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7 medidas que puedes tomar si tu hijo o familiar sufre de bullying

Por Dra. Iris Luna
Bullying infantil

El acoso escolar o bullying constituye en estos momentos, un problema importante en los diferentes centros escolares, cuya frecuencia en los salones de clase —y fuera de ellos—, ha experimentado un mayor crecimiento por la gran difusión de que permiten las redes sociales en la actualidad.

Pero, ¿ Qué es y como se ha definido el bullying o matoneo? El psicólogo Dan Olweus, uno de los primeros profesionales es conceptualizar el término, lo explica como una conducta de persecución física, y /o psicológica que realiza un alumno o alumna con otro/a, al que escoge como victima de repetidos ataques. Esta acción negativa y mal intencionada, pone a la víctima en una posición de la que difícilmente puede escapar por sus propios medios. Es decir, un alumno o alumna es agredido o se convierte en victima cuando está expuesto, de manera repetida y durante un tiempo, a diversas acciones negativas que lleva a cabo otro alumno/a o varios de ellos.

En este contexto abusivo , podemos reconocer tres clases de protagonistas:

  • El agresor o agresores
  • La victima
  • Los espectadores

Si me refiero a los tipos y expresiones de matoneo, Bullying o acoso escolar, entre los más habituales vale la pena citar el acoso físico, los sobrenombres, burlas o insultos, la exclusión social, el hostigamiento y abuso sexual entre compañeros y la discriminación por motivo de etnia, religión, discapacidades, imagen corporal, orientación sexual e identidad de género (siendo estos dos últimos los chicos más vulnerables y con importante probabilidad de sufrir bullying por parte de sus compañeros)

Un fenómeno, no menos importante y de aparición más reciente, que aparece en paralelo con el mayor empleo de tecnologías de la información y comunicación (TIC), es el Ciberbullying , que es definido como “una conducta de acoso entre iguales en un entorno TIC, que incluye chantajes, vejaciones, publicación de contenido sexual, difamación e insultos” , con raíces en el acoso o matoneo que conocemos tradicionalmente (cara a cara) y unas características propias asociadas que lo diferencian con respecto a este último. Ya se empiezan a publicar estudios que señalan que este tipo de violencia tendría un impacto muy importante sobre el ajuste psicológico y social de niños y adolescentes, incrementando el riesgo de episodios depresivos, intentos suicidas, aislamiento y el uso problemático de Internet.

En cuanto al tratamiento del Bullying o matoneo, a pesar de que el maltrato entre compañeros en las aulas escolares no es un tema reciente, hasta hace poco tiempo se adoptaba una posición bastante pasiva hacia el mismo, y algunos lo consideraban “cosas de niños” o “ temas aislados sin importancia” . Sin embargo, la experiencia y la gran cantidad de casos con desenlaces fatales que aparecen cotidianamente en las noticias, nos muestran que este matoneo no sólo afecta en forma importante el éxito académico y relacional de los estudiantes, sino que también , lamentablemente, puede conllevar consecuencias trágicas, como es la deserción escolar, daños físicos o morales que dejan secuelas a largo plazo , o el suicidio de algunas de las victimas que lo padecen, un resultado irremediable cuya frecuencia está aumentando notablemente (según la Organización Mundial de la Salud, el número de suicidios a nivel mundial alcanza, anualmente, la cifra aproximada de 600 mil adolescentes y jóvenes entre 14 y 28 años de edad , de la cual, al menos la mitad de esos casos, se relacionaría con una situación de matoneo o acoso escolar)

Se han tratado de determinar las causas de fondo del acoso escolar, así como de las consecuencias para las personas que han sido acosadas de manera sistemática. Aquí hemos de estar muy alertas, pues los niños y jóvenes que han sido expuestos a la victimización día tras día, pueden presentar trastornos de adaptación, desolación, trastornos de ansiedad social (fobia social) y generalizada, una autoestima pobre, niveles elevados de síntomas psicosomáticos y trastornos depresivos y ansiosos en la edad adulta.   De la misma forma, las investigaciones muestran que tanto el acoso como la victimización tienen influencias dañinas, no solo en los chicos que se convierten en victimas del matoneo, sino también del resto de los alumnos implicados en dichas actividades (acosadores/ observadores), detectándose, independientemente del papel que se juegue en el bullying , un mayor riesgo de presentar desajustes de tipo psicosocial y trastornos mentales durante la adolescencia y en la etapa adulta en todos los alumnos implicados.

