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Autolesión impulsiva, una epidemia silenciosa

Por Dra. Iris Luna
Autolesión impulsiva

Para complementar el tema del artículo anterior; Transgresiones corporales: Una epidemia silenciosaLa AL impulsiva corresponde a un acto deliberado y en general recurrente de hacer daño al propio cuerpo sin la ayuda de otra persona, de manera lo suficientemente severa como para ocasionar lesiones en los tejidos corporales y generar hematomas, fracturas, cicatrices o marcas. Aquellos actos que tienen intención suicida o que están asociados con la gratificación sexual, se encuentran excluidos de esta definición. Este comportamiento complejo de AL es relativamente frecuente en la población adolescente y de adultos jóvenes. A pesar de que el individuo que ejecuta la autolesión en principio no busca suicidarse, algunos comportamientos de AL con el tiempo y dependiendo de otras problemáticas presentes, podrían asociarse a intentos suicidas, sugiriendo que estas conductas y los aspectos psicológicos relacionados, podrían compartir la misma trayectoria de riesgo.

En el comportamiento de AL intervienen cogniciones, impulsos y percepciones que suelen ser bastante conflictivas para el individuo que las realiza. En la literatura inglesa dichos comportamientos de autolesión (AL) se conocen como: self-injury, self-mutilation, self-harm, self-cutting y self- agression. En la literatura española se denominan: autoinjuria, autolesión, autoagresión, automutilación y parasuicidio entre otros términos. Muchos investigadores del tema concluyeron que las conductas de AL son un fenómeno bastante extendido y oculto, denominándolo “epidemia silenciosa”. El tema de las conductas de AL ha sido tratado durante mucho tiempo como un tema tabú; pero por mas tabú que parezca, es en realidad bastante común como se dijo antes, especialmente en niñas de colegio que se encuentran en bachillerato y universitarias. Recordemos que las estimaciones actuales nos indican que aproximadamente el 4% de la población general, se provoca AL y que dentro de la población adolescente, las cifras pueden ascender al 14%. Estos pacientes no se ven con frecuencia en consulta externa de psiquiatría o psicología.

Autolesiones

Comportamiento de AL

¿Cómo saber si presentamos conductas AL impulsivas?

 La siguiente es una descripción resumida de las conductas de AL impulsivas:

  • Inquietud con la idea de provocarse una lesión física a sí mismo.
  • Falla recurrente para hacer resistencia a los impulsos que llevan a lesionarse físicamente a sí mismo, dando como resultado una alteración o daño tisular.
  • Incremento de la tensión emocional inmediatamente antes de cometer el acto de AL.
  • Sensación de alivio o gratificación después de haber cometido el acto de autolesión.
  • No se trata de un intento suicida, el acto no corresponde a un episodio psicótico, no se asocia al retardo mental, a los trastornos del desarrollo ni forma parte de la gratificación sexual.

Así, la AL impulsiva corresponde a un comportamiento deliberado, repetitivo, impulsivo que genera daño, menoscabo o destrucción intencionada de los tejidos sin un propósito suicida y con fines que muchas veces no son socialmente sancionados.

 Este tipo de conductas suelen incorporar un variado repertorio de métodos que incluyen: cortes de la piel (la mas frecuente), rasguños y raspado cutáneo, quemaduras, golpes sobre superficies duras o contusiones; empleo de torniquetes; provocación de heridas y daño tisular rompiendo vidrios. Además de la inserción de objetos en los tejidos blandos (self-embedding behaviour), conductas de auto canibalismo, amputación que puede afectar dedos, mamas y genitales, aspiración e introducción de cuerpos extraños por orificios corporales (uretra, oído, ano), colgarse y quedar suspendido en el aire con ganchos, entre otros excéntricos y dolorosos métodos.

