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¿Por qué la adicción sexual es una enfermedad?

Por Phrònesis
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Muchas veces puedes experimentar la sensación de vacío emocional. Las razones que lo generan pueden ir desde  factores hereditarios, trauma infantil, circunstancias externas hasta la represión de tus emociones. Algunas personas deciden llenar ese “algo” con comida, otros con alcohol y otros con sexo. Cuando no puedes controlar el deseo sexual, cuando sientes culpa y angustia, y cuando solo el erotismo real o imaginario te calma… podrías estar padeciendo de adicción Sexual

¿Qué es la adicción sexual?

Desde el año 2013, el Manual de Diagnóstico Clínico de los Trastornos Mentales o DMS-V, define el trastorno de hipersexualidad como una enfermedad:

“Este trastorno se caracteriza por la frecuencia y la intensidad de las fantasías sexuales, la activación psicofisiológica, el ansia y las conductas sexuales, todo ello asociado a un componente de impulsividad(…) Las conductas sexuales tienen como objetivo reducir la ansiedad y otros afectos disfóricos. La adicción al sexo presenta una comorbilidad con otros trastornos sobre todo, con trastornos de ansiedad, depresión, dependencia de sustancias e hiperactividad”.  Enrique Echeburúa. Psicólogo de la Universidad del País Vasco. 

La hiperactividad sexual se transforma en un paliativo del malestar que causa la ansiedad, la depresión o la baja autoestima. El acto sexual se utiliza como una estrategia de afrontamiento que sustituye, momentáneamente, la realidad que circunda al afectado: es una válvula de escape.

¿Cómo saber si eres un adicto sexual?

Al igual que la mayoría de las adicciones, un sexoadicto presenta variables según su personalidad, sin embargo, hay ciertos rasgos que los caracterizan:  

  • Relaciones promiscuas breves con múltiples parejas heterosexuales u homosexuales y encuentros sexuales con desconocidos.
  • Frecuentan habitualmente prostíbulos.
  • El uso de pornografía (vídeos, revistas, ciberporno) o de líneas telefónicas eróticas, en donde se intentan satisfacer la imaginería sexual.
  • Fantasías sexuales reiteradas que alejan al sujeto de la relación de pareja; actos sexuales anónimos, múltiples y breves.
  • Práctica reiterada del voyeurismo. 

La sexoadicción no debe ser estigmatizada, juzgada ni señalada. Tampoco debe confundirse con aquella persona que, sencillamente, disfruta del sexo y está en capacidad de tener varios encuentros en un mismo día o que mantiene relación con varias parejas. La diferencia fundamental está en cómo se vive el erotismo, es decir, si tu vida sexual no afecta negativamente tus demás relaciones y funcionamiento cotidiano.

Los adictos al sexo están atados al deseo de copular, sin embargo, la mayoría de las veces no pueden saciarse. Justamente, no están buscando amor ni placer, por el contrario, están intentando evadir la realidad con encuentros eróticos, en los que muchas veces no consiguen gozo sino culpa.

En consecuencia, como cualquier otra disfunción mental, los sexo dependientes terminan en un proceso autodestructivo y de subestimación que los empuja al círculo vicioso de continuar cediendo una y otra vez a los impulsos sexuales desenfrenados. 

Al borde del abismo 

 La dependencia sexual tiene consecuencias que van desde el suicidio, problemas en el control de los impulsos, diversos trastornos de la personalidad hasta el consumo abusivo de alcohol y drogas.

Otros de los riesgos fundamentales puede ser perder el afecto familiar, el trabajo y caer en deudas extraordinarias generadas por el uso de prostíbulos reales o virtuales. En realidad, se convierten en esclavos del sexo y lejos de sentir el placer del amor sexual se transforman en personas que sufren por el desafuero erótico: son arrastrados por sus impulsos. 

¿Cómo salir del laberinto?

Se calcula que en la población general existe de un 4 a 6 % de sexoadicos. Los tratamientos van desde fármacos que inhiben el deseo sexual, terapias multidisciplinarias, grupos de apoyo y páginas web de ayuda como SexolicosAnonimos.org. 

El primer paso, como cualquier otra adicción, es aceptar que eres un sexo adicto y que necesitas ayuda. El sexo hay que disfrutarlo a plenitud, porque el regocijo corporal entre dos personas está más cerca del amor y del placer que de la esclavitud y del sufrimiento.

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