Por otra parte, el llamado matoneo no se encuentra libre de mitos e ideas equivocadas entorno al mismo. En años recientes por ejemplo, algunos estudios cuestionan la veracidad de afirmaciones fuertemente arraigadas, tales como la creencia de que los acosadores son personas ansiosas e inseguras que usan el matoneo como un medio para compensar su baja autoestima” –idea desestimada por la carencia de bases sólidas (evidencia empírica)- , o esa idea tan difundida de que ”todos los perpetradores del acoso suelen ser los estudiantes más impopulares del colegio o universidad”– todo lo contrario: algunos trabajos de investigación han señalado que los niños o adolescentes bastante agresivos pueden conseguir hacerse muy populares y ser socialmente aceptados, según los describen sus compañeros e incluso profesores.

La amplia variedad de datos ahora existentes, nos expone un hecho fundamental, este es: la gran importancia de prevenir y erradicar de las aulas y las redes sociales esta forma de violencia.

El colegio o la escuela , además de fomentar el desarrollo cognoscitivo y el aprendizaje , debe fomentar un desarrollo humano integral . Hay programas que suelen ser bastante efectivos en este sentido y según la investigadora en el tema Maité Garaigodóbil los mejores programas son aquellos que:

1.Estimulan la capacidad de comunicación, la capacidad de escucha activa, la capacidad para dialogar, negociar, tomar decisiones por consenso.

2. Apoyan y fomentan la conducta pro social ( conducta de ayuda y cooperación)

3. Estimulan la capacidad de resolución de conflictos en forma pacífica.

4. El desarrollo como persona y adquisición de valores ético –morales como la igualdad, la solidaridad, la generosidad, la compasión etc.

5. Promueven y enfatizan en aspectos como la capacidad de empatía con los estados emocionales de otros seres humanos

6. Estimulan la autoestima y estima de los demás

7. Estimulan la capacidad para identificar emociones, para comprender causas y consecuencias de dichas emociones, así como el afrontamiento constructivo de las mismas; es decir destrezas para aprender a gestionar las emociones negativas ( tristeza, frustración, miedo, ira, etc) y fomentar en todo momento emociones positivas.

8. Fomentan el respeto por las diferencias, la inhibición de los prejuicios y la potenciación de la interculturalidad.

Medidas que puedes tomar si tu hijo o familiar sufre de bullying

Bullying infantil

 

Así mismo, no podemos olvidarnos del papel clave en la educación que cumplen los padres. Hay que estar muy atentos a los cambios de conductas de los hijos en relación con el colegio. Mantener un dialogo fluido con los hijos y hacerles saber siempre lo valiosos que son. Una observación atenta y una actitud comprensiva y respetuosa permitirán que los niños y adolescentes expongan sus conflictos con los compañeros.

Es prioritario, pues, concienciar desde los mismos hogares y desde las aulas a los niños y adolescentes, formándoles en prevención y sensibilizándolos acerca de la realidad y consecuencias de estas conductas de matoneo y la importancia de involucrarse en la lucha contra este comportamiento. Entre los profesionales de la salud ya existe un consenso en cuanto a la necesidad de que se desarrollen programas psicoeducativos de prevención e intervención para combatir el acoso escolar, regidos por principios de educación emocional y psicología positiva, que trabajen por presentar los centros educativos como lugares seguros para todos los chicos, en dónde se trabaje activamente la resiliencia, se promueva el respeto mutuo, aceptación de las diferencias, tolerancia y solidaridad. De este modo, estrategias como trabajar conductas prosociales –especialmente la empatía-, las conductas asertivas, reforzar la inteligencia emocional, así como la adquisición de habilidades sociales y valores de convivencia, estimular el pensamiento crítico, educar a todos los niños y niñas desde edades tempranas en la no violencia, en la comunicación digital responsable, respetuosa de los demás y ética, y en la tolerancia ante la diversidad, se ven actualmente como medidas eficaces en la prevención del matoneo.

Cuando ya se presenta una situación concreta de acoso escolar, la detección temprana de cada caso es muy importante para modificar su curso y evitar las consecuencias irreversibles o profundas tanto en la victima como en agresores. Las medidas que se tomen tendrían que involucrar a todo el centro educativo como comunidad, a todos los niños y niñas, tener siempre un carácter restaurativo, de apoyo y protección.

No basta con castigar al agresor, demandar a la institución educativa o cambiar de centro educativo a la victima. Algunos expertos alertan sobre lo riesgoso que puede ser concentrase solo el agresor y la victima, al culpabilizar a los protagonistas y, a la vez, eximir a los espectadores. Por esto, y dado que el matoneo es un fenómeno de carácter social, es imprescindible tener en cuenta a todo el grupo para planificar la intervención, promoviendo el apoyo a la victima por parte del grupo de espectadores como una medida eficaz y ejemplar.

