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7 señales de una inteligencia emocional desarrollada

Por Phrònesis
Hábitos de una inteligencia emocional

La Inteligencia Emocional (IE) se define como el conjunto de habilidades que nos permiten manejar asertivamente nuestro comportamiento, afrontar el complejo mundo de las relaciones sociales y tomar decisiones que concluyan en resultados positivos.

 

El estudio de las emociones como parte inexpugnable y esencial del espectro de la inteligencia general (verbal, lógico-espacial, matemática…) ha llevado a los expertos a afirmar que un gran porcentaje del éxito personal y profesional de un individuo depende de su capacidad para reconocer e interpretar tanto sus emociones como las de los demás. De hecho, el psicólogo Travis Bradberry sostiene que todos los personajes exitosos en el terreno de los negocios y peldaños similares se caracterizan por una inteligencia emocional altamente desarrollada, un punto fuerte más destacable, incluso, que su inteligencia para los números.  

“Educar la mente sin educar el corazón no es educar en lo absoluto”

Aristóteles

7 claves que caracterizan a las personas emocionalmente inteligentes

Se ha llegado al consenso general de que la inteligencia emocional incluye el nivel de desempeño de una persona en cuatro dimensiones:

  • Auto-consciencia. Capacidad de reconocer e interpretar nuestras propias emociones.
  • Auto-manejo. Capacidad de regular asertivamente nuestro comportamiento siendo conscientes de lo que sentimos.
  • Consciencia social. Capacidad de reconocer e interpretar las emociones de los demás.
  • Interacción social. Capacidad de dirigir nuestras acciones eficazmente para establecer vínculos sociales positivos.

Según Bradberry, no puede negarse que algunas personas consiguen alcanzar la cúspide del éxito personal y laboral con una inteligencia emocional promedio, sin embargo, resulta mucho más difícil para ellos escalar la montaña en ausencia de facultades personales y sociales bien desarrolladas.

En la contraparte, aquellos individuos que clasifican dentro del rango de inteligencia emocional elevada se diferencian del resto porque sus hábitos promueven el crecimiento personal y la integración social, facilitando la consecución de logros y la superación de obstáculos.

Pero ¿qué formas de pensar y abordar las dificultades distinguen a las personas emocionalmente inteligentes de las demás?

  1. Dirigen su atención hacia lo positivo

La “atención selectiva” es la facultad mental que nos permite dirigir nuestro interés hacia pensamientos o eventos concretos. Las personas emocionalmente inteligentes apuestan por gobernar su atención orientándola hacia las cosas buenas que hay en su vida en lugar de sumirse en la insatisfacción y la quejadumbre por las cosas que no marchan bien.

  1. No se obsesionan con la perfección

La inteligencia emocional implica ser capaz de sobrellevar la frustración y no dejarse abatir por las dificultades, esto es posible cuando dejamos a un lado el perfeccionismo y las expectativas irracionales y nos concentramos en el plano actual, en la posibilidad de sacar lo mejor de cada situación sin detenernos a pensar en un “escenario ideal” que no existe.

  1. Ven oportunidades donde el resto solo ve problemas

La creatividad y el pensamiento divergente se muestran especialmente desarrollados en las personas con una inteligencia emocional elevada. Procuran enfocar los imprevistos desde un ángulo siempre optimista, centrándose en la solución de los conflictos y no en los agravantes.

También se caracterizan por abarcar puntos de vista diversos e inusuales, no se enfrascan en el “único método posible”, sino que exploran incluso las alternativas menos pensadas.

  1. Poseen un vocabulario depurado de negativismo

Cuidan mucho la forma en que se hablan a sí mismos y a los demás. Su vocabulario personal no admite consignas que den lugar a la desconfianza, las limitaciones, el pesimismo o el desaliento, al contrario: mantienen una conversación permanente consigo mismos y se hacen responsables de la tarea de mantenerse motivados en todo momento.

  1. Se ocupan más de la imagen que tienen de sí mismos que de la opinión de los demás

A las personas emocionalmente inteligentes les importa más su bienestar y paz mental que la impresión que los demás puedan tener de ellos, una cualidad que les permite salir bien librados del negativismo colectivo y el síndrome de las malas lenguas. Cuando su entorno se muestra desconfiado y poco comprometido con apoyar sus ideales, las personas con una IE alta hacen gala de una resiliencia extraordinaria.

Como diría el poeta William Ernest Henley: “Amo de mi destino, capitán de mi alma”.  

  1. Procuran hallar un lado divertido a todo lo que hacen

Antes que caer en la trampa del tedio y la desmotivación, quienes son emocionalmente inteligentes optan por sonreírle a la vida viendo siempre el vaso medio lleno y no medio vacío. Son personas que aprenden a valorar los pequeños detalles, que viven al máximo el momento presente y sacan provecho de cada oportunidad de aprendizaje.

  1. Prefieren perdonar y recomenzar que atascarse en el pasado

El resentimiento es uno de los estados psicológicos que más daño ocasionan psíquica y fisiológicamente. El cuerpo se resiente con los malos pensamientos y la enfermedad sobreviene sin demasiado esfuerzo para quienes se mantienen en un estado de ánimo guiado por el rencor.

Una inteligencia emocional bien desarrollada facilita a las personas la aceptación de los errores propios y ajenos, la empatía y la capacidad de dejar ir el pasado para disfrutar mejor el presente.

Referencias:

Habits of Highly Emotionally Intelligent People (2016). LinkedIn | What Inspires me. Disponible en https://www.linkedin.com/pulse/habits-highly-emotionally-intelligent-people-dr-travis-bradberry

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