Para el psicólogo Ben Dean, ser curioso significa sentirse naturalmente atraído por las experiencias internas (autoconocimiento) y externas que nos rodean, por lo cual las personas curiosas se caracterizan por estar siempre en búsqueda de nuevas vivencias, conocer nuevas personas o visitar lugares desacostumbrados.
Bajo esta perspectiva, la curiosidad puede definirse como el arte de no estar nunca aburrido, y lejos de ser una cualidad peligrosa que pueda llevar a la muerte de algún gato, conforma una de las 24 fortalezas definidas por el psicólogo Martin Seligman como parte esencial de la personalidad.
Si eres una persona curiosa, de seguro reconocerás las siguientes ventajas como parte intrínseca de tu vida diaria, y si en cambio no lo eres, apuesto a que pondrás manos a la obra para desarrollar tu curiosidad a partir de este momento.
Beneficios de una mente curiosa
Según la investigadora Emily Campbell de la Universidad de Berkeley, las personas curiosas sacan provecho de las siguientes ventajas:
-
Una mayor capacidad de adaptación
A pesar de que ya no vivimos en el periodo paleolítico ni es necesario llevar a cabo migraciones masivas en busca de territorio fértil, la curiosidad sigue jugando un rol igualmente importante en nuestra apertura a la exploración y la búsqueda de la novedad. Para Campbell, ser curiosos nos ayuda a permanecer atentos y vigilantes en relación a los cambios que ocurren en nuestro entorno y adquirir los conocimientos necesarios para adecuarnos a ellos.
-
Un mejor desempeño académico y laboral
Bien es sabido que la curiosidad ha sido el principal motor de muchos genios y personajes destacados a lo largo de la historia. La búsqueda de lo “invisible”, de lo no evidente, ha llevado a las mentes más brillantes a dar con la cura a enfermedades mortíferas, sentar nuevas leyes físicas, desarrollar procedimientos médicos que han salvado millones de vidas y mejorar el mundo en distintas áreas.
“Los estudios revelan que la curiosidad lleva a una mayor disfrute y participación en actividades que implican algún logro”, dice Campbell, “así que, entre más curiosa e interesada está una persona en algo, más involucrada termina estando en ello, y también le dedica más esfuerzo”.
-
Una alta capacidad de empatía
Campbell sostiene que ser curiosos nos permite acercarnos de forma más abierta a los demás y comprender mejor sus circunstancias de vida y puntos de vista.
Mientras que algunas personas abordan el contacto con individuos fuera de su círculo social con cierto recelo e intentan imponer su visión del mundo, los curiosos ansían aprender de otros y se comprometen seriamente con la posibilidad de ponerse en los pies de otra persona.
-
Una salud mejor cuidada
Tanto la propia como la de quienes nos rodean. A las mentes curiosas les interesa tanto aprender y son tan perceptivas con los detalles, que atienden a cuestiones que la mayoría de las personas pasaría por alto (un tono de piel más pálido, ojos más apagados, un ánimo fuera de lo normal…).
Por otro lado, los estudios también sugieren que los médicos que poseen una curiosidad altamente desarrollada presentan niveles más bajos de estrés y toman mejores decisiones en el tratamiento de sus pacientes.
-
Una vida social más diversa y estable
Un estudio tomó en cuenta la perspectiva de un grupo de extraños en relación con el grado de curiosidad que percibían en las personas a las que estaban conociendo en comparación con la ansiedad o “comportamiento cerrado” percibido en otras. Según las conclusiones de la investigación, mostrarse interesado por los sentimientos y opiniones de la otra persona promueve la cercanía y facilita establecer relaciones duraderas, mientras que una conducta negativa o ansiosa no influye en lo absoluto en la creación de vínculos sociales.
-
Niveles más altos de satisfacción general y felicidad
La curiosidad ha sido asociada con niveles más altos de bienestar psicológico y niveles más bajos de ansiedad y estrés.
Según el psicólogo Todd Kashdan, cuando somos curiosos nos permitimos salir del ciclo de la rutina conocida para tomar riesgos y hacer cosas distintas, lo que disminuye la ansiedad y nos hace sentir más cómodos con nosotros mismos.
“Los exploradores curiosos se ocupan más de afrontar nuevos desafíos que de dar explicaciones a los demás y controlarlo todo”, explica Kashdan.
Referencias: