Durante mucho tiempo se pensó que los niños y niñas mejoraban completamente del TDAH al superar la etapa de la adolescencia hasta que algunos estudios de seguimiento de pacientes a largo plazo señalaron que entre un 40 y un 60% de los TDAH diagnosticados en la edad temprana persistían durante la adultez. Así vas a aprender a identificar y manejar el TDAH-A en este artículo.
Aproximadamente un 15% de pacientes mantendrá el diagnóstico completo y hasta un 50% presentará una remisión parcial de sus síntomas, pero con una importante repercusión en su funcionamiento global de los que hablaré más adelante.
Hay un importante infradiagnóstico del TDAH en los adultos debido al desconocimiento del mismo por la mayoría de los profesionales de la salud de los servicios de atención primaria.
¿Cómo se manifiesta el TDAH-A?
El TDAH tiende a variar su presentación en la edad adulta. Esto ocurre en parte porque, por lo general, se presenta una reducción en la intensidad de los síntomas de hiperactividad respecto a las manifestaciones del déficit de atención.
Esto quiere decir que la persona puede sentir una inquietud subjetiva moderada que aprende a manejar en parte. Mientras que los síntomas de inatención se pueden seguir presentando en forma de problemas a la hora de realizar tareas como cumplir plazos de entregas, centrarse en trabajar en un proyecto hasta terminarlo adecuadamente o programar proyectos, entre otros.
Por otra parte, el diagnóstico en las personas adultas suele ser más complicado que en los niños debido a la presencia frecuente de otros trastornos psiquiátricos que acompañan al TDAH del adulto.
No olvidemos que la historia personal (haber padecido TDAH en la infancia), o la historia familiar (que nuestros padres, hijos o familiares cercanos hayan sufrido de TDAH) es un buen punto de inicio para sospechar el diagnóstico en el adulto.
Manifestaciones de hiperactividad e impulsividad
Para adolescentes mayores y adultos (mayores de 17 años) se requiere de la presencia de al menos cinco de estas manifestaciones:
- Con frecuencia juguetea con las manos o golpea los pies. Además se retuerce y cambia de movimientos en la silla con frecuencia.
- Habitualmente se levanta en situaciones en que se espera que permanezca sentado. Por ejemplo, en clase, en la oficina, durante una reunión u otras situaciones que requieren que mantenga su lugar.
- Frecuentemente experimenta inquietud interior o se mueve de un lado al otro de manera llamativa.
- Habitualmente es incapaz de mantenerse involucrado en juegos o actividades recreativas que requieran tranquilidad, lentitud o análisis porque le aburren.
- Con frecuencia está “ocupado” actuando como si lo impulsara un motor; se le dificulta quedarse quieto durante tiempo prolongado (restaurante, reuniones) y se le nota intranquilo.
Suele hablar excesivamente
- Con frecuencia responde inesperadamente o antes de que se haya concluido la pregunta. Por ejemplo, termina las frases que otros comienzan y no respeta el turno de la conversación.
- Frecuentemente se pone impaciente y molesto al esperar un turno, como cuando espera en una fila.
- Suele interrumpir o inmiscuirse en las conversaciones de otros. Además, puede utilizar las cosas de otras personas sin permiso y puede inmiscuirse o adelantarse a lo que hacen otros.
Manifestaciones de déficit de atención
En cuanto al déficit de atención podemos encontrar las siguientes manifestaciones:
- Habitualmente falla al prestar atención a detalles o por descuido comete errores a nivel académico o laboral.
- Presenta dificultades para mantenerse atento en tareas o actividades recreativas como clases, conversaciones, lectura prolongada o juegos que requieren de atención sostenida.
- No le gusta seguir instrucciones, no termina las tareas asignadas, cambia el foco de atención con facilidad y suele procrastinar.
- Con frecuencia tiene problemas para organizar su entorno, las tareas y actividades como tareas secuenciales, poner materiales y pertenencias en orden; descuido y desorganización de archivos, computador, trabajos. Además de una mala gestión del tiempo e incumplimiento de plazos de manera crónica.
Habitualmente pierde las cosas necesarias para sus tareas o actividades diarias. Elementos como las llaves, el teléfono celular, las carpetas o las gafas, entre otros.
- En muchas oportunidades parece no escuchar cuando se le habla directamente pues parece tener la mente en otro lado.
- Suele distraerse con mucha facilidad con estímulos externos y tiene pensamientos intrusivos no relacionados con lo que se está haciendo.
- Con frecuencia olvida actividades cotidianas o citas concertadas previamente. Olvida hacer trabajos, diligencias, felicitar en los cumpleaños, devolver llamadas o contestar mensajes, pagar facturas o acudir a citas.
- Generalmente se incomoda o evita las tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido. Por ejemplo, preparación de informes, tesis de grado, completar formularios y la lectura de artículos extensos.
¿Cuáles son las comorbilidades más frecuentes del TDAH-A?
Se considera que más de un 60% de los TDAH-A tiene uno o más trastornos psiquiátricos o neurológicos comórbidos. Este conjunto es más frecuente que el TDAH-A solo, lo que complica el diagnóstico y el tratamiento.
Las psicopatologías comórbidas más frecuentes incluyen trastornos del estado de ánimo y de ansiedad y trastornos por uso de sustancias, trastornos de la personalidad, trastorno obsesivo compulsivo y trastornos alimentarios como bulimia y trastorno de atracones.
Existen fuertes vínculos familiares y similitudes neurobiológicas entre el TDAH y las diversas comorbilidades psiquiátricas asociadas. Las pautas recomiendan que cuando el TDAH coexista con otras psicopatologías en adultos, generalmente se debe tratar primero la afección más deteriorante.
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El reconocimiento y el tratamiento tempranos del TDAH y sus comorbilidades tiene el potencial de cambiar la trayectoria de la morbilidad psiquiátrica más adelante en la vida. El uso de escalas de evaluación validadas y preguntas clínicas de alto rendimiento puede ayudar a identificar a los adultos con TDAH que podrían beneficiarse potencialmente de las estrategias de manejo basadas en evidencia
Hay una asociación entre el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y el sobrepeso y la obesidad que está respaldada por pruebas meta-analíticas. Al parecer, los procesos inflamatorios (citoquinas inflamatorias) pueden aumentar el riesgo de síntomas de TDAH en personas con obesidad.
En algunos estudios se ha visto una correlación significativa entre las citocinas inflamatorias y la gravedad de los síntomas para aprende a identificar y manejar el TDAH-A. Los niveles más bajos de cortisol salival a la hora de acostarse y los niveles más altos de biomarcadores inflamatorios en los jóvenes con TDAH respaldan aún más el papel del eje HPA anormal y la inflamación en el TDAH.
La impulsividad junto con la inatención y la hiperactividad son tres pilares claves que demuestran el caótico vínculo de las personas con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y la comida.
Los individuos que presentan TDAH suelen ser más desorganizados y despistados, esto conlleva unos horarios en la comida irregulares.
La impulsividad e inatención en el TDAH puede conducir a comer de forma impulsiva y desregulada, debido a una mala planificación y a un mal autocontrol, lo que conlleva a consumir una excesiva cantidad de calorías. Además, la elevada frecuencia de enfermedades crónicas no transmisibles y trastornos neurológicos obligan a realizar una exploración médica general (que incluya peso) y neurológica, así como una evaluación cardiovascular completa.
Abuso de alcohol y sustancias psicoactivas. (Patología dual) : Alcohol, canabis, cafeína, cocaína, éxtasis, tabaco, inhalantes, opiáceos y trastornos no relacionados con sustancias como juego patológico son condiciones que se presentan con frecuencia en estos pacientes y se debe hacer una entrevista muy completa al respecto. Las consecuencias de tener TDAH-A y abuso de sustancias puede empeorar el pronóstico del paciente.
¿Cuales son los pilares del tratamiento del TDAH-A?
Tratamiento farmacológico del TDAH-A
El tratamiento para el TDAH en adultos es similar al tratamiento para el TDAH en niños. El tratamiento en adultos incluye medicamentos, tratamiento psicológico y tratamiento para cualquier afección de salud mental que se presente junto con el TDAH. Así aprende a identificar y manejar el TDAH-A
Los medicamentos para el tratamiento del TDA-A se clasifican en dos grandes grupos: psicoestimulantes y no psicoestimulantes. Entre los primeros se destacan el metilfenidato (ritalina) y la lisdexanfetamina, y en los segundos se incluye la atomoxetina.
Todos ellos se emplean para mejorar el funcionamiento de redes neuronales en las que participan las catecolaminas, especialmente la dopamina y noradrenalina. La atomoxetina es el único fármaco como indicación para el manejo del TDAH-A en pacientes diagnosticados por primera vez en la edad adulta.
