostener relaciones personales afectuosas, consideradas, satisfactorias y de confianza, y ser capaces de ser empáticos y cercanos. Consiste en tener relaciones de  buena calidad con las personas,  tener en cuenta  a gente con la que se pueda contar, personas  a quien amar. Estas personas tienen relaciones cálidas, satisfactorias y de confianza con los demás, se preocupan por el bienestar de los otros, son capaces de experimentar sentimientos de empatía, amor e intimidad con los demás y entienden el dar y recibir que implican las relaciones. Las personas que no tienen relaciones positivas con los otros, cuentan con pocas relaciones cercanas, les resulta difícil ser cálidos, abiertos o preocuparse por los demás, están aislados o frustrados y no están dispuestos a tener compromisos o vínculos importantes con los demás. De hecho, la pérdida de apoyo social y la soledad o asilamiento social aumentan la probabilidad de padecer una enfermedad y reducen la esperanza de vida.                                                                                                                 

Crecimiento personal:

Muestran una visión adecuada sobre el propio potencial personal, tienen un claro sentido de desarrollo y están abiertos a experiencias nuevas, desafiantes y comprometedoras. El crecimiento personal tiene que ver  con sacar el mayor partido a los talentos y habilidades, utilizando todas las capacidades, desarrollar al máximo las potencialidades y seguir creciendo como persona. Estas personas consideran que están en continuo crecimiento, están abiertas a las nuevas experiencias, desean desarrollar su potencial y habilidades, consideran que han ido mejorando con el tiempo y van cambiando de modos que reflejan un mayor autoconocimiento y efectividad. Quienes sienten que no crecen como personas tienen la sensación de estar atascados, no  de sienten que están mejorando con el tiempo, se sienten aburridos, desmotivados, y con poco interés en la vida, e incapaces de desarrollar nuevas actitudes, habilidades, creencias o comportamientos.                                                                                                                                                                                            

Autonomía:

Exhiben una dirección personal que a menudo es guiada por estándares personales propios socialmente aceptados y estándares internos convencionales, saben resistir las presiones sociales desagradables. La autonomía consiste en tener la sensación de que se  puede elegir por sí mismo, tomar decisiones propias  para la vida, incluso si van en contra de la opinión mayoritaria, mantener la independencia personal y las convicciones. Las personas con mayor autonomía son más capaces de resistir la presión social y regulan mejor su comportamiento desde el interior (en vez de ser dirigidos por otros), son más independientes y se evalúan a sí mismas en función de estándares personales. Las personas con  baja autonomía están preocupadas por las evaluaciones y expectativas de los demás y se dejan influir o guiar por ellas, toman sus decisiones en base a las opiniones de los demás y se conforman ante la presión social, actuando y pensando en base a lo que los demás esperan de ellos.                                                                                                                                                                

Tomar decisiones acertadas

Tomar decisiones


Propósito de vida :

Son capaces de mantener metas y creencias que afirman el propio sentido de dirección de la vida y perciben que la vida tiene un propósito y una razón de ser. Quienes tienen un propósito en la vida persiguen metas, sueños u objetivos, tienen la sensación de que su vida se dirige a alguna parte, sienten que su presente y su pasado tienen significado, y mantienen creencias que dan sentido a su vida.

El bienestar no depende tanto de las circunstancias externas sino de cómo las percibimos y afrontamos. Para tener bienestar y buena calidad de vida debemos procurar tener emociones positivas ( “vida placentera”), compromiso y seriedad ( “vida comprometida”) , adecuadas relaciones sociales, una vida provista de significado, de autonomía y logros personales.

Si deseamos gozar de bienestar podríamos empezar por trabajar a fondo  algunas fortalezas de carácter como: el desarrollo de la creatividad, la perseverancia, el amor, la compasión, la justicia, y el autocontrol. Además podríamos desarrollar de manera más eficiente  nuestras fortalezas, optimismo, bondad y gratitud.

Otra herramienta que podemos utilizar es la práctica  de la atención plena o “mindfulness” que consiste en procurar mantener una actitud permanente de consciencia y calma que nos permita vivir íntegramente el momento presente. Como sabemos, sus raíces se remontan a antiguas tradiciones orientales, siendo investigado y promovido en años recientes desde la psicología moderna. Es muy importante añadir que la atención plena no se limita a practicar técnicas de relajación. Va mucho más allá, ya que integradas a una práctica regular, son germen de una actitud vital, una filosofía de vida que permite vivir de modo más profundo cada instante y con un mayor disfrute. La práctica de atención plena mejora la concentración, reduce automatismos, se consigue un mejor control de los pensamientos, emociones y conductas, se disfruta más del presente, tiene efectos físicos saludables, contrarresta el estrés diario , para vivir experiencias de manera consciente, etc.

El bienestar debería ser una de las metas importantes dentro del seno de cada familia, en los planteles educativos y en nuestra sociedade. Sin embargo, la felicidad no se consigue como por arte de magia. Es un proceso en el que tenemos que implicarnos y trabajar de manera continua.  También debemos profundizar en el significado y estar dispuestos a detenernos un momento y no dejarnos arrastrar por el pesimismo y la desesperanza.

Espero que este material les sea de alguna utilidad.  

Por: Dra. Iris Luna
Médico Psiquiatra – Máster en Nutrición
Especialista en Sobrepeso y Obesidad
https://www.facebook.com/iris.luna.oficial
Contacto:  iluna@phronesisvirtual.com 

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