De la misma forma, el papel fundamental que puede cumplir la familia es innegable: las relaciones de apoyo y atención apropiadas dentro de la familia, también pueden proteger mucho contra influencias negativas del matoneo.

La llamada parentalidad positiva puede ser un elemento clave en el tema de matoneo o abuso escolar. Dicha parentalidad positiva se refiere al comportamiento de los padres fundamentado en un interés superior del niño o la niña, que cuida, ayuda al desarrollo de capacidades, no estimula comportamientos violentos y ofrece respeto, reconocimiento y orientación que incluyen el establecimiento de límites y respeto a las diferencias que permiten el pleno desarrollo del menor.

Infortunadamente más del 30% de los niños que son acosados oculta su problema a los familiares, y es este grupo el que presenta un mayor riesgo. A este respecto, con el fin de potenciar la comunicación dentro de la familia se recomienda que, una vez se han detectado manifestaciones del posible matoneo y /o se sospecha que el niño o niña podrían estar sufriéndolo, la manera óptima de abordar el problema en la familia es mediante la comunicación, la contención y la muestra de confianza de los adultos que rodean al menor, dialogando con ellos, evitando siempre culpabilizarlos y reforzando en todo momento su autoestima. Es importante que el menor se sienta arropado, sin estimular la dependencia ni sobreprotegerlo

A continuación te presento siete medidas que vale la pena poner en práctica si te enteras de que a tu hijo o un familiar cercano es sometido a matoneo.

 

  1. Investigar en detalle todo lo que está pasando. Escucha a tu hijo y no lo interrumpas, ni completes con tus propios juicios o apreciaciones lo que el niño intenta decirte. Permite que se desahogue y que llore. No lo trates de débil o de incapaz.
  2. Ponte en contacto con el profesor de tu hijo(a), con la dirección del colegio y con el coordinador académico para alertarlos acerca de lo que pasa, y pide (sin perder los estribos y en forma educada) su cooperación para la investigación del hecho y resolución del problema.
  3. Aunque te sientas tentado, no alientes a tu hijo para que se muestre agresivo, cruel, grosero con el agresor o tome venganza. Esto empeoraría el curso de la investigación y el problema podría hacerse más grande. Una cosa es que le enseñes a defenderse de manera asertiva y otra muy distinta que lo lleves a ser violento.
  4. Discute opciones asertivas para responder a los acosadores y practica las respuestas con tu hijo, todas las veces que sea necesario.
  5. En caso de que el acoso continúe , prepárate para contactar a un abogado.
  6. Dependiendo del grado de ansiedad, tristeza o comportamientos de aislamiento en que esté envuelto tu hijo , búscale un profesional para que le ayude. Pero no olvides que el mejor apoyo es la familia
  7. En caso de un ciberacoso. Busca el apoyo de un especialista en informática, haz una copia de los mensajes, fotos y agresiones, antes de que sean borradas. Dale tu apoyo a tu hijo y permite que se exprese y ayúdale a relacionarse mejor con las redes sociales. Les recomiendo que visiten este lugar para conocer un poco más acerca del ciberacoso y la manera de prevenirlo: http://www.ciberbullying.com/cyberbullying/

 

Referencias:

 

  • APA Council of Representatives; APA Resolution on bullying among children and youth; 2004.
  • Bowes, L; Joinson C; Wolke D, et al;Peer victimisation during adolescence and its impact on depression in early adulthood: prospective cohort study in the United Kingdom; British Medical Journal, 350; 2015.
  • Colell y Caralt, J y Escudé Miquel, C; El acoso escolar: un enfoque psicopatológico ; Anuario de psicología clínica y de la salud., 2 (9-14); 2006.
  • Departamento de Educación, Universidades e Investigación. Gobierno Vasco . Guía de actuación en los centros educativos ante el maltrato entre iguales. Servicio central de publicaciones del gobierno Vasco; 2007.
  • Fundación ANAR. Acoso Escolar. I Estudio sobre el Bullying según los afectados y líneas de actuación; 2016.
  • Infocop; Pasado y presente del acoso escolar: contribuciones y retos de la psicología, 4-7, número 75; octubre-diciembre; 2016.
Por: Dra. Iris Luna
Médico Psiquiatra – Máster en Nutrición
Especialista en Sobrepeso y Obesidad
https://www.facebook.com/iris.luna.oficial
Contacto:  iluna@phronesisvirtual.com 

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