La administración de estos fármacos está indicada como parte de un programa, que debe incluir medidas psicológicas, educacionales, familiares y sociales.
Para aprender a identificar y manejar el TDAH-A hay que entender que tanto la lisdexanfetamina como el metil fenidato pueden disminuir el apetito, por lo que hay que darlas con precaución si una paciente tiene como comorbilidad anorexia nerviosa.
Es de anotar que la lisdexanfetamina es un tratamiento que se está empleando para manejar el trastorno de atracones, asociado a esa ingesta compulsiva y desordenada que puede llevar con frecuencia a la obesidad.
Tratamiento psicológico del TDAH-A
El tratamiento psicológico es importante en estos pacientes porque aborda las creencias negativas del paciente sobre sí mismos y las cogniciones desadaptativas.
Estos pensamientos pueden generar ansiedad, ideas de culpa, frustración, rabia, tristeza, baja autoestima, preocupación, disminución de la motivación e incremento de conductas de evitación.
Todas estas consecuencias emocionales, aunadas a los síntomas propios del TDAH-A y al estigma y etiquetas impuestas por otros, pueden impedir que desarrollen habilidades efectivas para afrontar la adversidad y pueden desarrollar estrategias compensatorias inadecuadas y perjudiciales ante sus síntomas.
La terapia les permite desarrollar habilidades sociales, conductas asertivas. También les da las herramientas para que se enfoquen mejor en sus actividades y les enseña a reconocer y regular las emociones de una manera apropiada.
Tipos de terapias para aprender a identificar y manejar el TDAH-A
Hay tres tipos de terapias que tienen buena acogida por sus resultados en el tiempo:
1. Terapia cognitivo-conductual que se basa en el aprendizaje de habilidades de afrontamiento para el TDAH-A que también incluye técnicas para el abordaje y modificación de pensamientos disfuncionales
2. Terapia meta cognitiva (rehabilitación cognitiva)
3. Terapia dialectico-conductual que trabaja las habilidades de consciencia (midfulness), habilidades de tolerancia al malestar, regulación emocional y habilidades interpersonales. Aquí se hace énfasis en síntomas emocionales y manejo de impulsividad.
¿Cuáles pueden ser las consecuencias de presentar TDAH-A?
- Puede asociarse a un deterioro social significativo. Es decir, a una mayor dificultad para integrarse en forma estable en grupos de amistades y pares, suelen ser impopulares.
- Es frecuente que tengan hijos durante la adolescencia por inicio temprano de la sexualidad.
- Pueden adquirir con más frecuencia infecciones de transmisión sexual.
- Doble riesgo de presentar conflictos de pareja y separación conyugal.
- Aprender a identificar y manejar el TDAH-A habla de los cambios frecuentes de trabajo o cambios de carrera universitaria, si son estudiantes con este trastorno.
- Dificultades en el desempeño laboral (desorganización, procrastinación, trabajos mal presentados, pérdida de archivos, etc.). Consiguen trabajos mal remunerados, sufren accidentes laborales con mayor frecuencia, reciben malas evaluaciones por sus jefes y suelen ser conflictivos y mostrarse aburridos o insatisfechos.
Un adulto con TDAH-A es tres veces más propenso a presentar abuso de sustancias que la población general.
- Mayor probabilidad de no terminar los estudios superiores (fracaso escolar).
- Otros trastornos psiquiátricos como: depresión, ansiedad (fobia social, trastorno de ansiedad generalizada, etc.), trastornos de personalidad (antisocial, limítrofe, etc.), trastorno bipolar, trastorno de adaptación, trastorno de la conducta alimentaria (sobrealimentación y bulimia) o trastornos de la arquitectura del sueño pueden coexistir con el TDAH y necesitarán ser tratados en consecuencia.
- Es un factor de riesgo para el sobrepeso y obesidad, principalmente en la mujer. Los pacientes presentan, por término medio, peor sintomatología alimentaria. Ellos muestran mayor severidad, mayor impulsividad, mayor disfunción y peor calidad de vida.
Mayor riesgo de accidentes graves de tránsito.
- Frustración, baja autoestima, ideas de inferioridad al compararse con otros, labilidad emocional, pobre tolerancia a la frustración, y bajos niveles de satisfacción personal.
