Magnífico el momento en el que surges radiante desde las cenizas de tu última relación amorosa. Un aura renovada refresca tu presencia y revitaliza esa actitud segura que habías dado por perdida. Ahora eres más fuerte pues el recuerdo de tu ex, anteriormente doloroso, se convirtió en un motivo más para sonreír.
Parece el momento perfecto para darte una nueva oportunidad en el amor, así que solo la tomas cuando se presenta ante ti.
Sin embargo, ahora, tanto tú como tu nueva compañía sentimental son destructores potenciales de su propia relación. Cualquiera de los dos podría ser víctima o victimario de los fantasmas de sus respectivos ex. Más, cuando la sexualidad está involucrada.
Un estudio realizado en el Reino Unido por la investigadora Tracey Cox junto a “Daily Mail” pudo comprobar qué tanto porcentaje de hombres y mujeres extrañan su vida sexual con sus exparejas. Estos fueron los resultados:
- Mujeres: 33 %
- Hombres: 29 %
Estas cifras ponen sobre la mesa el tema de las comparaciones. Un aspecto en las relaciones de pareja lleno de terminales nerviosas supremamente sensibles considerando su relación con la sexualidad (virilidad, feminidad, ego).
Así, queremos mostrarte 5 tipos de comparaciones que debes evitar a toda costa por el bien de tu relación de pareja:
1. En cuanto a la apariencia física
Cuando alguien nos atrae físicamente, siempre hay un punto en particular que cautiva nuestra atención más que otros. Desde una mirada hasta la voluptuosidad de las zonas más erógenas; lo que, por supuesto, cambia de una persona a otra. Aunque el fetiche se centre en una zona genérica: “Me gustan los hombre de pecho firme” o “siempre me fijo en las piernas de una mujer”. Tanto el pecho firme cambia de un hombre a otro como las piernas lo hacen en cada mujer.
En este orden de ideas, debes evitar comentarios como: “Es la primera vez que tengo un novio gordito” o más directo “mi ex tenía caderas más grandes”. Las comparaciones de tamaño, firmeza y longitud realmente pueden arruinar más que el momento sexual.
2. En cuanto a las habilidades y capacidades
Cuando se toma cierta confianza en la cama, se suelen establecer prácticas que cada cual disfruta particularmente. Ese tipo de preferencias deberían permanecer junto a la relación que terminó. Tal vez tu antigua novia tenía ciertas cualidades de contorsionista que tu actual pareja sería incapaz de imitar. O piensas inevitablemente en las capacidades de duración características de tu exnovio.
Aunque estas habilidades difícilmente pasan desapercibidas, debes actuar como si así fuera. Tocar estos temas hiere susceptibilidades incluso si lo haces en un lugares diferentes a la cama.
3. En cuanto a los “sonidos del amor”
En la intimidad logramos conocer aspectos del otro que en ningún otro escenario sería posible presenciar. Aquellas particulares reacciones producto de las sensaciones placenteras y el éxtasis.
Remitirte a tu pasado amoroso y tu preferencia por la gran expresividad que acostumbrabas presenciar en anteriores experiencias sexuales, solo pondría en la cuerda floja tu relación afectiva actual. Disfruta de las novedades que vienen en tu nueva pareja.
4. En cuanto a los descuidos delatores
Una de las más terribles formas de arruinar un encuentro pasional es cambiando el nombre de tu pareja. Puede que el nombre que gritaste por equivocación ni siquiera le pertenezca a alguna de tus exparejas. Pero el solo hecho de la confusión indica con quién está tu mente en ese íntimo momento.
Esta común equivocación no siempre significa una traición de pensamiento con un ex. Tal vez responde a un condicionamiento de la mente determinado por el parecido fonético entre algunos nombres (Laura, Lara/Jorge, José). Según un estudio liderado por David Rubin, profesor de psicología y neurociencia de la Universidad de Duke, esta equivocación corresponde a nombres de personas que integran un grupo social en común.
Rubin se refiere a esto como “errores cognitivos”. Lo cual explica por qué es común escuchar a una madre llamar a un hijo por el nombre de su hermano. Y también por qué no sería extraño que se te escape el nombre de tu mascota cuando llames a tu pareja (o a cualquier otra persona).
Así que, si cometes este incómodo error, tienes argumentos científicos para defenderte. O, simplemente, acostúmbrate a referirte a tu pareja con apelativos cariñosos genéricos como “amor”, “mi vida”, “bebé” o nombres por el estilo. Es una trampilla que podría salvar tu relación afectiva.
5. En cuanto al nivel de extroversión
Hay ciertas fantasías sexuales que hacen volar la imaginación generando un ambiente de complicidad y picardía en la relación. Tal vez, en tu anterior relación acostumbraban utilizar trajes sensuales de superhéroes, o tenían un gabinete destinado específicamente a sus aceites y ungüentos preferidos cuando querían desbordar su pasión.
Este tema en particular suele tratarse luego de haber alcanzado un nivel confianza alto. Es completamente normal querer explorar al máximo tu sexualidad junto a quien amas. Así como charlar acerca de lo que a cada uno le gustaría hacer en la cama, pero nunca inicies una propuesta con la frase: “Con mi exnovio(a) solíamos hacer…”.
Si alejas estas 5 comparaciones de tu relación de pareja emergente, aumentarás las posibilidades de prolongarla por mucho tiempo. La clave está en la discreción. Puedes pensar lo que quieras dentro de ti. Nadie manda sobre los recuerdos que llegan a tu mente. Sin embargo, el hecho de pensarlo no te obliga a decirlo. Recuerda que decidiste apostarle a una nueva relación afectiva. Disfruta de las nuevas experiencias que estás a punto de conocer. Aprovecha los conocimientos previos en el amor y la sexualidad para enriquecer tu vida afectiva presente.