Se han descrito tres formas de presentación de AL: la primera la denomino “mayor”, la cual es la más excéntrica y extrema. Esta forma provoca una desfiguración permanente, como por ejemplo la castración o amputación de extremidades. La segunda forma es llamada “Estereotípica” y comúnmente se manifiesta con golpes en la cabeza, compresión de globos oculares y mordeduras. La tercera forma es la más frecuente y la defino como “Superficial” y es la que usualmente compromete a la piel a través de cortes, quemaduras e interferencia con la buena cicatrización de las heridas.

La localización más frecuente de las heridas son los brazos, piernas y el abdomen. Los instrumentos mas utilizados son hojas de afeitar, cuchillas para cortar cartón, uñas, vidrios y navajas. Por lo general los traumas contusos ocurren al estrellar la cabeza, los puños o los pies contra superficies duras como paredes, mesas o el suelo. Los comportamientos conceptualizados como actos de agresión impulsiva contra sí mismo, son además comportamientos de gran complejidad en cuanto a determinantes, motivaciones y factores precipitantes. Algunos autores plantean que el practicar estas conductas de AL, con frecuencia permite a quien se encuentra enganchado (“adicto”) a ellas, obtener en forma rápida un alivio transitorio.

Autolesión impulsiva, una epidemia silenciosa

Distorsiones en la imagen corporal

¿Quiénes tienden a provocarse lesiones corporales?

  • Existen datos que señalan que los antecedentes de abandono, abuso físico y sexual; así como trastorno de estrés postraumático en individuos durante la infancia, se asocian con relativa frecuencia a las conductas AL impulsivas.
  • Personas con distorsiones en la imagen corporal especialmente del sexo femenino, también suelen recurrir a conductas de AL.
  • La relación entre trastornos de la conducta alimentaria y las conductas de AL merecen ser consideradas en forma especial, ya que su asociación es frecuente y además, afectan a la población joven de sexo femenino. Simpson en los años ochenta, nos alertó acerca de la conexión entre las conductas de AL impulsiva y la anorexia nervosa, señalando un origen similar de ambas. Esta relación fue fundamentada en la auto agresión dirigida al cuerpo en una etapa del desarrollo en que la imagen corporal y la sexualidad adquieren gran relevancia. La importante distorsión de la imagen corporal y las tendencias autodestructivas relacionadas con una pobre autoestima, hacen que el sufrimiento físico provocado por la autolesión, el hambre y las purgas coexistan en la paciente como elementos que causan dolor y que la paciente puede utilizar para intentar recuperar el control de sí misma. Alderman en 1997 sugirió que los trastornos de la conducta alimentaria y las conductas de AL están conectadas no siendo necesariamente causa/ efecto, sino formas diferentes de respuesta a un conflicto muy complejo.
  • Las experiencias psicológicas asociadas a los comportamientos de autolesión pueden ser variadas. Manifestaciones de ira, ansiedad, auto desprecio, sentimientos intensos de ineficacia, ideas de culpa, vergüenza, experiencias disociativas, pena, sensación de impotencia, miedo y otra gama de emociones negativas a los que se sigue el acto de AL impulsiva, no dan tiempo a la reflexión. Los eventos de AL pueden ser rutinarios o azarosos y en general se relacionan con los anteriores estados emocionales que se presentan con gran intensidad, alcanzando un estado máximo cuando la persona se siente sin control y piensa que va a estallar si no logra canalizar de alguna manera sus emociones.
Autolesión impulsiva

Características prominentes: emociones negativas y menosprecio personal.

Un elevado porcentaje de quienes se provocan AL impulsivas exhiben dos características prominentes: emociones negativas y menosprecio personal. Las conductas de autolesión impulsivas, pueden estar presentes en gran variedad de trastornos mentales que cursan con impulsividad, así como en diversas experiencias psicológicas tales como auto desprecio, rabia, culpa y vergüenza. Las motivaciones para esos comportamientos más frecuentemente incluyen intentos de regulación de las emociones, compensación o auto castigo.