- El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) muestra claras disfunciones cognitivas. Los individuos con TDAH mostraron un aumento de los rasgos de personalidad impulsivos, eran más susceptibles al aburrimiento y presentaron hipersensibilidad a la recompensa, pero sensibilidad normal al castigo.
Como puedes ver el tipo de TDAH-A considerado “destructivo” tiene muchas implicaciones en la vida de la persona que lo presenta y en la de quienes lo rodean .
¿Cómo ayudarte a manejar el TDAH-A?
No olvides que una consulta a tiempo con tu especialista en salud mental, además de ayudar a aclarar tus dudas, podrá brindar un apoyo integral y efectivo del TDAH-A. (para los pacientes y sus familias).
Consejos a la hora de interactuar con otras personas para aprender a identificar y manejar el TDAH-A
Antes de hablar o actuar impulsivamente, recapacita durante al menos diez segundos para cerciorarte si es oportuno que lo hagas en ese momento, o si es mejor esperar otro lugar o instante más apropiado.
Aprende la “escucha activa”, es decir, aunque te cueste trabajo, intenta detener tus labios y ejercita el oído prestando la mayor atención posible a lo que dicen para seguir el hilo de la conversación y poder participar de la mejor manera en ella.
Si no estás dispuesto a atender y a respetar tu turno para hablar, analiza las consecuencias de seguir hablando sin filtro alguno. Recuerda que no saber escuchar te lleva a cometer errores de apreciación y a decir, seguramente, cosas de las que luego te arrepentirás. Piensa en las razones por las cuales la gente parece evitarte y, al ser consciente de tus errores en la comunicación, podrás solucionarlo.
Ordena tu mente y el entorno en el que te mueves
La organización resulta ser una herramienta útil para no olvidar las cosas, ahorrar bastante tiempo y llevar una vida en armonía. Cuando pones tus lugares en orden también pones en orden muchos de tus asuntos y tu pasado. Como resultado, puedes apreciar con una mayor claridad lo que realmente necesitas en tu vida.
Mucha gente se pone en la tarea de “organizar” de tanto en tanto. Pero al poco tiempo de haber hecho limpieza su espacio vuelve a ser un tremendo caos. La causa no es una falta de habilidad sino una falta de conciencia y atención plena en lo que estás haciendo. Este es un punto importante para aprender a identificar y manejar el TDAH-A.
Adicionando a una incapacidad de organizar de una manera eficaz y al temor a deshacerte de cosas que piensas que podrían servirte en el futuro. En otras palabras, la raíz del problema está en la mente. Entonces, ¿cómo adquirir una mentalidad correcta con respecto al orden?
Hay una manera y paradójicamente, es ejercitando la atención, siendo constante y adquiriendo una técnica correcta que repitas una y otra vez hasta perfeccionarla. Anímate. Empieza ya. Tan pronto como comiences reajustarás muchas cosas y ahorrarás tu precioso tiempo.
Mejora tu ambiente laboral y social al aprender a identificar y manejar el TDAH-A
Limita las distracciones. Utiliza auriculares y música relajante para omitir los sonidos de la oficina. Trabaja en un espacio ordenado y minimalista donde tengas pocos distractores frente a tus ojos. Trabajar frente a una ventana abierta, no es muy buena idea si necesitas concentrarte.
Ten a mano todo lo necesario para trabajar para no distraerte al tener que ir a buscarlo a otro lado. Además, mantén un cuaderno o libreta para que anotes las ideas que se te ocurran para no interrumpir por mucho tiempo la tarea que estás realizando.
Trabaja una sola actividad o tarea al tiempo y procura terminarla antes de dedicarte a otra cosa. Intenta no empezar una nueva actividad/tarea hasta que no hayas acabado la que estás llevando a cabo. Así se hará más fácil aprender a identificar y manejar el TDAH-A
Recuerda que la práctica hace al maestro.
Establece unas rutinas de trabajo claras y cúmplelas. Anota la tarea que estás realizando en un papel autoadhesivo cuando por fuerza la tengas que interrumpir y así vas a aprender a identificar y manejar el TDAH-A.
Evita procrastinar (dejar para mañana aquello que puedes hacer hoy). Dí na a esas excusas que te impiden hacer mejor tu trabajo. Si te ves aplazándolo todo irracionalmente notarás que hay pilas de trabajo que se van acumulando, aunque sabes que actúas en contra de lo que te conviene.
