Si lograste identificar las razones del porqué fracasamos cuando queremos iniciar un estilo de vida saludable, aquí te contaré los hábitos necesarios para llevar una vida fructífera y saludable:
Alimentación equilibrada.
Llevar una alimentación equilibrada y beneficiosa para el adecuado funcionamiento de nuestro cuerpo, reparación y buen mantenimiento de nuestros órganos (lo que se asocia a mayor longevidad, autonomía y niveles de satisfacción) se rige por incluir en nuestra dieta del día a día todos los grupos de alimentos contemplados por los profesionales de la nutrición (evitando en lo posible comida industrializada y bebidas comerciales cargadas de calorías vacías y grasas saturadas, sal y preservativos).
Es vital siempre servirnos porciones adecuadas, a las horas apropiadas, preparados a la plancha, vapor o papillote y en las cantidades justas, no más de lo que nuestro cuerpo necesita en relación al consumo de energía dado por los niveles de actividad diaria, etapa de la vida (niñez, adolescencia, estado de gestación, climaterio, etc.) intensidad de trabajo, ejercicio físico programado y actividad mental, entre otras cosas.
También es importante controlar factores como ansiedad, estrés laboral o emociones (tristeza, frustración, etc.) que pueden llevar a una alimentación desordenada y caótica. Nuestra conducta alimentaria, así como la calidad de lo que comemos son factores muy importantes para tener un equilibrio en nuestra alimentación.
Cosas como estar muy atentos a la hora de servirnos nuestras porciones, paladear los alimentos, masticar adecuadamente, escuchar a nuestro cuerpo y reconocer cuándo debemos parar, y alimentarnos alejados de la tecnología, puede hacer una gran diferencia en el tema de alimentación.
Reconocer las consecuencias y dejar el consumo abusivo de sustancias
El cigarrillo, las bebidas alcohólicas, la marihuana y otras sustancias psicoactivas, así como el consumo habitual y exagerado de medicamentos que no son prescritos o controlados adecuadamente por el médico (tranquilizantes, antiinflamatorios no esteroideos, paracetamol, etc.) pueden incidir en forma muy negativa sobre la salud.
Las personas se enganchan poco a poco al consumo de determinadas sustancias y piensan que pueden mantenerlas “bajo control”, pero infortunadamente con el tiempo el cuerpo exige incrementar el consumo presentándose un fenómeno llamado abstinencia. Así, muchos terminan centrando su vida en un hábito tóxico a pesar del daño que provocan a su cuerpo, relaciones familiares y calidad de vida.
Aquí merece la pena mencionar el caso de aquellos que se dejan aconsejar por familiares y vecinos y, antes que ir a visitar al médico, comienzan a tomar los medicamentos recomendados, en forma continua. Hay muchos casos de personas que se generan daños irreparables en el riñón por abusar de medicamentos antiinflamatorios, o algunos que lesionan su hígado por el consumo exagerado y continuo de analgésicos como paracetamol.
Ejercicio físico
El nivel saludable recomendado de actividad física es de 30 minutos de ejercicio moderado durante al menos cinco días a la semana. Moderado se refiere a que sea suficiente para estimular el corazón y los pulmones para que estén más fuertes. os niños, estos deben hacer al menos 60 minutos al día de este tipo de actividad.
Para evitar ganar peso, tal vez se necesite hacer de 40 a 60 minutos cinco días a la semana. Si se pretende seguir perdiendo peso después de haber perdido ya algo, se debe ejercitarse entre 60 a 90 minutos.
El ejercicio permite quemar las calorías sobrantes y fortalecer músculos y huesos, pero también ayuda a controlar la tensión arterial, el colesterol y los niveles de glucosa en sangre. Además contribuye a la eliminación del estrés y a dormir mejor, adquirir un estado de relajación y evitar cambios de humor, mejorar la autoestima y el estado de satisfacción personal.
Realizar ejercicio también puede ser un buen medio para desarrollar una saludable actividad social cuando se hace en compañía.
Pulcritud y esmero
El mantener una higiene y cuidado especial con el manejo de los alimentos, ropa, utensilios del hogar y cuerpo nos evita muchos problemas en el futuro: desde infecciones en la piel, ojos, problemas dentales y dermatológicos.
El término pulcritud no solo se refiere a los hábitos como el lavado de manos, aseo y limpieza del cuerpo o cepillado de dientes, sino que tiene mucho que ver con el ambiente en el que vivimos. El llamado ámbito doméstico.
Las personas acumuladoras de objetos, poco cuidadosas con el aseo de la casa, desordenadas y que conviven hacinadas o albergan animales sin las medidas de higiene y cuidado apropiadas, suelen tener una mala calidad de vida y a menudo presentan algún tipo de trastorno mental.
Evitar la exposición a productos tóxicos y mantener una consciencia ecológica a largo plazo
Son muchos los productos que al ser expuestos al organismo, puntual o continuamente, pueden resultar un serio riesgo para la salud. La contaminación ambiental de las ciudades está considerada como uno de los factores de riesgo más importantes para la salud.
Muchas personas que han sido expuestas al plomo de las pinturas, asbesto, plaguicidas, desechos tóxicos de las fábricas pueden padecer enferme}dades graves. El evitar vivir cerca de lugares contaminados y trabajar día a día en la protección del ambiente (trabajar activamente contra la contaminación, reciclar y enseñar a los hijos la importancia del buen manejo de la basura, la siembra de árboles, el cuidado constante de los mares, el empleo de empaques biodegradables, el buen manejo del agua, el empleo de la bicicleta como modo de transporte habitual) son prácticas que deben ser habituales para proteger nuestra salud y la de quienes nos rodean.
Equilibrio mental
Tiene que ver con trabajar cada día nuestro estado de bienestar emocional y psicológico, necesario para mantener y desarrollar las capacidades cognitivas, las relaciones sociales y el afrontamiento de los retos personales y profesionales de la vida diaria.
El estrés, el cansancio, la irascibilidad, la ansiedad son, entre otros, algunos de los signos que indican que el estado mental no es del todo saludable. Por esto es importante desarrollar buenos hábitos de sueño, tener programadas actividades de sano esparcimiento (lectura, cine, cultivar una pasión, meditar, orar, etc.)
Actividad social
Las relaciones interpersonales son un aspecto fundamental para la salud del ser humano y, en consecuencia, para un envejecimiento saludable. El aislamiento social puede llevar a un deterioro gradual e irreversible de las capacidades físicas y mentales, incluso a la incapacidad física y la demencia.
Por lo anterior, es importante desarrollar hábitos en los que los demás tengan una presencia como reuniones habituales con amigos y familiares, pertenecer a un grupo alrededor de aficiones (cine, baile, literatura, religión, senderismo, etc.) y tener programados encuentros con familiares y amigos para la celebración de fechas importantes.
Habituarse a formar parte de la comunidad y participar activamente dentro de la misma, asegura buenos momentos y salud mental. Recordemos que las personas con buenas redes sociales suelen tener mejor salud y ser más positivas e integradas.
Por: Dra. Iris Luna
Médico Psiquiatra – Máster en Nutrición
Especialista en Sobrepeso y Obesidad
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Contacto: iluna@phronesisvirtual.com