Las correlaciones comportamentales incluyen elevados niveles de impulsividad y agresión auto dirigida. De todas formas, y como vimos al inicio, las conductas auto lesivas se presentan tanto en población general como en población clínica (personas con trastornos mentales); y además, debido a las variaciones en la frecuencia de realización, motivaciones y aceptación en determinados grupos (tribus urbanas/ comunidad de internautas), se hace complejo determinar un criterio de clasificación, siendo quizás más aproximado a los hechos, considerarlo como un comportamiento que cumple determinadas funciones, según sea el esquema cognitivo/ afectivo de base. De esta manera podríamos hablar de “conducta de AL” y no necesariamente de un cuadro clínico constituido. Dicho de otra forma, la conducta auto lesiva puede verse también como un fenómeno psicosocial que va mucho más allá de la psicopatología.

¿Por cuáles factores psicológicos suelen autolesionarse las personas?

Se piensa que los actos de autolesión son cometidos por aquellos individuos que no han conseguido desarrollar estrategias saludables para experimentar y/o expresar emociones (Déficits en habilidades emocionales), o no logran manejar adecuadamente la ansiedad.

 ¿Por qué alguien querría provocarse una AL o infringirse dolor deliberadamente? Algunos estudios sugieren que hay cuatro razones principales para provocarse AL:

  1. Para reducir, aliviar o regular emociones negativas.
  2. Para experimentar “algo” distinto al entumecimiento y el vacío
  3. Para hacer evitación de ciertas situaciones sociales embarazosas
  4. Para recibir apoyo social

Un error común es creer que las conductas de AL son principalmente una forma de manipulación social.

Además de las cuatro razones antes mencionadas, algunos estudiosos en el tema de la AL sugieren otros motivos para provocarse autolesiones:

  • Buscar hacer contacto consigo mismo y con el entorno (evitar la despersonalización)
  • Como método de auto castigo (ideas de culpa/ vergüenza)
  • Responder a invitaciones mediáticas: Es frecuente que se publiquen en YouTube videos de autolesión y material que invita a imitar tales conductas
  • Como modo de afrontar situaciones estresantes o denigrantes de las cuales no encuentra salida, (por ejemplo: niño o adolescente intimidado por agresor en situación de maltrato físico o sexual continuado)
  • Como mecanismo para revivir un trauma o re victimización, cuando se ha estado sometido a un gran estrés emocional.
  • Como respuesta a la influencia de los pares (presión grupal/ búsqueda de inclusión y aceptación grupal)

En los casos de antecedentes de eventos traumáticos o humillantes, la autolesión impulsiva suele ser asumida por los pacientes como una manera de “despertar” de una sensación de adormecimiento ocurrida después del evento traumático o una manera de re infringir el dolor que fue experimentado, expresando indignación por la ocurrencia de dicho evento o buscando salir airoso obteniendo el control sobre el mismo.

Los individuos con trastornos de adaptación, niveles elevados de autocrítica, ideas de culpa y bajos niveles de inteligencia emocional (adaptabilidad, buenos niveles de empatía, felicidad, optimismo, buena autoestima), son más proclives a presentar conductas auto agresivas. Estas conductas por lo general se realizan en momentos de soledad (aunque en algunas ocasiones pueden ser grupales o estimuladas por amigos en el internet) y por lo general suelen mantenerse en secreto; (los pacientes escogen lugares poco expuestos del cuerpo para auto lesionarse).

En realidad varios estudios han encontrado que la razón principal para tener conductas de AL es la razón número 1. Para reducir las emociones negativas. Pero, ¿Cómo es posible infringirse dolor y daño físico y utilizarlo para paliar el sufrimiento emocional? A pesar de lo paradójico que parezca, los individuos estudiados refieren con mayor frecuencia las siguientes razones para provocar AL: detener malos sentimientos/pensamientos, aliviar intensos sentimientos de desolación, sensación de vacío o aislamiento, alejar de la mente problemas de difícil afrontamiento, disminuir sentimientos de ira, liberar tensiones y controlar pensamientos inapropiados.