Consejos para aprender a identificar y manejar el TDAH-A desde un aspecto personal
Gestiona tu tiempo de manera eficaz y eficiente. Divide los proyectos grandes en pequeñas tareas y fija el tiempo disponible para realizar cada una de ellas. Programa alarmas para que te avisen el tiempo de finalización de cada tarea.
Organiza recordatorios en tu móvil para tener en cuenta las reuniones a las que debas acudir. Evita establecer horarios sobrecargados al subestimar la duración de cada una de las tareas y así vas a aprender a identificar y manejar el TDAH-A.
Solicita a tus personas cercanas o a tu terapeuta que te ayuden a practicar y mejorar tus habilidades de comunicación, incluyendo la manera de formular preguntas correctamente o el dar explicaciones sin recurrir a los rodeos o a la circunstancialidad.
Hay que tener claro lo que deseamos decir y no perdernos entre las ramas. La comunicación requiere una buena actitud de escucha, considerar al otro un interlocutor válido, comprensión de lo que nos dicen, un intercambio visual apropiado y respuestas claras y directas.
Autoprémiate por conseguir alcanzar los objetivos de tiempo marcados.
Hazte cargo de ti mismo. Participa de manera activa y responsable en tu tratamiento médico y psicológico. Interésate en establecer metas individuales, sigue el plan de manejo que te sugieran y mantén una comunicación clara, honesta y directa con el especialista.
Pon en práctica a diario las habilidades y técnicas que aprendas para contrarrestar los síntomas que te limitan y no te desanimen. Al crear hábitos verás que las cosas fluyen con más facilidad y así aprenderás a identificar y manejar el TDAH-A.
Date la importancia que te mereces. Establece desde hoy un estilo de vida saludable que incluya: sueño suficiente, una adecuada nutrición y mantén una actividad física habitual.
En cuanto a tu alimentación evita alimentos procesados y refrescos, consume frutas y verduras frescas, granos integrales, pescados azules, semillas de lino y de chía, alimentos ricos en vitamina B, Omega 3 y frutos secos. Un estilo de vida saludable te ayudará a regular tu nivel de energía, manejar el estrés y mejorar tu capacidad para concentrarte.
Acuérdate que el alcohol y las sustancias ilícitas muy frecuentemente empeoran los síntomas del TDAH.
Recuerda que el TDAH se asocia a sobrepeso y obesidad. Por eso es muy importante que aprendas a comer de manera consciente, mastica bien tus alimentos, no hagas otras cosas mientras comes y evita a toda costa la ingesta emocional.
Aprende las técnicas de respiración profunda para ayudar con la ansiedad y la ira. El entrenamiento en relajación y la meditación pueden ayudarte a enfocarte y te ayudan a mejorar la concentración, así como a reducir la distracción.
Consejos prácticos para aprender a identificar y manejar el TDAH-A
1. Poner en una pared a tu alcance unos colgadores etiquetados para situar todas las llaves, eso evitará que pierdas tanto tiempo buscándolas cada vez.
2. Diariamente crea listas de las tareas o actividades pendientes y mantenlas en un lugar visible. Esto te servirá para tener una guía de seguimiento para tus tareas pendientes.
3. Usa un calendario para anotar citas, actividades sociales, cumpleaños. Revísalo y rellénalo a diario. De este modo no incumplirás compromisos por olvido y vas a aprender a identificar y manejar el TDAH-A.
4. Si empiezas a hacer algo, aunque te cueste, procura terminarlo. Una vez lo hagas, guarda en su lugar todas las cosas que empleaste (vaso vacío en la cocina, libros en la biblioteca, calculadora en el lugar habitual, gafas en su estuche).
No abandones el lugar hasta que no hayas guardado todas las cosas. Te aseguro que eso te generará una mayor tranquilidad y mejorará tu autoeficacia.
5. Dedica un momento para revisar el bolso y organízalo antes de irte a dormir. Verás cuántas cosas absurdas encuentras, y al limpiarlo tendrás claridad en lo que verdaderamente te hace falta.
6. Dejar organizada la ropa que te pondrás al día siguiente te permitirá optimizar el tiempo y estarás bien organizado(a) en todo momento.
Espero que este artículo hayas aprendido a identificar y manejar el TDAH-A.
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1 comentario
Gracias por la informacion, me ayudo muchisimo.