El miedo es una emoción normal, protectora, que nos avisa sobre un peligro o amenaza. Puede ser externo, un ladrón armado, o interno, un pensamiento sobre un evento futuro como la espera de un examen oral. Esa sensación desagradable suele terminar cuando finaliza el evento que la generó.
Es distinto cuando “vivimos” con miedo. La emoción se transforma en un trastorno psicológico, una alteración mental que puede afectar el curso del pensamiento, la percepción y el comportamiento de la persona en su vida diaria. Pues su capacidad para emitir respuestas adaptativas resulta disminuida.
Entre las perturbaciones psicológicas con mayor impacto negativo en la calidad de vida y el desempeño social están:
- Ansiedad generalizada
- Trastorno de pánico
- Fobia social
Estos trastornos están asociados a una historia de aprendizaje disfuncional. Se caracterizan por un miedo irracional que impide el sosiego y genera una incapacidad creciente para responder y relacionarse en el entorno laboral, familiar y social.
La ansiedad generalizada
Se trata de una preocupación crónica y persistente por casi todos los aspectos de la vida. Es un patrón continuo de conductas evitativas durante el día que suelen agravar la tensión, y en la noche generan trastornos del sueño.
¿Cuáles son los síntomas?
- Sensación de inquietud y preocupación constante
- Falta de concentración
- Pensamientos negativos y catastróficos en torno a hechos cotidianos de la vida
- Dificultad para distraerse y relajarse
- Tensión y dolor muscular
- Fatiga
- Irritabilidad
- Dificultad para conciliar el sueño
¡Para un adecuado diagnóstico la persona debe haber presentado en los últimos 6 meses, al menos 4 de los síntomas descritos!
Ataque de pánico
El ataque de pánico es la manifestación física y exacerbada de la emoción básica del miedo. Inicia con un temor, súbito e irracional, ante hechos que no revisten verdadero peligro. Puede sobrevenir una crisis de miedo, intenso y repentino, en el que la persona tiene la certeza de que está a punto de morirse.
¿Cuáles son los síntomas?
- Sudoración copiosa
- Sensación de escuchar los propios latidos del corazón.
- Dificultad para respirar, como si el aire no llegara a los pulmones.
- Sensación de ahogo
- Náuseas o dolor en la boca del estomago
- Dolor en el pecho, se cree tener un infarto.
- Temblor u hormigueo en las manos y piernas
- Sensación de desmayarse
- Escalofríos o calor intenso
- Sensación de irrealidad
Se trata de un episodio, por lo general breve, dura unos minutos y rara vez se prolonga. Lo determinante para diagnosticar el ataque de pánico es haber tenido al menos cinco de los síntomas descritos.
Si posterior al ataque de pánico, dos semanas después aproximadamente, todavía tienes la preocupación constante de que el ataque de pánico volverá a repetirse en cualquier momento, y evitas volver a tu rutina, es probable que estés desarrollando un trastorno de pánico y debes ser tratado por un especialista.
Ansiedad social o la fobia social
¿Cómo reconocerla? Esta se refiere a una preocupación excesiva e irracional de que sé es evaluado de forma negativa por otros, independientemente de que interactuemos o no con ellos.
Algunas personas sienten un miedo intenso ante situaciones puntuales. Por ejemplo, hablar en público, iniciar conversaciones, ir a una fiesta, presentar un examen oral, comprar algo.
La persona experimenta temor al ridículo y al juicio negativo de otros, y este miedo absurdo le impide desenvolverse adecuadamente.
Un dato interesante es que casi todas las personas experimentamos en mayor o menor medida algún tipo de temor a ser juzgados negativamente.
Es normal el miedo a quedar mal ante los demás, pues es inevitable que, como seres sociales, queramos la aprobación de nuestro grupo. Por ejemplo, al hacer una exposición ante compañeros de clase, el temor puede llevarnos a prepararnos más y prever cualquier falla. He allí el factor protector del miedo, cuando lleva a la acción o el factor perturbador cuando evita hacer la exposición.
Qué hacer antes estos trastornos…
Tomar consciencia de las conductas disfuncionales es el primer paso para el cambio. No se trata de no tener miedo, pues esta es una emoción protectora que nos lleva a la anticipación de eventos peligrosos, se trata de evaluar hasta dónde es real la amenaza o si es el producto de nuestra creación mental.
¡La recomendación para estos casos, es iniciar con aproximaciones sucesivas hasta vencer el miedo irracional! Busca una persona que te apoye, un buen amigo, que te aprecie por lo que eres y refuerce tu valor personal. ¡Vamos! ¡Proponte sacar tus miedos y ponerlos a trabajar a tu favor!
Si necesitas un acompañamiento especializado, busca ayuda profesional. Un diagnóstico acertado le da un nombre al problema, es una guía para entender eso que tanto nos incomoda y acongoja. Sin embargo, es muy importante la toma de consciencia de tu padecimiento desde el tener para no afectar tu ser.
Experimentar una condición, decir yo tengo trastorno de ansiedad es distinto a afirmar yo soy ansiosa.
Hoy, puedes elegir cambiar las conductas y los pensamientos que no te favorecen. Tienes una oportunidad de abrirte al cambio, al esfuerzo y al trabajo constante para ser tu mejor versión. Alguien con autonomía, consciente de sus limitaciones, pero también de sus capacidades, en búsqueda de un propósito y un significado para su vida.