Autolesión impulsiva

Un porcentaje importante de individuos que se autolesionan, ven esta conducta como su única forma de afrontar los problemas y se vuelven dependientes

Las conductas de AL son vistas por algunos especialistas como una forma de auto sabotaje. Puesto que la auto injuria puede corresponder a un manejo mal adaptativo del estrés, similar a la manera en que mucha gente consume sustancias o alcohol para “evadir” los problemas durante un rato. Es importante por ello detectarla a tiempo para evitar que se perpetúe. Un porcentaje importante de individuos que se autolesionan, ven esta conducta como su única forma de afrontar los problemas y se vuelven dependientes de la AL. Muchos pacientes requieren realizarse las lesiones de manera cada vez más frecuente y con mayor severidad para experimentar el alivio inicial.

Quienes acuden a las conductas de AL en forma frecuente, suelen experimentar problemas en otras áreas de su vida, tales como el estudio, el trabajo y las relaciones interpersonales. Entonces, ¿Cómo es que trabajan las conductas de AL como herramientas de afrontamiento? En la actualidad se tiene cierta comprensión acerca de porqué razón las conductas de AL podrían ayudar a ciertas personas a lidiar con las emociones negativas.

Según el modelo sugerido por Chapman y Cols (2006), se dice que, debido a elementos como la distracción, método de auto-castigo y la liberación de endorfinas, las conductas de AL son eficaces para evadir emociones y sentimientos negativos. Al parecer les proporciona un método para evitar en forma efectiva, aunque disfuncional, una experiencia emocional difícil. El hecho de que la AL se convierta en una vía de escape y evitación de emociones negativas, podría llegar a tornarse mas “adictivo” y gratificante dentro de un ciclo repetitivo.

Muchos de los que se provocan AL son reacios a renunciar a hacerlo porque ésta conducta ha sido una herramienta para aliviar su dolor emocional y al comenzar su tratamiento para dejar estos comportamientos expresan sentirse indefensos sin éste “falso amigo”.

 ¿Cómo tratar las conductas de auto lesión?

El tratamiento medicamentoso no tiene un papel definido claramente en el tratamiento de las conductas AL; no obstante, el manejo farmacológico puede cumplir un papel muy importante en el manejo de algunos trastornos psiquiátricos asociados que se encuentran bastante relacionados con la aparición de conductas de AL.

El tratamiento más efectivo para las conductas auto lesivas impulsivas debe involucrar una combinación de psicoterapia asociada a medicamentos. Por supuesto es indispensable hacer una buena alianza terapéutica, dada la tendencia a que los pacientes enganchados a las conductas auto lesivas impulsivas tienen por lo general un ánimo inestable, pobres herramientas de afrontamiento, conflictos interpersonales e intensas reacciones de transferencia. Estas características pueden estar relacionadas con experiencias de trauma temprana, incluyendo negligencia, abuso físico y sexual, o generalmente un ambiente invalidante o poco empático.

La verdadera magnitud de la auto-lesión es difícil de determinar por el secreto y la vergüenza vinculados a ella, que hacen que no sea reportada. Muchos de los que se auto lesionan están poco dispuestos a decírselo a otros por miedo a ser rechazados o mal interpretados; no obstante, últimamente hay una explosión de testimonios de auto lesionados con fotos o videos asociados distribuidos por internet; factor que podría contribuir al incremento de dichas conductas.

Muchos profesionales de la salud se encuentran perplejos y con gran incertidumbre acerca de la mejor manera de proceder para tratar este comportamiento y ayudarle al paciente a desarrollar mejores estrategias de afrontamiento y conductas más adaptativas. Se puede afirmar que un enfoque terapéutico prometedor de la AL física del paciente, se basa en la comprensión del dicho comportamiento, teniendo en cuenta la perspectiva de cada individuo. Realizar un análisis cuidadoso del funcionamiento global, identificar y manejar adecuadamente los síntomas psiquiátricos subyacentes a los episodios de autoagresión, y tener en cuenta las dinámicas interpersonales, puede facilitar el manejo integral de la persona.

Por: Dra. Iris Luna
Médico Psiquiatra – Máster en Nutrición
Especialista en Sobrepeso y Obesidad                                                                                                    
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Contacto: iluna@phronesisvirtual.com 

 

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